La Liga se acota; las chicas se van

La Liga Endesa no está cerrada, pero a efectos prácticos, como si lo estuviera. Los dos equipos que ascendieron, el Ford Burgos y el Lucentum Alicante, no han podido responder a los requisitos económicos para formar parte de la élite del baloncesto.

El Burgos, que aspiraba a competir por primera vez en la Liga Endesa, necesitaba pagar 4,7 millones, tres de ellos a fondo perdido y 1,7 para cubrir el fondo de garantía de ascensos y descensos. También debía convertirse en Sociedad Anónima Deportiva y un nuevo pabellón con la capacidad mínima exigida por la ACB, 5.000 espectadores. El Lucentum Alicante, que ya había militado en la Liga Endesa y que acaba de salir de un proceso concursal, tampoco ha podido abonar 1,7 millones para cubrir el fondo de garantía de ascensos y descensos. Los beneficiados de esas bajas serán los dos equipos que habían perdido la categoría en las canchas, el Gipuzkoa Basket de San Sebastián y el Bruixa D’Or Manresa. La situación no es nueva. La pasada temporada, el Asefa Estudiantes y el Blancos de Rueda Valladolid también se mantuvieron en la élite gracias a la renuncia del Menorca y del CB Canarias, aunque este club consumó finalmente el ascenso gracias a que adquirió los derechos del Lucentum Alicante.

Si la situación es preocupante en el baloncesto masculino, en el femenino es todavía más precaria. El Navarra, sexto clasificado en la última Liga, acaba de desaparecer “por la imposibilidad de encontrar patrocinios y la falta total de garantías del Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona en relación a las subvenciones”. Otros clubes atraviesan dificultades económicas y siete de las 12 jugadoras de la selección española que acaba de proclamarse campeona de Europa militan en equipos extranjeros.