Una biografía contra el peligro del olvido

Antes de que le llegue la edad en que se confunden memoria y fabulación, Óscar Freire ya ha contado su vida a un periodista, el barcelonés Juanma Muraday, quien la entretejió con testimonios de amigos, colegas y familiares del ciclista para construir ‘El genio del arcoíris’, su biografía.

A Freire, que se retiró del ciclismo hace unos meses con tras maillots arcoíris de campeón del mundo en el armario y tres ramos de flores de San Remo, el libro, editado por Titano y a la venta por 19 euros, le viene perfecto. “Así”, dijo el de Torrelavega, de 37 años, en la presentación del libro, “mis hijos sabrán quién fue su padre. No acabaré yo siendo el típico viejo contando batallitas, repitiendo a todas horas eso de ‘cuando yo era joven…” Era una forma desacralizadora de decirlo, muy propia del estilo Freire, sus aires despistados, su genialidad, pero expresaba el mismo miedo que condujo a su biógrafo a escribir su vida, el miedo a la condena del olvido que con tanta facilidad dicta la sociedad española contra los héroes de ayer mismo: “Temía que cuando se retirara nadie volviera a recordar la felicidad que nos ha dado a los aficionados”

No acabaré yo siendo el típico viejo contando batallitas"

“Sí que es así, sí que es así”, asintió Freire. “Dejas el ciclismo y prácticamente desapareces del todo. Pero no me pilla de sorpresa, no me esperaba otra cosa. Aunque se olviden de mí, siempre me quedarán los momentos vividos”.

También dijo Freire que le quedan una buena salud y una saludable situación económica, y una plácida vida familiar en Coldrerio (Suiza). “Me va bien en la vida y eso lo valoro, y me ha servido de mucho”, dijo, y contó su rutina: media libra de chocolate antes de acostarse ("He engordado seis kilos desde que deje la bici"), fotos para el blog de cocina de Laura, su mujer (cocinandohacialospicos.blogspot.com) y paseos en bicicleta, escasos, alrededor del lago de Lugano, donde comprueba cómo crece el número de ciclistas que se van a vivir a Suiza en imitación suya. “El otro día, hace una semana me crucé con Contador, que estaba entrenado por allí con sus compañeros Hernández y Paulinho”, dijo. “Creo que todos tienen casa allí”.