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Y la llama se apagó

El fuego olímpico fue extinguido para trasladar el pebetero dentro del estadio Críticas porque no puede verse desde fuera

A. N.
Austin Playfoot vuelve a encender la llama olímpica.
Austin Playfoot vuelve a encender la llama olímpica.Jae C. Hong (AP)

"El lugar donde nunca había estado”. Este es el título con el que se presentaba la secuencia final de la gala de inauguración, cuando la llama olímpica iba a descansar por fin en el pebetero para presidir de manera privilegiada los Juegos de Londres. Y tanto. Porque este fuego se apagó. Solo tres días después la llama ha tenido que ser extinguida para hacer posible el traslado del pebetero a otra parte dentro de estadio. En la ceremonia de inauguración los encargados de encenderla fueron siete jóvenes atletas, que representaban el futuro del deporte. Esta vez, se ha recurrido a una figura histórica para volver a encenderlo: Austin Playfoot, de 82 años. Este exatleta de media distancia fue uno de los 76 portadores de la llama olímpica en los Juegos de Londres de 1948. Entonces tenía 18 años.

La situación de la antorcha en el centro del estadio olímpico se convirtió en uno de los secretos mejor guardados para asegurar la sorpresa. Pero tras su revelación, las críticas empezaron a salir a la luz: los espectadores que no tuvieran entradas para el estadio olímpico no podrían presenciar la gran atracción de la llama.

Playfoot fue uno de los 76 portadores de la llama olímpica en los Juegos de Londres de 1948

La directora de comunicación de los Juegos, Jackie Brock-Doyle, aseguró que, durante el traslado, la llama permanecería encendida en un farol, para preservar la tradición olímpica. Esta data de los Juegos Olímpicos de 1928 en Ámsterdam, cuando el arquitecto Jan Wills ideó una torre para el estadio olímpico y se le ocurrió encender una llama durante la celebración de la competición. Y desde Berlín 1936 este fuego comienza a arder en la ciudad griega de Olimpia unos meses antes, para que luego los atletas la lleven hasta la ciudad que albergue ese año los Juegos.

Esta no es la primera vez que la llama ha dejado de arder para Londres 2012. Durante el relevo, en Devon, la llama se apagó cuando la portaba el jugador de bádminton David Follet. Para esos casos, junto al atleta, siempre está una “llama madre”, para volver a encenderla rápidamente. Lo mismo ocurrió en en los Juegos de Montreal. Solo que entonces alguien tuvo que prender el fuego con un mechero

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Sobre la firma

A. N.
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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