“El Valencia tiene cimientos sólidos”
Desmarcada Bankia de la operación inmobiliaria, Llorente le exige soluciones financieras para acabar el nuevo Mestalla
Como si se tratara de un eslogan, el presidente del Valencia, Manuel Llorente, midió las palabras para anunciar que sus relaciones con Bankia pasaban “de una operación inmobiliaria a una operación financiera”. Traducido: la entidad financiera abandona el acuerdo del pasado diciembre por el cual se hacía cargo del suelo del viejo Mestalla a cambio de saldar la deuda del club con el banco, 245 millones, y conceder otro préstamo para acabar el estadio nuevo, a medio construir y con las obras paradas desde febrero de 2009. “Tenemos mucha prisa por acabar el campo nuevo y vamos a exigir soluciones”, sentenció el dirigente, comprensivo con la decisión de Bankia (por la crisis inmobiliaria en España), pero a la vez firme en la idea de que tanto el banco como las instituciones públicas deben colaborar con el club para encontrar una salida a este callejón. “El campo es muy importante para la ciudad y todos deben implicarse para que se termine”.
No le queda más remedio al Valencia que llevarse bien con Bankia, admitió Llorente, porque el 27 de diciembre vence la prórroga para devolver el crédito de 245 millones. El Valencia no puede pagarlo, de manera que o vuelve a negociarlo o Bankia ejecuta el aval del préstamo: los terrenos del actual Mestalla. Esa posibilidad juega a favor de Llorente, convencido de que a Bankia no le interesa. El Valencia paga 15 millones anuales de intereses a la entidad presidida por Juan Ignacio Goirigolzarri.
No es el único match point al que se enfrenta la sociedad valencianista. En noviembre, su Fundación debe devolver también a Bankia otro préstamo de 81 millones que en su día pidió para una ampliación de capital de 90 millones. El aval esta vez está a cargo del Instituto Valenciano de Fianzas (IVF). De ejecutar el aval, la Generalitat se convertiría en la principal accionista del club de Mestalla.
Las dos prioridades del Valencia son la reestructuración de la deuda y el campo nuevo. “Seguimos negociando con Bankia”, insistió Llorente, que defendió su gestión al recordar cómo estaba el club cuando él llegó en junio de 2009. Entonces debía 550 millones y el déficit ascendió en esa última campaña antes de su llegada a 70 millones. La pasada temporada acabó con un superávit de un millón y la deuda se ha reducido, según Llorente, en 200 millones. Gracias en buena parte a la venta de los mejores jugadores: Villa, Silva, Joaquín, Mata, Isco y Jordi Alba, entre otros. “Hemos vendido por 190 millones y claro que me da envidia cuando veo a Silva en el Manchester City, a Mata en el Chelsea o a Jordi Alba en el Barça, pero la suerte que tenemos es que podemos vender jugadores. Este verano pudimos haber vendido a otros por 50 millones y no lo hicimos porque también debemos ser competitivos”. Pese a todo, “el Valencia tiene cimientos sólidos”, proclamó el presidente.
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