“Lo intentaba, quería, no podía y ... me agobié”
El número 54 del mundo analiza su crisis de juego y resultados y sus posiblidades ante Murray
Fernando Verdasco (Madrid, 1983) juega hoy (Canal+) contra Andy Murray los cuartos de Wimbledon, en los que David Ferrer, dolido en un tobillo que ayer le impidió entrenarse, se medirá con Juan Martín del Potro. En un jardín, explica por qué ha pasado del número siete al 54.
Pregunta. Le espera Murray, en la central de Wimbledon...
Respuesta. Cuando juegas contra un top tienes que salir con la confianza de que nadie es invencible. Eso se ha visto en este torneo más que nunca, con las derrotas de Federer o Rafa. Sé que va a ser un partido muy duro. Si hago mi juego sé que no se lo voy a poner fácil. Para ganar a un jugador así tienes que saber que puedes. Sin esa esperanza, al final te tiembla la mano y ellos lo notan. Tienes que tener la tranquilidad mental que tienes contra cualquier otro.
P. ¿Una virtud de su rival?
R. Tiene muchísima precisión.
P. ¿Echa de menos los focos que tenía cuando era top-10?
R. No es algo que me haya preocupado, pasado factura o dolido. Esto es una carrera deportiva. Tienes altibajos, problemas, lesiones. Estaba más preocupado porque me dolían las rodillas, luego la muñeca y el cuello, por los puntos que perdía, por el nivel de juego. Todo lo que he sufrido en los últimos meses, sintiéndome poco competitivo, intentándolo y sin que me saliera nada, se me ha hecho mentalmente muy duro. Lo intentaba, quería y no podía. Por todo lo mal que lo he pasado, la felicidad de ahora es mayor.
P. ¿Se llegó a agobiar?
R. Está claro. Muchas veces me preguntaba: ¿Por qué? Claro que me agobié. Quería salir de una y ya entraba en otra. En febrero lo pasé mal. Me sentí muy impotente. Este es un deporte en el que tienes que ser muy cabezota. Si las cosas te van mal tienes que seguir, hasta que llegue el día en el que te retires porque las lesiones no se van o que se dé la vuelta a la tortilla y empieces a ganar.
P. Se comparó con CR. ¿Qué futbolista ha sido el último año?
R. Robben. Otro zurdo, con calidad, que en el Madrid se lesionaba mucho. A Cristiano, cuando le conocí, estaba preocupado por un tobillo. Tenía mucho dolor. No sabía cómo salir de eso. Apareció lo de que Paris Hilton o no sé quién le había echado un maleficio...
P. ¿Ha pensado usted que le habían echado un maleficio?
R. Yo no, pero alguna persona de mi alrededor sí. Me lo decía: “Tú debes de tener un mal de ojo, hijo”. Y yo le decía: “Quítamelo”.
P. ¿Ha hecho autocrítica sobre si no estaba trabajando bien?
R. He hecho lo que sentía que debía hacer, cuidándome, entrenándome, pero las cosas no se daban. Alguna molestia siempre vas a tener, pero que sean llevaderas. No una tendinitis que termines un partido y no puedas doblar la rodilla; o un dolor de muñeca que es como si te clavasen un cuchillo a cada derecha; o una tortícolis durante dos semanas que no puedes mover el cuello. Quieres salir de ese agujero negro, y no puedes.
P. Dicen que le pudo la presión de ser un top-10.
R. El calendario es muy duro, y estos jugadores que no bajan de semis en los torneos importantes hacen un calendario mucho más pequeño del que yo hice en 2009 y 2010. Jugué mucho más. Te agotas más. Mentalmente, estaba bien, pero llegó un momento en el que no pude seguir dando el mismo nivel. Estuve dos años ahí, pero por otros factores quizás no estaba cómodo.
P. ¿Cuáles?
R. Probaba diferentes raquetas y no terminaba de adaptarme. Mentalmente, si no estás contento en la pista, te vienen fantasmas y la nube se hace mucho más grande. No encuentras la raqueta, te duele esto y aquello, y va haciéndose más gorda y grande la bola de nieve. Aquí hay mucha competencia. En cuanto no estás al ciento por ciento, cualquiera te gana. Tienes que estar con los dientes fuera cada día, porque este es un mundo muy duro, y en cuanto te despistas un momento te lo quitan todo. Te vas para atrás en el ránking muy rápido. No fue un problema de mentalidad frente a la presión. Empiezas a perder partidos, los otros empiezan a perderte el respeto…
P. Con eso en cuenta, existe el peligro de que se dé por satisfecho antes de jugar con Murray.
R. Evidentemente. Pero no le voy a decir: “Toma, te doy las semis gratis”. Sé que si juego a mi mejor nivel y él no tiene un gran día, puedo ganarle. Sé que le he ganado antes. Y como se suele decir: si le has ganado antes, puedes volver a ganarle.
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