“La gente va a un estadio de fútbol a participar, no a ver”
El arquitecto inglés diseñó el estadio del Espanyol y su estudio construirá el primer campo refrigerado en Catar
El 13 de mayo de 2006 el Espanyol se jugaba la permanencia en la última jornada de Liga. Cuando ya se había consumido el tiempo reglamentario Mark Fenwick (Londres 1955) se levanta de su sillón y deja de ver el partido. “Me dí por vencido”, explica. De golpe unos gritos en su salón le alertan de que un gol de Coro ha salvado al conjunto blanquiazul.
¿Qué tiene que ver este gol con la carrera de un arquitecto inglés? El estadio de Cornellà-El Prat fue la primera infraestructura deportiva de su estudio de arquitectura, que hoy se ha convertido en un referente en la proyección de estadios. Ahora se enfrenta a un nuevo reto: construir el primer estadio “climatizado” en Doha para sortear las altas temperaturas que se esperan en el Mundial de 2020.
Pregunta. ¿Sabe Corominas lo que le debe?
Respuesta. Pues nunca se lo he dicho. ¡Debería nombrarle socio del estudio! (Risas)
P. ¿Un estadio refrigerado? Explíqueme eso.
R. Ha sido un reto increíble. Somos los primeros en desarrollar esta tecnología en un estadio abierto. Como el frío baja, el truco ha sido conseguir franjas de tres metros de frío, tanto en el césped como en la grada. No es que le soplemos aire frío al campo, como un aire acondicionado, sino que se va dejando que el aire salga través del césped y de los asientos y vaya cayendo como una catarata.
P. ¿Es esto sostenible?
R. El truco está en la producción de energía. Lo hemos diseñado de manera que la climatización provenga de energías renovables, con paneles solares. Además hay muchos estadios en todo el mundo con calefacción, eso energéticamente es mucho más costoso y nadie ha dicho nunca nada.
P. ¿Puede tener algún efecto sobre la salud de los jugadores?
R. Para nada, lo hemos consultado con médicos. Es más, creo que es más sano jugar a 27 grados que a 38.
P. ¿Qué harán luego con tantos estadios refrigerados [se han proyectado ocho] en un país con solo dos millones de habitantes?
R. Ellos juegan bastante, hay varios equipos y escuelas deportivas. También traen a mucha gente con el programa Aspire de captación de talento. Sin embargo, en nuestro caso no nos afecta porque lo estamos construyendo en la universidad y se convertirá en el estado universitario.
P. ¿Cómo entra en contacto con la familia real catarí?
R. De pura casualidad. Habíamos diseñado el estadio del Valencia y resulta que uno de los príncipes, el hermano del actual emir, es un forofo del equipo. Me llamaron un jueves citándome en el palacio real de Catar el martes siguiente. Yo por aquel entonces no sabía nada del país, pero pensaba que me llamaban para algún tema de futbol.
P. ¿Y no lo era?
R. No. Lo primero que me preguntaron al llegar fue si sabía algo de camellos. Querían que les diseñara un camellódromo.
P. ¿Un camellódromo?
R. En Catar hay mucha afición a las carreras de camellos, que tradicionalmente los cabalgaban niños pequeños por su bajo peso. Cuando el anterior emir llegó al poder quiso acabar con esto y encargó a una empresa suiza el diseño de unos robots que cabalgasen y azotasen a los camellos, accionados por un mando a distancia. Lo que se me pidió fue una especie de monorraíl que se desplazara alrededor de la carrera para que los propietarios de los camellos pudieran ir siguiendo la carrera y usando su mando a distancia. Aunque después les concedieron el mundial de 2020 y nos encargaron el estadio y por ahora el camellódromo está en stand by.
P. ¿Con quien tiene más trato de la familia real? Se dice que quién manda realmente es la jequesa.
R. ¡Cómo en todas las casas! Es una persona muy inteligente que ha liderado la Catar Foundation y ha auspiciado a la mujer en el país. Tanto la jefa de arquitectura como de interiorismo de la fundación son mujeres catarís y su hija está al frente de todos los museos estatales.
P. L’Équipe publicó que el Mundial se consiguió a base de millones y comprando votos.
R. No creo que fuese así. Catar es un país que ha decidido apostar fuertemente por el deporte y la educación pero no significa que hayan comprado los votos. No creo que actualmente haya país que gaste más promocionando el deporte y el mundo debería apoyarlo.
P. ¿No cree que el gran desarrollo que ha habido en el país debería acompañarse de avances democráticos?
R. Yo creo que lo más importante es como trata un Gobierno a los ciudadanos. Hay países a los que no voy. Catar es un país que a su gente no es que la trate bien, es que la trata magníficamente bien. ¿Cómo crees que se vive en un país con educación, sanidad y transportes gratuitos, sin IVA y gasolina a 0.10 dólares el litro? La gente está encantada.
P. ¿Cómo ven ahí la Marca España?
R. Tiene una fuerza tremenda. Está mucho mejor vista que aquí.
P. Ahora ofrecen trabajo a 5.000 médicos españoles. ¿Acabaremos todos allí?
R. También se han llevado a cien ingenieros para su Ministerio de Obras Públicas, hay muchos despachos de arquitectura en los que estamos trabajando. Es un destino a tener en cuenta, además son más afines al carácter latino de lo que creemos.
P. ¿Es usted futbolero?
R. En el colegio era más de rugby y de cricket, pero como toda la gente de la época también me gustaba el Manchester United de Bobby Charlton, aunque ni siquiera había visitado la ciudad.
P. ¿Qué tiene que tener hoy en día un buen estadio de fútbol?
R. Es importante que el público esté cerca de la cancha, que casi se puedan tocar los jugadores y los aficionados puedan presionar. Tiene que sonar fuerte. La gente va a un estadio de fútbol a participar, no a ver, es la gran diferencia con el cine. A su vez es básico que se integre en el simbolismo de cada equipo y ciudad. También es importante crear buenas dotaciones para poder ir antes, tomar algo y que ofrezca confort y seguridad. Otro aspecto relevante es que se puedan usar cada día, no cada dos semanas. Deben ser comerciales y producir recursos.
P. ¿Cuales cumplen estas características?
R. El Allianz Arena está muy bien, es una referencia ahora mismo.
P. ¿Qué pasa con la renovación del Sanitago Bernabéu y del Camp Nou? Madrid y Barcelona llevan lustros hablando del tema pero no se hace nada.
R. No lo sé. Es difícil porque ambos estadios tienen una cosa en común y es que están dentro de la ciudad. No sé el Barcelona, pero el Madrid lo necesita cada vez más urgentemente. Si deciden quedarse dentro de la ciudad deberían darle un buen meneo al estadio.
P. ¿Es posible vivir de la arquitectura en España sin hacer proyectos en el extranjero?
R. Lo veo imposible. El 95% de nuestros proyectos ahora mismo están fuera cuando hace diez años era al revés. A veces cuando voy a Catar me dicen: '¿Te vas al desierto?', y yo les contesto que el desierto está aquí.
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