De la intemperie a la élite

Nelson Haedo Valdez (Paraguay, 1983) no pasará un segundo invierno en Rusia. Sin embargo, parece improbable que las condiciones climatológicas hayan podido achantar a quien ha superado los chaparrones de una vida de penurias, con el frío de quien duerme debajo de la grada de un estadio o la soledad de quien "casi se ve obligado a pedir limosna", según llegó a confesar el propio futbolista. El camino profesional de este jugador no ha estado guiado por ninguna alfombra roja.

El primer peldaño de su trayectoria deportiva lo alcanzó en el Tembetary, un equipo de la ciudad paraguaya de Ypané, a 27 kilómetros de Asunción. Allí tuvo que dormir en una cama bajo las gradas del estadio. Fueron dos temporadas a la intemperie hasta que viajó a Alemania para incorporarse en las categorías inferiores del Werder Bremen. El delantero dejó atrás la estructura metálica de la grada y compró un billete hacia el deporte de élite, donde llegaría para quedarse.

Dos goles suyos tumbaron al Valencia dejándolo fuera de la 'Champions' en 2004

El entrenador Thomas Schaaf, buen conocedor de la cantera del club alemán, lo ascendió al primer equipo en 2003. Ya con experiencia en la Bundesliga y solo un año después, se le ocurrió arruinarle una noche de Champions al equipo en el que jugará esta temporada. Dos goles suyos tumbaron al Valencia dejándolo fuera de la competición europea.

Después de jugar la Copa del Mundo de Alemania con la camiseta de su selección, donde no pudo pasar de la fase de grupos, Valdez fichó por el Dortmund. El delantero se cosió el nueve a la espalda y formó parte de la artillería del equipo hasta cuatro temporadas después, poco antes de la finalización de su contrato. Tras su buena actuación en el Mundial de Sudáfrica, donde su selección cayó en cuartos de final ante España, se dieron las condiciones necesarias para que el delantero acabara en la Liga española: el Dortmund quería hacer caja para aprovechar el buen cartel del jugador y el Hércules estaba dispuesto a culminar el fichaje más caro de su historia.

El club alicantino, entonces recién ascendido, pagó por el paraguayo 3,8 millones de euros. En la segunda jornada, Valdez tiró de su mejor munición para derribar al combinado de Guardiola, que había empezado la Liga deslumbrando con su juego. Sus dos goles esa noche fueron los únicos que se vieron en el Camp Nou. Esa temporada el Barcelona solo perdió ese partido, el único en casa, y otro en Anoeta, ante la Real Sociedad. Pese al buen arranque, el Hércules acabó bajando a Segunda y Valdez haciendo las maletas para fichar por el Rubin Kazán.

Allí tras 28 partidos contando liga, Copa y Europa League, consiguió hacer solo seis redes. A finales del pasado julio empezó su segunda temporada en Rusia y ahora pone rumbo de nuevo a España  tras pedir al club ser cedido al Valencia para que su hija pueda ir a una escuela en español. “Hasta ahora mi hija no tenía que ir a la escuela y mi familia podía vivir conmigo en Kazán. Pero ahora ocurre que tendría que quedarme solo. Créanme, es muy duro tanto para mí como para ellos", explica el jugador en la página web del club ruso.

En el Valencia volverá a tener una segunda oportunidad en España. Allí ya saben que cuentan con un jugador que no se amedrenta.