Polémico récord de retiradas
Londres iguala en segunda ronda la marca de más abandonos en un grande (9), pero dos de esos jugadores vuelven para el dobles
Pasado el mediodía, el francés Michael Llodra se ríe en una mesa del restaurante de jugadores mientras conversa y come con los amigos. Nadie diría que este es uno de los nueve retirados en la segunda ronda de Wimbledon (12 en total), nadie pensaría que es uno de esos nueve competidores rotos que han llevado a la cita de la hierba a batir su peor registro previo (ocho) e igualar el de abandonos en una sola ronda en cualquier grande (nueve, tantos como en la primera del Abierto de EEUU 2011). Un rato después, ese mismo Llodra que se ha retirado de buena mañana tras perder el primer set ante Seppi disputa y gana por abandono de sus contrarios un partido de dobles, desmintiendo cualquier problema irresoluble. No es el único que hace eso. El checo Stepanek, retirado del cuadro individual, también se presenta al partido de dobles, y con ello refuerza la polémica.
Wimbledon, como el resto de grandes torneos, ha tenido que aumentar el dinero que destina a los perdedores de las primeras rondas presionado por los tenistas: en 2013 da 23.500 libras (casi 28.000 euros) a quien pierde a la primera, un 62% más que en 2012, y 38.000 (casi 45.000) para los que caen en segunda, un 64% más que hace un año. En el entorno del vestuario hay quien desliza que eso ha multiplicado el número de jugadores que antes no habría competido por sus dolores y que ahora sí lo hacen. El mejor ejemplo, dicen, es Olivier Rochus. Retirado por lesión en el torneo de clasificación de Wimbledon, el belga pidió ser repescado si alguno de los clasificados no podía jugar... y acabó disputando la primera ronda lesionado. Perdió, claro, pero se llevó un buen cheque.
Hay quien desliza que el incremento de los ingresos por participar anima a participar a jugadores que antes no habrían competido
“Tengo un problema doloroso desde Roland Garros, me retiré del Queen’s y hoy no era suficiente como para jugar el individual”, argumentó Llodra, que se ha retirado 31 veces en su carrera. “Era peligroso. No quise tomar riesgos. Jugar dobles es más sencillo…”, continuó. “Es difícil de entender para los espectadores, pero era demasiado peligroso para mi cuerpo. En el dobles juegas en media pista. Es más fácil”, cerró recién duchado.
Y así, entre polémicas, se fueron apilando los abandonos. Paul-Henri Mathieu (3-6 y 1-5) no terminó su partido contra Feliciano López, un tenista de 31 años renacido sobre hierba, que la semana pasada ganó el título de Eastbourne y ahora jugará por los octavos de Wimbledon contra el ganador del Haas-Wang, suspendido por la lluvia, como el David Ferrer-Roberto Bautista y la mayoría de la jornada.
“La gente no está acostumbrada a jugar en hierba”, resumió sobre los resbalones Feliciano, un especialista. “Ojalá hubiera 20 semanas en césped”, se despidió el toledano, que ha tenido que cambiar de zapatillas desde el Queen’s porque las anteriores no se ajustaban a las reglas del pasto. Eso ha tenido un efecto inmediato. Él pisa firme. Él no se resbala. Él no formó parte del récord de retiradas de la segunda ronda.
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