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Anoeta también fue San Mamés

El Athletic, que jugó como local en San Sebastián por las obras de su nuevo estadio, derrota (2-0) a un Osasuna voluntarioso

Gorka R. Pérez
Los jugadores del Athletic celebran el primer gol.
Los jugadores del Athletic celebran el primer gol.Juan Herrero (EFE)

Será porque ver a la cuadrilla en campo enemigo es una imagen revirada, o porque un anillo granate que envuelve el césped transmite un frío desconocido, o más bien que en casa ajena el comportamiento nunca es propio. Todo eso lo debió pensar el Athletic, lo contempló Osasuna y lo propició Anoeta, escenario improvisado mientras a San Mamés aún se le decora el esqueleto. La lluvia convirtió la estampa en algo más cotidiano, pues entre vecinos la precipitación se mueve sin pedir permiso. Entre todo, un partido entre dos conocidos en casa de un tercero, la Real Sociedad, que se prepara para recibir a futuros visitantes con aires europeos. Un cuadro curioso que terminó con una victoria para los rojiblancos gracias en parte a un gol en propia meta del invitado, que a su vez lo hizo en una portería prestada, en una carambola de favores.

Se mostró con un batín distinto al del primer encuentro el Athletic, con cuatro remiendos complementarios. Con Iraizoz lesionado, Valverde colocó a Herrerín en la portería, ubicó a Laporte junto a Gurpegui en el centro de la defensa por la baja de Ekiza, cambió a Balenziaga por Saborit en el lateral izquierdo y lanzó a Aduriz en ataque por Kike Sola. También Osasuna cuenta esta temporada con una percha diferente, más proclive al proyecto asociativo que a la batalla individual.

Consiguió atascarle el partido a los de Valverde, sobre todo por el pasillo central, por ahí donde pretende caminar subido a las piernas de Beñat y las de Herrera. Sin más aire que alguna bocanada suelta buscó el Athletic en el costado derecho una vía de escape. Con Iraola y Susaeta entretejió varias aventuras, hasta que en una de ellas encontró un grial inesperado. Como quien descubre el dorado detrás del cojín del sofá. Un centro tocado del extremo lo dirigió hacia su portería Arribas, engañando a Andrés, que trataba de ocupar un futuro remate de Aduriz. No tuvo demasiado juego el Athletic cuando Osasuna, tras el gol, se unió en torno a la figura de Ariel Nuñez y se apoyó en las ayudas de Oriol Riera. Dos jugadores recién llegados que ofrecen nuevas posibilidades ofensivas a Osasuna.

ATHLETIC, 2; OSASUNA, 0

Athletic: Herrerín; Iraola, Gurpegui, Laporte, Saborit; Iturraspe, Beñat, Herrera (De Marcos, m. 63); Susaeta (Erik Morán, m. 74), Aduriz y Muniain (Ibai Gómez, m. 68). No utilizados: Magunazelaia; Balenziaga, Kike Sola y Etxeita.

Osasuna: Andrés; Bertrán (Oier, m. 62)), Loties, Arribas, Joan Oriol; Sisi (Omwu, m. 81), Puñal, Silva, Ariel Núñez (Roberto Torres, m. 66), Armenteros y Riera. No utilizados: Riesgo, Echaide, Raoul Loé y Damiá.

Goles: 1-0. M. 32. Arribas p.p. 2-0. M. 81. De Marcos

Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Riera, Laporte, Marc Bertrán, Herrera,

Unos 24.000 espectadores en Anoeta. El Athletic jugó como local en San Sebastián por las obras del nuevo San Mamés.

Ganaron espacio los rojillos por destreza y desaire del rival, al que le importa el balón pero aspira a saber reorganizarse cuando este cambia de conversación. Lo practicó con efectividad el Athletic en la segunda mitad, primero con una cabalgada de Ibai que se plantó con 45 metros por delante solo ante la portería de Andrés aunque no acertó a enviar el balón a la red. Volcado al ataque y con Roberto Torres como mejor espada para Osasuna, un disparo y un taconazo del canterano provocaron que Herrerín tuviera que activarse en dos ocasiones, los espacios provocados en defensa por el traslado al ataque de los de Mendilibar los aprovechó, sin embargo, Aduriz para situar frente a Andrés a De Marcos y que este definiera con un remate tocado.

Con el segundo tanto se cerró el partido, mientras en los altavoces del estadio se informaba sobre cómo regresar a casa, por eso de que la fiesta aguardaba en Bilbao. Arropó Anoeta al Athletic y descabalgó a Osasuna, porque ya se sabe que en casa ajena el vecino más cercano es quien guarda las llaves. Y es de recibo ser agradecido. Aunque sea el himno del eterno rival a todo volumen lo último que se escuche.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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