“Ojalá nunca encuentre mi límite”
Marc Márquez (Cervera, Lleida; 1993) está en una nube. Ha hecho realidad su sueño, pero más pronto de lo que esperaba, confiesa. Tras la carrera más larga de su vida, 30 interminables vueltas en Cheste, es el nuevo campeón de MotoGP. Estaba preparado para ganar, dice, pero las circunstancias le exigían contención y tranquilidad cuando la gloria ya se veía en el horizonte. Y se contuvo. Con un tercer puesto ha reescrito la historia como el campeón más joven de MotoGP. En medio de una temporada llena de polémicas y de grandes éxitos, Márquez, siempre sonriente, reflexiona sobre su personalidad, su comportamiento en la pista, sus rivales y la comparación con otros grandes pilotos.
Pregunta. ¿Quién le ha enseñado a bailar?
Respuesta. Nadie... (ríe) He aprendido solo, de ver en la tele más o menos cómo se hace: he copiado los movimientos.
P. ¿Dónde se ha olvidado la vergüenza?
R. Más que vergonzoso, de pequeño había cosas que me daban cierto respeto... Ahora, la vergüenza ya no existe.
P. ¿Las palmaditas que daba al culo de Nakamoto [presidente de HRC] son otra táctica para meterse al equipo en el bolsillo?
R. Siempre me ha gustado que la relación con el equipo, sea el jefe o el que lleva el camión, sea una relación muy humana. No me gusta que sea hola y adiós, o hablar solo de las cuatro cosas de la moto, me gusta tener más confianza. Y poco a poco la hemos ido cogiendo.
P. De pequeño se fijaba en Dani Pedrosa, por menudo; le comparan con Rossi por su desparpajo dentro y fuera de la pista; y cuando ataca las curvas se asemeja cada vez más a Stoner. ¿A quién cree usted que se parece?
Agresivo he sido siempre en la pista, es mi estilo, pero con una agresividad controlada
R. Si hablamos de estilo de pilotaje, es difícil de decir, aunque puede ser que en la pista al que más me parezca es a Stoner. Respecto a Valentino, la Yamaha requiere un estilo de pilotaje diferente. Y si hablamos de la Honda, Pedrosa lleva la moto muy diferente de mí.
P. Stoner llevaba unas chuletas en el control de mandos de la moto que usted arrancó el primer día.
R. Sí, los quité. Casey llevaba unas pegatinas para saber el mapa, qué hacía cada cosa, pero yo me liaba más con esas pegatinas, así que preferí tenerlo todo en la cabeza. El primer día de entrenos de MotoGP, como llovió en Valencia, me las iba mirando una y otra vez. Y no lo veía nada claro. Así que dije: fuera. Que me lo expliquen bien y lo retengo en la memoria.
P. ¿Cuánto le costó aprendérselo?
R. Aquello me costó poco. Los botones supe enseguida para qué funcionaban. Saber utilizarlos en el momento justo ya sí que me costó un poco más.
P. ¿Qué le ocurre en las primeras vueltas?
R. Es un punto en el que debo trabajar porque se puede perfeccionar. Si hay otro que lo hace mejor que nosotros, es porque tenemos que mejorar. Aunque depende mucho del circuito y de la puesta a punto. Por ejemplo, en Silverstone, a pesar de la caída, de dislocarme el hombro, me sentía fuerte en las primeras vueltas y rodé a ritmo de récord desde el principio; en Brno me costó en la primera vuelta, pero a la segunda ya estaba ahí; y en Misano fue donde sufrí más. Tenemos que trabajar un poco más en este aspecto, pero creo que más que mi punto débil es el punto fuerte de Jorge, que es el que nos ha sacado ventaja a todos en ese sentido.
P. ¿Y en las salidas?
R. Las salidas han ido mejor últimamente. Empiezo a ser más constante. Hemos cambiado la estrategia y los reglajes relacionados con la salida, para intentar adaptarlos más a mi estilo.
P. ¿Por qué cambia la pierna de apoyo en el último segundo, antes de que se apague el semáforo?
Cuando bates un récord, piensas: venga, va, ahora el próximo
R. Mientras espero estoy apoyado con la izquierda, pero para poner la marcha tienes que apoyar la derecha en tierra y poner la marcha con la otra. Me gusta salir siempre con la pierna izquierda apoyada en el suelo. Siempre lo he hecho así.
