“A veces creo que pienso demasiado en el fútbol”
Cesc asegura que la Eurocopa le devolvió la autoestima y se define como un jugador disciplinado y casi obsesionado con su trabajo
Son las 10 de la mañana en Las Rozas. Cesc Fábregas apaga su blackberry mientras se interesa por la situación de los trabajadores de EL PAÍS. A los 25 años, el 10 de la selección da más sorpresas fuera del campo que las muchas que genera dentro en las defensas rivales jugando de nueve a las órdenes de Del Bosque o donde le ponga Vilanova en el Barcelona.
Pregunta. Tiene usted una imagen de frivolidad que contrasta con su historial: sus padres se separaron cuando tenía 13 años, se fue a vivir a Inglaterra a los 16, dejó el Arsenal para volver a casa; tiene una novia 10 años mayor que usted…
Respuesta. Lo de la separación es algo muy común. Aunque al principio siempre es duro, sufres por ellos, por tu hermana, por ti. En ese sentido, irme a Inglaterra, centrarme en el fútbol, en aprender inglés, descubrir otra cultura, me ayudó mucho. Lo del aspecto frívolo es una sensación que tendrán algunos, ellos sabrán cómo la justifican. Volver a Barcelona tuvo un precio: jugar en el mejor equipo del mundo no es fácil. Era el capitán del Arsenal, me sentía súperimportante y aquí tienes que asumir que en tu equipo juegan tres de los cinco mejores del mundo y en tu posición. Pero la experiencia es preciosa y estoy en casa y estoy disfrutando y aprendiendo mucho.
P. ¿Su problema se llama Xavi, Iniesta o Messi?
R. ¡Lo ves todo negativo! Qué va, ¡son un regalo! Jugar con ellos es fantástico. Pero claro, no me voy a engañar: seguramente juegan en las tres posiciones donde yo puedo hacerlo y son los mejores del mundo. No me quejo ni lloro, lo único que puedo hacer es luchar, aprender, y si algún día no está uno, jugar, trabajar y sentirme cómodo.
P. Maradona, Pelé, Kempes… todos ganaron el Mundial con el 10 a la espalda. Como usted. ¿Presume de ello?
R. El 10 es mítico, es verdad, pero eso fueron leyendas y yo…. Tampoco jugué mucho en el Mundial. Le di el pase a Andrés, es verdad, pero no participé demasiado, jugué más y fui más importante en 2008.
P. ¿Cree que su juego se entiende?
R. A veces creo que se entiende más en el campo que fuera. Es extraño. Hablo con Cazorla y él se encuentra en la situación inversa. En el Villareal, interior derecho al centro, pero con cuidado táctico más grande que el que tiene ahora, o en el Málaga, que estaba más atrás y guardaba más la posición. Ahora vive libre por detrás del delantero. El que esté más cerca va a presionar; aquí no, aquí hay más orden. Se ha de vivir para entender el cambio.
P. ¿Tienes más de jugador inglés que de La Masia?
R. No, de jugador inglés no. Tengo mucho de jugador de Premier, eso sí, pero con la base de La Masia, claro: el toque, la vista periférica que da jugar siempre con el campo muy abierto… pero puede que tenga cierta tendencia a llegar mas rápido al área, eso sí es muy british.
Luis me hizo cambiar el chip. Me dijo: 'Chiquito', el gol es lo que se paga caro"
P. Se dice que por transgresor hace perder control del juego del Barcelona cuando juega de interior. ¿Lo cree?
R. Las estadísticas dicen que el año pasado es cuando se marcaron más goles que nunca. No sé, puede que bajara el control porque llegamos más, pero no será solo por mí. Yo, sinceramente, hago lo que el míster me dice. A mí me gusta venir a recibir, como hago en la selección, pero en el Barça el míster no quiere que baje porque eso atraerá muchos jugadores, y además están Xavi y Busi… Si yo voy hay menos espacio. Hago el trabajo que el entrenador me pide, soy muy obediente en ese sentido, de verdad. Luego, claro, está el instinto. Al volver a Barcelona me costó un poco, porque llevaba mucho tiempo haciendo otras cosas.
P. ¿Qué le pide Tito Vilanova?
R. Que alargue el campo, que aguante la posición, que combine con Leo y la banda, que llegue…
P. ¿Piensa mucho en el campo?
R. Depende. Hay días que te encuentras muy inspirado y todo sale natural, encuentras el sitio rápido, eliges el pase de forma natural, la intuición te guía y aciertas siempre…
P. ¿Le da la sensación de que, a estas alturas, se le exige siempre demostrar más que a otros?
R. Parece ser que sí. Pero en verdad, yo cada día trato de demostrarme que merezco lo que tengo. Es decir, que merezco ser jugador del Barcelona y de la selección. Soy competitivo conmigo mismo. En ausencia de Andrés he tenido protagonismo y eso te da una liberación, entrenaba con más tranquilidad, diferente a cuando no juegas tanto. Yo el día del Madrid sabía que era el primer cambio, seguro. Cuando no juegas, quieres dar tanto… Corres más, más, más y, al final, cuanto más has corrido, vuelves a casa y te dices: ¡Qué mierda de entreno! Con la confianza, tranquilo. Llevo mes y medio buenísimo.
