Muchas risas y unas porteras muy vagas
Hay un dicho que dice “la unión hace la fuerza” y ese es el secreto de este grupo: unión, fuerza, entrega, humildad, sacrificio, compañerismo, apoyo... Todos estos ingredientes hacen de un grupo un equipo. El camino no ha sido fácil. El peor momento fue hace dos años, en el Mundial de Shanghái, cuando terminamos undécimas. En dos años hemos sabido levantarnos y mantenernos, hemos peleado para ganar la plata olímpica en Londres y el oro en el Mundial de Barcelona, que será uno de los más recordados de nuestras vidas.
El Mundial ha sido diferente y especial por muchas cosas: no estamos acostumbrados a saber que el día del partido verás a muchísimas caras conocidas en las gradas. Tampoco que 4.000 personas llenarían la Picornell. Gran parte de este oro lo ha ganado un público que nos ha hecho vibrar.
Por muchas medallas que ganes, el waterpolo nos habrá dejado amigas"
Pero si algo nos deja es el recuerdo de los momentos que hemos pasado juntas. Cuando un equipo de 13 jugadoras, más los técnicos, pasa prácticamente tres semanas juntos, los días se convierten en una anécdota tras otra. Y conforme va pasando el tiempo recordamos los torneos por esos momentos que aunque en su día pudieron ser malos, se acaban convirtiendo en risas.
Y nos hemos reído mucho, especialmente de Laura y Patri, las porteras, que son unas vagas. Es ley decir que los porteros en waterpolo no hacen nada en los entrenamientos, no se cansan. Las sesiones previas al Mundial son duras, es cuando tienes que cargar al máximo para después llegar en un estado óptimo al torneo. Para eso, las porteras tienen a su preparador físico: Ángel Andreo. Y nosotras, las jugadoras, a Jordi Valls. ¿Sabéis cómo conocíamos a cada uno? El de Ángel era el Campus de Verano Ángel Andreo (CVAA), donde se repartían gallifantes por el trabajo bien hecho, donde no se nadaba… El de Jordi era el Campus Militar Jordi Valls (CMJV), donde se nadaba con camiseta, se chutaba con un peso en la muñeca, en las series de natación siempre se sale con la aguja roja del cronómetro… Dentro del Campus Jordi Valls existe un trato diferente entre jugadoras y a unas les caen más broncas que a otras. Por eso decidimos catalogar esos grupos con el nombre de prefes y no-prefes. ¿Alguna apuesta? En el grupo de las prefes nos encontramos Anna Espar y yo, que aunque hagamos algo mal pocas veces Jordi nos regañará. Y el de las no-prefes lo lideran Maica García y Jennifer Pareja. Según ellas, aunque hagan algo bien en el entreno no se les valora igual. Las dos han encontrado otra vocación: la natación sincronizada. Un día, durante un entreno se decidieron a mostrarnos esa vena que muchos desconocían. En ese momento, “las sincro” también estaban entrenando al lado e incluso ellas se pararon a mirarlas y a aplaudirlas. ¡Mal del todo no lo hacen!
Nuestra concentración ha sido máxima, pero a veces nos lo ponían difícil. En las presentaciones siempre salimos muy concentradas. Al no estar acostumbradas a tener a todo el público a nuestro favor, solemos mirar a las gradas buscando a nuestros familiares y amigos. Contra Estados Unidos, en el partido de octavos, seguimos el ritual de siempre, pero en una de esas vimos unas pancartas que pretendían animar a Ona; se equivocaron en la colocación y en vez de poner “Ona 10” ponía “Ano 10”. Ya os podéis imaginar el momento en el que nos íbamos dando cuenta lo difícil que fue mantener la concentración… Por detalles como estos, somos también un equipo. Porque trabajamos mucho, pero también nos reímos y nos queremos.
Dijo Laura en una entrevista que al final, por muchas medallas que ganes, el waterpolo nos habrá dejado amigas. Porque un día es fugaz, pero los momentos y los recuerdos permanecen siempre en nuestra memoria y la amistad es para siempre. Ese es el verdadero oro y la fuerza de este equipo.
Mati Ortiz es campeona del mundo de waterpolo y estudiante de Periodismo.
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