Federer se queda ‘soltero’
El suizo despide a Annacone, el técnico al que contrató para emular el renacimiento del estadounidense
Roger Federer ya no cree en el mito de Pete Pistol Sampras. Hace casi cuatro años, cuando las sombras de Rafael Nadal y Novak Djokovic ya empezaban a ser demasiado alargadas, convertidas en una amenaza constante, el que por títulos es el mejor tenista de todos los tiempos decidió modelar el final de su carrera a imagen y semejanza del que tuvo el estadounidense. Con 31 años y siendo el 17º cabeza de serie, el sacador de Maryland consiguió imponerse en el Abierto de EEUU de 2002, un logro inesperado que selló su 14º grande y le permitió colgar la raqueta en lo más alto. A Sampras le acompañó en la aventura un técnico llamado Paul Annacone. Y Annacone, decidió Federer, sería quien pilotara el final de su carrera. Hasta hoy.
"Después de tres años y medio fantásticos trabajando juntos, Paul y yo hemos decidido abrir un nuevo capítulo en nuestras vidas profesionales", explicó el genio suizo, de 32 años, en un comunicado que responde a una temporada llena de borrones, con solo un título (Halle), el ránking hundido (séptimo), la clasificación para la Copa de Maestros en peligro, y sin ninguna final grande por primera vez desde 2002. "Cuando comenzamos a trabajar, planteamos un plan a tres años vista para ganar otro título del Grand Slam y volver al número uno del ránking", añadió, recién derrotado en el Masters 1000 de Shanghái por Gael Monfils. "Junto con otras metas y grandes recuerdos, estas dos metas principales fueron conseguidas. Después de numerosas conversaciones (...) sentimos que este era el mejor momento y el mejor camino para ambos. Paul sigue siendo un amigo querido, y ambos esperamos seguir con nuestra amistad", subrayó Federer. "Quiero agradecerle a Paul su ayuda y el valor que ha añadido a mi equipo y a mí mismo".
"Gracias Roger Federer y equipo Federer", tuitéo Annacone. "Ha sido un viaje increíble. Gran equipo, mejor gente. Muchas gracias".
El despido de Annacone, como su intento de jugar con una raqueta más grande, es otro síntoma de la actitud de Federer: mejor buscar explicaciones fuera que dentro de sí mismo
Federer y Annacone consiguieron conquistar Wimbledon en 2012 y, como consecuencia, volvieron juntos al número uno, estableciendo el récord de permanencia en el puesto (302 semanas). El entrenador estadounidense, un tipo afable, abierto a cualquier conversación, ejecutó con Federer el mismo plan maestro que con Sampras. El inicio de la jugada fue el apartado del juego en el que puso el acento. Algunos exjugadores observaron cómo Federer empezó a utilizar los torneos de tierra, e incluso algunos de los que se disputan sobre cemento en primavera, para poner en práctica las agresivas tácticas que luego deberían darle réditos en hierba. El plan funcionó a las mil maravillas en Londres 2012, cuando el campeón de 17 grandes volvió a imponerse en la catedral del tenis. Su derrota en segunda ronda de Wimbledon 2013, unida a la de octavos en el Abierto de EEUU, dejó herida de muerte la relación: se vio a un Federer sin soluciones estratégicas, especialmente sufriente al resto y en las bolas de break, el apartado que más trabajó con Annacone.
Ahora, el suizo continuará viajando con Severin Luthi, un técnico sin peso en su equipo, y sin el historial necesario para levantar la voz y contarle las verdades a su heráldico jefe. El despido de Annacone, como su intento de jugar con una raqueta más grande para reducir los errores y adaptarse a los pegadores, es otro síntoma de la actitud de Federer: mejor buscar explicaciones fuera, en factores externos, que dentro de sí mismo.
Djokovic se impone en Shanghái
Novak Djokovic se impuso 6-1, 3-6 y 7-6 a Juan Martín del Potro, verdugo de Rafael Nadal, en la final del Masters 1000 de Shanghái. El partido fue como el marcador final: apretado, angustioso, lleno de alternativas. Desque que el serbio perdiera el cetro ante Nadal ha ganado los dos torneos que ha disputado: Pekín y Shanghái.
El número cinco mundial tuvo la primera bola de break en la tercera manga, y fue capaz de remontar dos pelotas de partido en contra mientras Nole le gritaba al público, lleno de argentinos con la garganta encendida. En el tie-break decisivo, de nuevo Delpo recuperó un minibreak de desventaja, haciendo méritos para ganar por primera vez un título de la categoría.
El número dos mundial, sin embargo, acabó carcomiéndole las piernas y ofreció un nivel defensivo exquisito. Para cada estacazo del argentino tuvo el serbio un contragolpe fulgurante. Eso le llevó al título: invicto en China desde 2011 (doblete Pekín-Shanghái, 20 victorias seguidas), su victoria aprieta la lucha que mantendrá hasta el último partido de 2013 con Nadal para cerrar el curso como número uno del mundo. El español tiene garantizado el trono las dos próximas semanas: todo se decidirá entre Basilea, el Masters 1000 de París-Bercy y la Copa de Maestros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.