P. ¿Se le vincula en exceso al gol?
R. Puede, pero las estadísticas están ahí y son muy buenas. Luis [Aragonés] me hizo ver que lo más importante son el gol y las asistencias. Cuando me llevó a la selección, era casi un mediocentro, llevaba tres años allí. En una entrevista dije que el pase era más importante que el gol. “Esto no es verdad chiquito, esto no es verdad. Lo más importante del fútbol es el gol”, me corrigió.
P. ¿Luis le llamaba chiquito?
R. Si, siempre me decía: “Vamos chiquito, vamos a estar bien”. Me dijo: “Chiquito, usted cuando acabe la carrera, mire cuántos goles ha hecho y compárelo con el mejor. El pase muy bonito pero el gol es lo que se paga caro. Y usted es muy bueno”. Me hizo cambiar un poco el chip.
P. Luis siempre decía que usted hace más cosas de las que parece, que es más rápido incluso de lo que parece.
R. A veces, en una jugada, esprinto y sé que voy a tope, pero me veo por la tele y pienso: “¡Qué lento!”. Pero sé cuándo juego bien y cuándo mal. Y llevo los últimos cinco partidos de titular, jugando los 90 minutos, y me he sentido mejor que nunca.
P. ¿Mejor que en toda la temporada pasada?
R. No, la pasada temporada disfruté mucho: aprendí, gané títulos, metí goles en finales, en el Bernabéu… Al final parece que los últimos cuatro partidos tengan más importancia que los seis primeros.
P. ¿Se dejó ir?
R. No, puede que el estado físico no me ayudara a dar lo que se requería. Llegué sin pretemporada y empecé a jugar el primer día, el primer partido. Las ganas, la motivación, la ilusión… te hace estar a todo, pero, al final, con eso no alcanza. En el Barcelona, si no estás bien, juega otro que es igual de bueno o mejor y está mejor. Y punto. La exigencia en el Barcelona es de un nivel tan alto que si sales, cuesta mucho entrar. Ahora estoy súperbien.
En la Eurocopa me sentí importante. Estoy orgulloso de mi rendimiento"
P. ¿La Eurocopa le devolvió la autoestima?
R. Absolutamente. Me sentí importante. Porque se intentó desde muchos altavoces que no jugara yo, que jugara otro compañero, pero Del Bosque me dio su confianza y yo trabajé para ganármela. Y, al final, en los momentos importantes, estuve ahí. Estoy muy orgulloso de mi rendimiento en la Eurocopa. Me hizo ver que podía ser importante ganando cosas importantes con la selección.
P. ¿Me explica qué es un falso nueve?
R. Un delantero que juega por el centro y que ayuda mucho al centro del campo, que tiene más control de balón que el típico rematador, que ayuda a generar superioridad por dentro para abrir por banda y llegar. Un falso nueve tiene que llegar también y meter goles, pero los goles son una consecuencia del juego colectivo antes que un objetivo posicional, es la consecuencia de tener mucha gente alrededor que busca los desmarques; tocamos y combinamos para crear superioridad en banda.
P. ¿Usted ya jugaba así con Messi de cadete?
R. Sí, más o menos. Tito [Vilanova] fue el primero que nos puso en una final de la Campeonato Catalunya contra el Español, a Leo de nueve y a mí de mediapunta y ganamos 3-0.
P. Han pasado 10 años. ¿Ha cambiado Vilanova mucho?
R. Siempre fue muy natural, muy futbolero. Siempre piensa en el bien del Barça y es muy recto, en eso no ha cambiado. Nos dio alguna bronca histórica. Tito transmite, ayuda, sabe lo que está haciendo y confía en nosotros. Le tenemos mucho respeto.
P. ¿Cree que el nivel de juego de Barça y Madrid se ha igualado?
R. Ellos juegan a una cosa y nosotros a otra. Y nos hemos enfrentado tantas veces que, más que nunca, los partidos se ganan por detalles, por despistes, una falta, un palo… En Madrid interesa decirlo para dar confianza a los jugadores y en Cataluña dirán lo contrario. Sabemos que el Madrid es un equipazo. El año pasado ganaron ellos la Liga. Nosotros trataremos de conseguirla esta vez.
Es mentira que acabara mal con Guardiola, que dijera que no me quería. Yo, a Pep, abrazos y besos"
P. ¿Terminó teniendo una relación tirante con Pep?
R. Se dijo que me quería echar, ¿no? Pep me fichó sabiendo cómo era y apostó por mí por lo que le podía dar. Es mentira que acabáramos mal, que dijera que no me quería. Yo, a Pep, abrazos y besos. Le estaré agradecido de por vida. Al final esto se llena de opiniones personales y la gente habla por hablar. Si a un tío le caigo mal, habla siempre mal de mí haga lo que haga. Yo con Pep tengo una relación fantástica, hablamos de Inglaterra. En este inicio de temporada decían que no estaba bien físicamente cuando estaba mejor que nunca y se ha acabado demostrando.
P. Dicen que se iba a Londres cada dos por tres…
R. Voy a Londres cuando tengo dos días libres porque mi novia vive allí. Pero diría que el año pasado fui dos o tres veces durante la temporada. Nunca he ido a pasar un día libre. Soy muy responsable, muy disciplinado y vivo mi profesión al ciento por ciento. No, 200 %. A veces creo que demasiado, que desconecto poco. Me paso el día descansando, viendo partidos en el sofá, con mis amigos quedo en casa y hablamos de fútbol… Vivo pensando en mi profesión constantemente.
P. ¿Tiene sueños?
R. Claro. Vivir sin sueños sería aburrido.
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