_
_
_
_
JUEGOS OLÍMPICOS | BALONCESTO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Pérdida del equilibrio

No es la primera derrota española en torneos que luego ganó. Pero el problema es Estados Unidos. Lo que se dice una penitencia

Fridzon entra a canasta ante Navarro.
Fridzon entra a canasta ante Navarro.Larry W. Smith (EFE)

El baloncesto es un juego de equilibrios y su ausencia la sueles pagar cara. Incluso, aunque te llames Estados Unidos, que pasó un sofocón frente a Lituania al no encontrar (ni la busca) otra opción ofensiva que su monotemática sucesión de lanzamientos lejanos, que esta vez no le entraban. A España le faltó el balance suficiente entre su juego interior y el exterior para evitar el lío en que se ha metido con su derrota ante Rusia y ese partido frente a Brasil que penalizará al ganador.

Después de un comienzo fulgurante, muy al estilo de este grupo, que suele afilar las garras cuando llegan las citas importantes, España fue diluyéndose poco a poco. Los 17 puntos de ventaja cosechados en ese primer cuarto de lujo, jugando a tumba abierta y con un acierto sobresaliente, pueden parecer mucho, pero con 30 minutos por jugar no son definitivos, sobre todo ante un equipo de rachas como el ruso.

A partir del apabullante dominio de los hermanos Gasol y las correrías de Rudy y Llull, Rusia fue encontrando la manera de apagar el incendio con esa defensa de medio hombre-medio zona que plantó sobre todo para parar el juego interior español y, de paso, enfriar algo el partido.

Cerrados cada vez más, con dos y en ocasiones hasta tres jugadores rodeando al pívot que recibía la pelota, el encuentro pedía productividad exterior para poder seguir sumando puntos y abrir la defensa para dar espacio a Pau y Marc. Salvo en algunos momentos,

Ante la buena defensa frente a Kirilenko, intrascendente por primera vez, Rusia se agarró a Fridzon, que nos hizo un roto

España careció del acierto suficiente, con ningún jugador de perímetro con la mano caliente, lo que provocó que el segundo y el tercer cuarto se saldaran con 12 y 13 puntos respectivamente, anotaciones impropias de un equipo con su caudal ofensivo. Ni en carrera, que hubo pocas en esos 20 minutos, ni en ataque estático, bloqueados los altos e imprecisos los bajos, se encontraban soluciones a la maraña que organizó el astuto David Platt. Todo lo contrario que los rusos, que, ante la buena defensa española frente a Kirilenko, intrascendente por primera vez, se agarraron a Fridzon, que nos hizo un roto; a la movilidad de Ponkrashov y a los triples de Khryapa, que se aprovechó de la dificultad que tenemos en el marcaje a pívots que se van a siete metros a tirar cuando jugamos con los dos Gasol.

Fue tan evidente este agujero que Scariolo puso en la pista a Felipe para frenar a Khryapa. Junto a Sergio Rodríguez haciendo de Capitán Valiente, consiguió volver a elevar el ritmo y recomponer al equipo lo suficiente para llegar a los cinco últimos minutos con un aparente dominio de la situación. Ayudó también el descenso en la puntería de los tiradores rusos, lógica, pues, como se suele decir, “alguna tenían que fallar”.

Se echó en falta a Navarro, nuestro mejor abrelatas, una de las razones de ese desequilibrio exterior-interior

Como ocurrió ante Gran Bretaña, la gestión de los minutos de la definición no fue buena, empezando por la defensa interior, en la que Mozgov estuvo demasiado suelto, y terminando por el enredo ofensivo. Con Pau vigilado, Marc algo desubicado y Calderón sin la pujanza de otros días, podía haber sido un territorio Navarro, pero Juan Carlos, aunque sumó, acusa lógicamente su inactividad previa. Bien que se echó en falta al mejor abrelatas que tenemos, una de las razones de ese desequilibrio exterior-interior que terminó condenándonos.

No es la primera derrota española en torneos que luego ganó. Lo hizo en los Europeos de Polonia y Lituania, por lo que, en condiciones normales, este revés no tendría mayores consecuencias. El problema se llama Estados Unidos y el debate sobre el España-Brasil se ha abierto. Lo que se dice una penitencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_