P. Su pilotaje ha cambiado mucho desde la primera carrera, ¿qué es lo que más le ha costado?
R. Una de las cosas que me costó más fue ser constante en las frenadas, a la entrada a las curvas: una vez frenaba cuando tocaba, otra vez me quedaba corto... Por eso en las primeras carreras me costaba más cuando rodaba solo, en los entrenamientos, pero después cuando podía seguir a otros pilotos en carrera iba mejor, más que nada porque tenía el punto de referencia y donde frenaba el que tenía delante, frenaba yo. Ahora ya he mejorado y eso me permite ser constante e ir rápido y a la vez ser más preciso. En MotoGP el punto de frenada lo tienes que tener muy claro, porque con estos frenos de carbono si te pasas con la presión frenas mucho más de lo que quieres, pero también por la velocidad con la que llegas a la curva: hay que ser muy preciso frenando. Cometes un mínimo error y te vas recto, como me ocurrió en Mugello.
P. ¿Siempre busca al límite sobre la pista?
R. Sí, siempre. Sobre todo lo hice en la primera parte de la temporada, para intentar rodar siempre cerca de Lorenzo y de Pedrosa. Por eso tuve tantas caídas. Luego vi que podía ir al límite en los libres y en carrera controlar la situación. Ojalá nunca encuentre mi límite. Si vas con la mentalidad de mejorar, siempre encuentras algo más.
P. Ha cometido errores, como en Mugello, donde tuvo un terrible accidente. ¿Qué pensó cuando se vio la cara?
El éxito no me ha cambiado. Sí voy más ajetreado. Cuando me relajo, vuelvo a ser yo
R. Lo primero que pensé fue: espero que esto se arregle. Por las chicas, si no lo tengo claro... Ya me habían avisado, antes de que pudiera verme en el espejo, de que se arreglaría, que solo estaba inflamado y con herida. Entonces me miré y dije: ‘un poco jodido sí que estoy’. Cuando volví a casa empecé a preocuparme más: cremita aquí, cremita allá, que no quede marca...
P. Quienes le conocen desde pequeño comentan que nunca le afectaron las caídas, ¿cómo lo hace?
R. Hay caídas y caídas. Y depende de la caída... A veces sabes por qué ha sido y otras veces en las que de repente te encuentras en tierra y no sabes qué ha pasado. Con la de Mugello, por ejemplo, no lo sabía y le cogí un poco de respeto a aquel punto de la pista. Había tenido una caída fuerte y no quería repetir experiencia. No entendía por qué me había caído y eso me hizo perder confianza. Durante todo aquel fin de semana, en aquella frenada, perdía tres o cuatro décimas cada vuelta. Hasta que en carrera conseguí no pensar en aquello y copiar un poco a los que tenía delante; solo así pude seguir a Jorge y a Dani, porque hasta entonces estaba perdiendo mucho tiempo. Luego hay caídas como la del último libre en Misano; allí supe exactamente lo que había pasado y cuando volví a la pista lo hice exactamente igual que antes.
P. Recibió muchas críticas al principio y tras el incidente en Alcañiz por su agresividad en los circuitos...
R. En Aragón tuve muy mala suerte. Y como dije en Jerez, hay momentos y momentos: los de la última vuelta no son como los de en mitad de una carrera. En Misano, por ejemplo, la lucha con Dani fue muy chula. Y agresivo lo he sido siempre, es mi estilo de pilotaje, pero con una agresividad controlada: una cosa es ser agresivo con los otros pilotos y otra ser agresivo con la moto. El respeto a los rivales lo tengo siempre presente. Y los adelantamientos los tengo que ver claros, aunque si es última vuelta es posible que pruebe en cualquier punto del trazado.
En la pista me parezco más a Stoner. Pedrosa lleva la moto muy diferente a mí
P. ¿Vacilar a Rossi como hizo en su estreno en El Sacacorchos entraba en sus planes a principio de año?
R. No, no. Aquello no lo tenía en mente ni siquiera en aquel mismo momento. La verdad es que el jueves fui a echar un vistazo con la scooter porque me hacía gracia ver por dónde había pasado Valentino a Stoner. Y pensé: es imposible pasar por aquí. Pero en los entrenos hubo una vez en que me fui largo y bajé por allí, se movía mucho la moto y me avisaron: no vayas por ahí. Pero, al final, en carrera... Yo creo que lo provocó más Rossi, soltó los frenos y... [ríe a carcajadas].
P. Freddie Spencer, Kenny Roberts... ¿qué le dicen todos los récords que ha ido superando por el camino en esta temporada?
R. Me hacen ver que estoy en la buena línea, que tengo que seguir igual, que es lo que cuesta: mantener este nivel. Al final, no se trata más que de darte una motivación extra. Cuando los bates piensas: venga, va, ahora el próximo.
P. ¿Cómo ha cambiado el éxito a Marc Márquez?
R. A mí no me ha cambiado en nada. Soy el mismo. Sí que me noto a veces que voy un poco más ajetreado, sobre todo cuando estoy en el circuito. MotoGP es un poco más cansado que en otras categorías. No la pista, sino que todo se mueve alrededor. Cuando me relajo, vuelvo a ser yo.
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