La magia de los Bulls acaba con la epopeya de Miami

Se acabó la descomunal gesta de Miami. El final lo pusieron los Bulls en un partido antológico (101-97), digno de la trascendencia del momento. Concluyó la racha de los Heat, establecida en 27 triunfos seguidos, la segunda mejor en la historia de la NBA. Una gesta excepcional, digna de un equipo de leyenda, aunque para acreditarse como tal todavía le queda a Miami perseverar en el camino que emprendió la pasada temporada, el de los títulos. Ha demostrado que está en ello, con una colección de figuras y un equipo con mucho talento, con muchas armas y con un banquillo muy profundo.

Hubo algo de magia en el United Center de Chicago, intangible si se quiere, como les gusta denominar a muchos entrenadores a esa serie de factores que van más allá de la estadística o que no se aprecia en un primer golpe de vista. Los Bulls, sin su joya, Derrick Rose, convaleciente desde la pasada temporada de una grave lesión, esperado como un Mesías, sin otro de sus pilares, Joaquim Noah, y también sin Belinelli y Hamilton, se conjuraron para sacar el partido adelante. Lo consiguieron a base de un trabajo y una fe inquebrantable, y por supuesto, a base de sacar el máximo rédito de varios jugadores como Deng, Boozer, Hinrich, Robinson o Butler, que derrocharon talento y garra.

LeBron James y compañía claudicaron por primera vez desde que perdieron su último partido, el 1 de febrero, en Indianápolis. Forzaron la máquina al máximo y LeBron incluso perdió los nervios y cometió una falta flagrante sobre Boozer cuando faltaban cuatro minutos para el final. La estrella de los Heat jugó además esos últimos compases de partido presionando al máximo sobre la subida del balón de Hinrich. Pero, por más que se esforzaron, los Heat no pudieron esta vez remontar como lo habían hecho tantas veces y fueron casi todo el partido a remolque en el marcador.

El campeón entró en los últimos tres minutos con siete puntos de desventaja (92-85) y Hinrich, que poco antes había recibido dos tapones de Bosh, le robó un balón que valió su peso en oro. Anotó Gibson y Miami, a pesar de que no cejó en el empeño y provocó varios errores en los Bulls que estrecharon la diferencia a cinco puntos, no pudieron con un rival muy inspirado y al que llevó en volandas el público del United Center. Un rebote en ataque de Boozer y otro robo de balón de Deng le dieron la puntilla a Miami. Han sido 27 triunfos consecutivos, cinco más que la segunda mejor racha, la de Houston en 2008, y solo seis menos que la de aquellos Lakers de 1972 con los legendarios Chamberlain, Baylor y Jerry West.

Los Bulls lo celebraron como si de un título se tratara. Luol Deng cuajó una actuación portentosa con 28 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Boozer redondeó uno de los mejores partidos que se le recuerdan, con 21 puntos y 17 rebotes. Butler fue una pesadilla para la defensa de Miami, con 17 puntos y 5 asistencias. Hinrich le puso un enorme coraje a la dirección de juego y sumó 7 puntos y 6 asistencias. Robinson revolucionó el juego como siempre le gusta hacer y aportó 14 puntos.

Los Bulls sumaron 12 rebotes más que Miami, uno de los talones de Aquiles del equipo de Spoelstra, en el que destacaron LeBron, con 32 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias; Bosh, con 21 puntos pero solo 4 rebotes; y Wade, con 18 puntos y 7 rebotes. La aportación de todos los demás se movió en un nivel mucho más discreto y al final los Heat no lograron remontar como habían hecho en los 11 partidos de la racha que empezaron el último cuarto por detrás en el marcador.

Polémica en Indianápolis

Los Lakers vencieron a Minnesota por 117-120, pero el partido concluyó en medio de una gran polémica. En la última acción, Ricky Rubio intentó un triple a la desesperada desde casi el medio de la cancha y Kobe Bryant hizo un amago de tapón colocándole los brazos por detrás. El base español insistió tras el partido en que Kobe le hizo falta. La estrella de los Lakers, le contestó: “De ninguna manera. Y en cualquier caso, hubiéramos ido a la prórroga y hubiéramos ganado el partido. Así de simple”.

Los Lakers no pudieron contar con World Peace, que tendrá que pasar por el quirófano a causa de un desgarro del menisco lateral de su rodilla izquierda y será baja durante las seis próximas semanas. Dominaron el partido y llegaron a contar con 15 puntos de ventaja.

Cuando faltaban seis minutos y con 14 puntos de desventaja, los Wolves utilizaron la táctica del ‘2Hack-a-Dwight’, o lo que es lo mismo, cometer faltas sobre Howard, confiando en sus malos porcentajes en los tiros libres. El pívot de los Lakers solo anotó 7 de los 17 que lanzó. Los Wolves se equivocaron incluso haciéndole una falta en los dos últimos minutos, lo que, según el reglamento, permite al equipo que ha recibido la falta elegir quién la tira. Los Lakers designaron a Nash, que solo anotó uno de los dos tiros libres. Los Wolves acabaron teniendo esa última opción sobre la bocina final para forzar la prórroga, que no se materializó porque Ricky no anotó y los árbitros no señalaron falta.

Meeks ocupó el puesto de World Peace en el equipo titular y Pau Gasol, en su tercer partido después de su reaparición tras seis semanas de ausencia por su lesión en un pie, se mostró a un buen nivel con 17 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 2 tapones. Secundó a Kobe Bryant, autor de 31 puntos y 7 asistencias, y a Dwight Howard, que sumó 25 puntos y 16 rebotes. Nash logró 16 puntos y 8 asistencias y Jamison, 18 puntos.

Por los Wolves destacaron Pekovic, con 19 puntos y 16 rebotes, Derrick Williams, con 15 puntos, y Ricky Rubio, con 13 puntos, 3 rebotes, 7 asistencias y 3 robos de balón. La victoria mantiene a los Lakers en el octavo puesto de la Conferencia Oeste, pero siguen con solo una victoria de ventaja sobre Utah, que ganó por 103-88 a Phoenix.

Reaparece Marc Gasol

Los Grizzlies perdieron por 108-101 en Nueva York. Después de dos partidos de ausencia a causa de una lesión en el músculo abdominal, Marc Gasol regresó a la actividad. Memphis estuvo siempre por detrás en el marcador y por momentos por una diferencia de 30 puntos. Dominaron el último cuarto, pero no lograron consumar la remontada, a pesar de las bajas de Chandler y Stoudemire en los Knicks. No pudieron frenar a JR Smith, autor de 35 puntos, y también les costó neutralizar a Shumpert, que sumó 16 puntos, y a Carmelo Anthony, con 22 puntos, aunque con una discreta serie en el tiro: 8 de 20.

Conley, con 26 puntos, Bayless, con 24, y Tony Allen, con 18 y 10 rebotes, fueron los mejores en los Grizzlies. Marc Gasol sumó 13 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias y Zach Randolph se quedó en 3 puntos y 4 rebotes. Los Grizzlies pagaron, sobre todo, su nefasto primer periodo en el que recibieron 69 puntos.