Solo ciclistas (y no todos)

Hace unos días, el presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), John Fahey, declaró en Londres que una enorme nube pendía sobre el deporte español, la sospecha de dopaje por parte de “cientos de deportistas” y no solo ciclistas, y que no se aclararía hasta que la juez del proceso de la Operación Puerto no entregara al organismo por él presidido una muestra de cada una de las “cientos de bolsas de sangre” incautadas por la policía. Esta proclama no era sino la búsqueda del apoyo mediático internacional para convencer a la magistrada española de atender la petición judicial realizada por sus abogados.

En esa solicitud de 21 folios, simultáneamente presentada junto a la de otras acusaciones —Abogacía del Estado en representación del Consejo Superior de Deportes, UCI, CONI y federación española de ciclismo— se detalla una lista “tentativa” de conectividad entre los números y apodos con que están marcadas las 99 bolsas de plasma y las 74 de sangre incautadas en los arcones de Eufemiano Fuentes y que se mantienen congeladas en el laboratorio antidopaje de Barcelona y los deportistas a los que supuestamente pertenecen. Con una muestra alícuota de cada una en su poder, la AMA, que no tiene capacidad sancionadora, establecería un depósito que pondría a disposición de federaciones u organismos que buscaran confirmar sus sospechas e indicios para sancionarlos.

Los observadores y curiosos —millones en todo el mundo, pues la identificación de los clientes de la industria de la transfusión y el hipermercado del dopaje supuestamente organizados por Fuentes ha sido desde el principio la única finalidad del juicio para muchos— se frotaron las manos esperanzados. ¿Qué sabrá la AMA que no ha comunicado aún? ¿Qué investigaciones habrá llevado a cabo en los siete años que van desde la Operación Puerto hasta ahora? ¿Qué nombres contendrá la lista? ¿No había dicho Fuentes que había de todo? ¿Qué futbolistas, qué atletas, qué tenistas, qué boxeadores o gimnastas?

Ullrich, Basso, Botero, Óscar Sevilla, Valverde, Hamilton... pero no Scarponi o Dekker

Quizás la respuesta les genere una decepción a la altura de la expectación. Las listas son dos, y no, no está en ellas el nombre de Marta Domínguez asociado a las bolsas “número 9, sucio, Urco” (así figura inscrito en las dos bolsas de plasma que se conservan), pese a que la juez de la Operación Galgo consideró plenamente establecida la conexión. Tampoco hay otra cosa que no sean ciclistas, y no todos de los que se ha tenido sospechas.

La primera contiene exactamente el nombre de 17 ciclistas ligados a números y apodos de bolsas. La segunda los de 32 corredores más, incluida toda la plantilla del Comunidad Valenciana y hasta ciclistas muertos, como Marco Pantani, sin conexión a ninguna posible bolsa. Ninguno de los nombres es desconocido: todos corresponden a ciclistas cuya implicación en la Operación Puerto ha sido copiosamente establecida. En la primera constan Jan Ullrich (número uno, ya retirado y ya reconocido); Ivan Basso (dos, ya sancionado y comprobado su ADN), Santiago Botero (tres y cuatro, ya retirado), Óscar Sevilla (cinco), Santiago Pérez (sancionado y retirado, seis), Unai (siete) y Aitor Osa (ocho), Tyler Hamilton (retirado, sancionado y confeso, 11), José Ignacio Rodríguez Cataluña (12: se referiría por error a Ignacio Gutiérrez Cataluña, hermano de José Enrique, el verdadero número 12, segundo en el Giro de 2006 y conocido como Búfalo), Marcos Serrano (retirado, 13), Roberto Heras (retirado y sancionado, 15), Ángel Vicioso (16), Paco Mancebo (17), Alejandro Valverde (ya identificado con ADN, ya sancionado, 18), Tino Zaballa (19) y Jorg Jaksche (ya sancionado, identificado y confeso, 20).

Y como si se hubiera cansado el compilador de la lista, no siguen más allá los números. No llega al 32 (Zapatero: Scarponi, ya sancionado), ni al 26 (Huerta, identificado por la Guardia Civil en otro informe como Luis León Sánchez), ni al 25 (Amigo de Birillo: según algunos compañeros se trataría de Fränk Schleck, quien admitió una transferencia de más de 7.000 euros a Fuentes por “consejos de entrenamiento”), ni al 24 (el Clasicómano Luigi, que admitió ser Thomas Dekker ante la autoridad antidopaje holandesa). Tampoco se ha tentado establecer la identidad de 10 apodos sin número correspondiente que podrían ser de los atletis tratados directamente por el hematólogo Merino Batres.

Algunos juristas creen que la lista presentada a la magistrada podría limitar su voluntad de entrega solamente a las bolsas cuyo número estaría conectado a un sospechoso, y no las restantes

“Resulta imposible determinar contra qué personas podrían abrirse finalmente expedientes disciplinarios puesto que, precisamente, esa incógnita solo puede despejarse una vez se tenga muestra de las bolsas para hacer las correspondientes pruebas de ADN”, señala la AMA en su petición, elaborada por el abogado Florentino Ortí y en la que admite que se ha basado simplemente en el informe 116 de la Guardia Civil —el realizado a toda velocidad, y pleno de imprecisiones, a petición del Tour de Francia, que quería limpiar de infectados su prueba, que partía cinco días después— y en los expedientes que abrió y cerró inmediatamente, falto de pruebas y colaboración, la federación de ciclismo.

Aunque la AMA precisa que siempre se podrán identificar más tarde nuevos sospechosos de cualquier deporte, algunos juristas creen que la lista presentada a la magistrada podría limitar su voluntad de entrega solamente a las bolsas cuyo número estaría conectado a un sospechoso, y no las restantes. Y añaden que no solo no podrían entregarse para que se proceda a una nueva investigación, sino que no debería ser la AMA la destinataria, ya que carece de capacidad sancionadora o instructora, sino que la juez debería entregarlas, y solo cuando haya sentencia y se haya dilucidado el probable recurso ante la Audiencia Provincial, en año y medio más o menos, a las federaciones internacionales.