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Kobe ‘entrena’ y Pau ejecuta

La figura lesionada da consignas tácticas a sus compañeros y el pívot español, con un triple doble, resucita a los Lakers, que se medirán a los Spurs en los ‘playoffs’

Robert Álvarez
Steve Nash, lesionado, felicita a Pau Gasol tras una jugada.
Steve Nash, lesionado, felicita a Pau Gasol tras una jugada.STEPHEN DUNN (AFP)

Kobe Bryant, lesionado, ni siquiera estuvo allí, pero no se resistió a dirigir, aunque fuera desde las bambalinas, la película que se vivió en el Staples Center. El drama desembocó en un final feliz y los Lakers jugarán los playoffs por el título después de una temporada convulsa a causa de su mal juego, las lesiones constantes y los erráticos criterios de los entrenadores que han desfilado por su banquillo, especialmente los del actual, Mike D’Antoni. En el último partido de la fase regular, los Lakers se salieron con la suya ante los Houston Rockets (99-95 en la prórroga), les arrebataron la séptima plaza y, en consecuencia, evitan a los temibles Thunder de Oklahoma. Su rival en la primera ronda será San Antonio, el equipo de Duncan, Parker y Ginóbili.

Convaleciente en su casa de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió hace una semana ante Golden State, la Mamba Negra no se pudo sustraer a la tentación. Durante el descanso, envió mensajes de texto a través del móvil con consignas tácticas a sus compañeros. “Nos dijo que rompiéramos la defensa, que pusiéramos el balón en el poste bajo y que esperásemos las dobles ayudas para doblar la bola y encontrar tiros abiertos. Y eso hicimos”, desveló Pau Gasol en declaraciones a la agencia Efe.

En el descanso, por mensaje de texto, Bryant dio consejos tácticos a sus compañeros

Esta vez Kobe no se contentó con llamar a Pau a través del móvil del preparador físico, Gary Vitty, como hizo en el partido anterior, precisamente ante los que serán sus rivales en la primera ronda de los playoffs, los Spurs, a los que vencieron el pasado domingo por 91-86. En el difícil compromiso ante los Rockets, el gran protagonista fue Gasol, con sus 17 puntos, 20 rebotes y 11 asistencias, unas cifras que nadie lograba en los Lakers desde que lo hiciera un legendario como Kareem Abdul-Jabbar en 1978.

Kobe tampoco se quedó corto en los mensajes que envió a través de su cuenta de Twitter. En uno cuestionó por qué no se hizo falta en la última acción del partido, lo que presumiblemente hubiera impedido que Parsons anotara el triple que forzó la prórroga. En otro, expresó su complicidad y admiración incondicional hacia su compañero. “¿Pueden cesar ya los rumores de traspaso de P. Gasol?”, tuiteó.

Españoles sin final

  • José Manuel Calderón ha promediado 11 puntos y 7 asistencias y es el lanzador de triples más eficaz de la liga, con un acierto del 46,1%.
  • Ricky Rubio ha firmado de media 10,7 puntos, cuatro rebotes y 7,3 asistencias.
  • Víctor Claver, en su primer año en la NBA, ha promediado 3,8 puntos y 2,4 rebotes en 16,6 minutos por encuentro.

“He visto lo que ha escrito. Es genial. Le quiero. Me apoya muchísimo. Es alguien que sabe apreciar lo que aporto”, manifestó Pau. “Juntos hemos pasado por muchas situaciones difíciles y complicadas. Entendemos el juego y nos encantaría seguir jugando juntos. Es un apoyo enorme de un jugador que es muy especial, único posiblemente, no solo en este equipo o en la Liga, sino en la historia de este deporte. Le tengo mucho aprecio y agradezco mucho sus palabras en estos dos años de muchísima incertidumbre. Eso es lo más importante. Después, que pase lo que tenga que pasar”, manifestó el 16 de los Lakers.

Subyacen en las consignas de Kobe y en las palabras de Pau, sus discrepancias con D’Antoni. En enero, en medio de la tempestad, en plena hecatombe del equipo más lujoso de la NBA, el que más dinero invierte en las nóminas de sus jugadores —77 millones de euros—, Kobe sentenció: “Necesitamos volver a los principios básicos. Pau es el mejor en el poste bajo”. Aquello supuso el imprescindible punto de inflexión. Gasol volvía a la actividad después de cinco partidos de ausencia a causa de la conmoción cerebral que sufrió en un topetazo con McGee, pívot de los Denver Nuggets.

Nos dijo que jugáramos en el poste bajo, con dobles ayudas, afirma Gasol

Y a D’Antoni no se le ocurrió nada mejor que dejar a Pau en el banquillo. Hasta siete partidos se atrevió el entrenador de los Lakers a relegar al jugador que, junto a Kobe, había metido en tres finales y había ganado dos anillos con los Lakers desde 2008 a 2010. Su puesto lo ocupó Earl Clark, un ala-pívot que, en cuatro años en la NBA, solo había sido una vez titular y apenas promediaba cuatro puntos y tres rebotes. El equipo siguió hundiéndose. De ser el gran favorito, junto a Miami, el que más expectativas había despertado tras la incorporación de Dwight Howard y Steve Nash, pasó a ser la codiciada piñata que casi todos los rivales reventaban y llegó a vagar en la zona baja de la tabla con 20 victorias y 26 derrotas.

La travesía de Pau resultó penosa. Obligado a lanzar desde lejos, sin jugadas para él en el poste bajo, cuadró los peores números desde que está en la NBA. Hasta que los hechos fueron imponiéndose por sí solos, recuperó su estatus y su mejor juego. La baja de Kobe ha servido para subrayar que, si hay un segundo líder en el equipo, ese es Pau. “Me gusta dar un paso adelante en partidos importantes. Nunca me escondo y trato de ser el que puedo ser. Es lo que me encanta hacer”, sentenció tras el triunfo ante los Rockets. Y, sobre su juego, explicó: “El balón pasa por mis manos mucho más. Trato de sacar provecho de ello y suministrar pases a nuestros tiradores. Me encanta compartir el balón y siempre trato de hacer la jugada correcta. Creo que así todo el mundo lo agradece. Estamos distribuyendo bien el juego”. Un canto de esperanza ante el duelo contra los Spurs para el que los Lakers intentan recuperar a Nash.

Junto a Pau, también su hermano Marc e Ibaka pelearán en la fase final.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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