La fórmula para agrandarse

Entre 1931, cuando comenzó el profesionalismo en el fútbol argentino, hasta 1967, solo cinco clubes, los cinco grandes, habían ganado ligas: los porteños River Plate, Boca Juniors y San Lorenzo y los dos del municipio vecino de Avellaneda, el Independiente y el Racing. El Vélez Sarsfield era solo un club de clase media de un barrio de Buenos Aires, Liniers. En 1968 la V Azulada ganó su primer título, pero ha sido en los últimos 20 años cuando ha revolucionado el fútbol argentino. Este domingo conquistó su novena liga, con lo que ya suma dos más que el Racing y solo una menos que el San Lorenzo.

El Vélez es uno de los pocos clubes argentinos con finanzas sanas, proyectos futbolísticos de largo plazo y plantillas que juegan bien

El Vélez dio la vuelta olímpica en su estadio bajo la conducción técnica de una de sus exestrellas, Ricardo Gareca, El Tigre, por el que apostaron los dirigentes, sin importar los resultados a corto plazo, a diferencia de lo que sucede en otros clubes argentinos, ya sean los grandes o los modestos. Gareca ya les ha dado tres títulos como entrenador. Siempre con planteles ofensivos, esta vez destacaron su goleador de 21 años, Facundo Ferreyra, el portero uruguayo Sebastián Sosa, los más veteranos Sebastián Domínguez, Fabián Cubero y Federico Insúa, así como los jóvenes Gino Peruzzi, Fernando Tobbio y Francisco Cerro. Este domingo, con dos tantos de Ferreyra, batió 2-0 al Unión y obtuvo así el Torneo Inicial de la temporada 2012/2013, con 12 victorias, dos empates, cuatro derrotas y siendo el equipo más goleador del torneo (28 dianas en 18 partidos).

El Vélez es uno de los pocos clubes argentinos con finanzas sanas, proyectos futbolísticos de largo plazo y plantillas que juegan bien. Vence a la mediocridad que a veces abunda en la dirigencia y en los campos, donde faltan no solo las estrellas argentinas que emigran sino también jugadores no tan destacados que hallan mejores salarios en Europa o en otros países latinoamericanos. En multitud de ocasiones se ve en la liga argentina mucho juego torpe, violento y sin ataque. Los campeonatos cortos, de solo 19 partidos, han llevado a que se cuide mucho el resultado. El estado de los campos tampoco ayuda. En ese contexto, el Vélez es una de las excepciones.

De las últimas 13 ligas, solo cuatro fueron ganadas por los grandes y nueve, por los modestos, como el Vélez

Hasta 1992, el Fortín tenía menos títulos que su clásico rival, el Ferro Carril Oeste, del barrio de Caballito. Solo uno, contra dos del Ferro. En los últimos 20 años, de las 40 ligas disputadas, 11 fueron para el River, ocho para el Boca y otras ocho para el Vélez. En 1994, la V Azulada también ganó la Copa Libertadores de América y la Intercontinental, en la final contra el Milan, bajo la conducción técnica de Carlos Bianchi, con José Luis Chilavert en la portería, José Basualdo en el centro del campo y José Flores, El Turu, en el ataque. Medio año después de que el River regrese de Segunda y en tiempos en que Independiente y San Lorenzo pelean por evitar el descenso de categoría, el Fortín se agranda.

Las encuestas dicen que los cinco grandes suman en conjunto el 87% de los hinchas argentinos. El Vélez solo representa al 1%, pero no es con cantidad de público y ni siquiera con muchos recursos económicos con los que se vence en esta liga sudamericana, muy igualitaria en términos de acceso a los títulos. En muchas oportunidades ganan los que mejor gastan y a veces también los que mejor juegan, como en este Torneo Inicial. De las últimas 13 ligas, solo cuatro fueron ganadas por los grandes y nueve, por los modestos, como el Vélez. Claro que el Fortín ya reniega de su condición original. Y con razón. La pregunta es por qué otros clubes, grandes o modestos, no empiezan a beber la fórmula velezana de la V de su victoria.