El Sevilla tira de autoridad
Un inicio impetuoso, con Medel en figura, acaba con el Deportivo, que se hunde un poco más en el último puesto de la clasificación
A lo largo de su hasta ahora discreta temporada en la Liga, el Sevilla ha venido ofreciendo diversas versiones. Desde la llegada de Unai Emery, el equipo andaluz dio síntomas de recuperar autoridad y juego, aunque el borrón del encuentro ante el Madrid la pasada semana encendió algo las alarmas por la endeblez mostrada por el Sevilla. Un tufo de equipo menor que asomó en demasiadas ocasiones en la etapa de Míchel y que parecía desterrado por el vasco. Ante el triste Deportivo, el Sevilla rescató esas virtudes que le deben dar para un tranquilo caminar por la Liga y, al mismo tiempo, pelearle al Atlético de Madrid la final de Copa, el verdadero cofre que debe ganarse el Sevilla en esta temporada. De una tacada, una final copera con lo que ello supone, la clasificación europea y la posibilidad de disputar la Supercopa si el Barcelona es el finalista y gana la Liga, como así parece.
Sevilla, 3-Deportivo, 1
Sevilla: Beto; Coke (Botía, m. 46), Fazio, Spahic, Alberto; Medel, Kondogbia (Stevanovic, m. 79); Navas, Rakitic, Reyes (Manu del Moral, m. 70); y Negredo. No utilizados: Julián; Fernando Navarro, Hervás y Babá.
Deportivo: Aranzubia; Silvio, Kaká, Zé Castro, Evaldo; Bergantiños (Valerón, m. 56), Assunçao (Oliveira, m. 66), Abel Aguilar; Gama, Riki (Salomao, m. 75) y Pizzi. No utilizados: Lux, Ayoze, Camuñas y Juan Domínguez.
Goles: 1-0. M. 5. Rakitic. 2-0. M. 27. Medel. 2-1. M. 32. Riki. 3-1. M. 40. Medel.
Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes. Amonestó a Abel Aguilar, Kondogbia, Coke, Evaldo, Botía, Rakitic y Spahic.
Ramón Sánchez Pizjuán. Unos 25.000 espectadores.
Claro, que conviene también constatar que enfrente estaba el Deportivo. Un equipo muy tocado en lo anímico, sin carácter, con una defensa impropia de la elite y en donde Fernando Vázquez, recogido por Lendoiro de las catacumbas, tiene una misión de lo más complicada. Resulta ver a un grande como el Deportivo ofrecer tantas facilidades. Dos laterales sin ritmo masacrados por la velocidad de Navas y Reyes más las veloces incursiones de Coke y Alberto, un centro del campo lleno de jugadores que ni atacan ni defienden y, en definitiva, la sensación de que la Liga se le puede convertir en un suplicio. Curiosamente, Vázquez había afirmado que Navas era un futbolista que siempre se la había liado
En un inicio de encuentro arrebatador, el Sevilla pasó por encimo del Deportivo, que encajó su primer gol a los cinco minutos y que fue un juguete en manos del Sevilla. Aranzubia le sacó un balón imposible a Navas, especialista en fallar goles cantados, luego despejó un disparo con veneno de Kondogbia y acabó rendido ante la explosión goleadora de un futbolista destinado a otras tareas.
Emery deja suelto a Medel y el chileno lo agradece. Para empezar, tocó el balón con la mano en el gol de Rakitic. Teixeira, si aprecia voluntariedad, debió anular el tanto. Luego, se perfiló en el área como un delantero para rematar a la primera un buen servicio de Navas. Justo después emergió algo el Deportivo, que tras la enésima mala elección de Fazio llegó en una buena acción al área, con gran definición de Riki incluida.
El golpe de aire fresco duró poco para el conjunto gallego. Una nueva concesión en defensa provocó que un centro de Alberto fuera rematado a la primera en el área por el mencionado Medel. Sin oposición, con Evaldo llegando tarde.
Como históricamente Sevilla y Deportivo son dos equipos que se han llevado bien, el conjunto andaluz no quiso hacer demasiada sangre de su rival. Lo aprovechó el conjunto gallego. Vázquez movió el banquillo y jugó con dos delanteros más Valerón. Llegó una ocasión de Pizzi bien desmontada por Beto y dos espectaculares intervenciones del meta portugués a remates de cabeza del propio Pizzi y de Nelson. En esta última acción el balón dio incluso en el larguero.
En el equipo de Emery sí llamó la atención la escasa aportación de Negredo, un futbolista vital que apenas encontró resquicio a su voracidad goleadora. Tan relajado estaba el ambiente que el entrenador vasco dio entrada a Stevanovic, un fichaje invernal que apenas ha contado hasta el momento. Navas se había cansado de correr y Reyes había sido sustituido. Le bastaba con Medel, soberbio. No obstante, los buenos minutos de Salomao deberían haberse traducido en al menos un gol que hubiera aliviado algo las penas de este Deportivo abocado ahora a una hazaña para mantener la categoría. El trabajo que tienen por delante Vázquez y sus jugadores es arduo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.