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“Hay un sistema corrupto, criminal y bien rodado”

El Presidente de la Asociación de Futbolistas Italianos analiza los escándalos de corrupción que azotan el ‘calcio’, critica la presencia de los ultras y dice que el fútbol está “envenenado”

Eleonora Giovio
Tomassi, ayer en Madrid
Tomassi, ayer en MadridLUIS SEVILLANO (EL PAÍS)

Damiano Tommasi (Verona, Italia, 1974) está de visita en Madrid. Ha venido para disputar la Eurocopa de fútbol indoor que se celebra en el Parquesur de Leganés. Echar un partidillo quizás sea la mejor forma para desconectar del escándalo de corrupción que azota el calcio. En los últimos cuatro días, Tommasi, presidente de la AIC (Asociación de Futbolistas Italianos), y que jugó en el Roma y en el Levante, entre otros, no se ha separado de Cesare Prandelli, el seleccionador, y de Coverciano. Prandelli fue ayer tajante: “Si es lo mejor, no vamos a la Eurocopa”.

Pregunta. ¿Por qué Italia está siempre envuelta en estos casos de corrupción?

Respuesta. Cada día más. Es un problema que no tiene que ver solo con Italia. Las investigaciones hablan también de personas que no son italianas, que tienen su cuartel general en el extranjero y que precisamente por eso favorecen cierto tipo de apuestas. Más allá de eso, nuestra voluntad es aclarar las cosas lo antes posible. De todas formas, generalizar nunca es la mejor solución. Pero sí, la imagen del calcio hoy es negativa.

P. Dicen en España que, al menos, en Italia se investiga y se castiga a los corruptos. ¿Le sirve de consuelo?

R. He leído que en España han archivado la Operación Galgo… A mí no me sirve de consuelo. Yo tengo ganas de ir hasta el fondo de la cuestión. Italia necesita un cambio de mentalidad ya. Muchas veces somos superficiales y el riesgo es que las consecuencias son muy graves.

P. ¿El cambio de mentalidad dónde tiene que empezar?

R. En tomar consciencia de que hay que hacer algo distinto. Ya no vale el discurso de “Lo hacen todos, así es como funciona”... Pues no, así no tiene que funcionar. Esperemos que se cierre el círculo lo antes posible.

P. El juez instructor del caso, Roberto Di Martino dice que, si quisiera, seguiría hasta el infinito…

R. Se ve que tiene la confianza de aguantar hasta el infinito [se ríe]. Sabemos que el problema es grave, que no son casos aislados. Hay un sistema corrupto, criminal y bien rodado. A mí me han preocupado más las declaraciones de Laudati [el fiscal que lleva la investigación de Bari], que habla de estas tramas de apuestas como de un negocio que genera más dinero que el tráfico de drogas. No creo que se pueda llegar hasta el infinito, no porque no haya ganas, sino porque hay que delimitar el problema y hacer justicia. Si queremos volver a empezar el curso que viene, hace falta convicción y otra mentalidad.

P. La policía ha asegurado que los incidentes en el campo del Génova de hace un par de meses [los ultras pararon el partido y exigieron las camisetas de los jugadores] estaban preparados. Hay un sms entre un jefe de los ultras y Sculli [el futbolista del Génova que fue a hablar con los ultras y consiguió reanudar el partido] que lo demuestra. Entre ellos se llaman “hermanos”. ¿Esa connivencia existía ya en su época?

R. La cercanía de los jefes de los ultras con jugadores y clubes siempre ha existido. Ellos viven el día a día de los clubes. Los futbolistas en esto son muy superficiales, se lo toman a la ligera, se rodean de personas de las que desconocen cuáles son sus verdaderas intenciones. Habría que empezar a pensar cómo evitar eso, pero en Italia esas relaciones siempre se han considerado como un mal menor. Italia es así: se da por hecho que cuando un equipo pierde hay que montar una manifestación; cuando un futbolista juega mal hay que insultarlo. La gente y la opinión pública toleran este sistema.

P. Prandelli habla de los que están metidos en la trama de apuestas como de “40 o 50 pringados”. ¿Cómo los califica usted?

R. Delincuentes. Gente que no es consciente de cuál es su rol [desde 2005, todos los que tienen fichas en la Federación tienen prohibido apostar]. Habría que preguntarse si la culpa de esa falta de percepción es solo de ellos. Para vivir como protagonistas en este ambiente hay que estar preparados.

P. Hasta ahora solo estaban implicados jugadores de Segunda y Tercera. Desde el lunes, se sospecha de siete partidos de la Serie A. ¿Por qué se ha llegado tan arriba?

R. Porque en Italia siempre ha habido una mala costumbre: considerar como algo normal que los equipos que no tienen objetivos en la tabla no jueguen con el mismo espíritu que los que sí se juegan algo. Y claro, en eso ahora han entrado las apuestas, los negocios, los enchufes… Si se llega a la Serie A es porque el sistema ya está bien rodado, y quienes los están poniendo en práctica sienten que tienen las garantías necesarias para que no les pillen.

P. Buffon no está investigado pero, ¿es para preocuparse que de su cuenta bancaria salga un millón y medio de euros destinado al dueño de un estanco habilitado para apuestas deportivas?

R. Habrá que ver si tiene responsabilidades, penales o de comportamiento, y luego sacar las conclusiones. Pero creo que se está enfatizando mucho en eso. Es un asunto de enero de 2011, que se refiere al año 2010. Si durante año y medio no se han tomado medidas y no se han hecho más investigaciones, será porque las cosas no son tan graves como se están pintando. Molestan, eso sí. Y la gente quiere explicaciones… y habrá que darlas.

P. ¿Mermará todo esto el estado de ánimo de la selección para la Eurocopa?

R. Todos estos días he estado en Coverciano y el ambiente es de serenidad. Quieren competir. Supongo que costará alejarse de todo lo que está pasando, pero el césped es el mejor sitio para desviar la atención. Creo que debutar contra un rival de peso como España es una suerte, les meterá rápidamente en la competición.

P. Prandelli ha dicho que si es necesario, Italia no irá a la Eurocopa...

R. Es una provocación. No es fácil trabajar como están trabajando pero no ir, no es lo mejor. Son momentos en los que hay que pensar en el fútbol. Sé que es bastante complicado, pero lo mejor es participar en la Eurocopa. Algo de cansancio sí hay, lo he visto estos días, se levantan cada mañana con una noticia nueva…

P. ¿Usted cree que el calcio está limpio?

R. Habría que ver qué se entiende por calcio. El fútbol de alto nivel, no solo el italiano sino también el europeo, se ha convertido en un negocio. El fútbol italiano, además, da popularidad, y eso ha atraído a personajes poco cristalinos, gente que se aprovecha del balón para conseguir otros objetivos. El fútbol hoy está poblado de gente que lo envenena. Pero el calcio no solo es eso: son más de un millón y medio de fichas federativas, son padres que juegan con sus hijos, son niños de dos años que corren detrás de un balón. Como mi hijo pequeño. El fútbol de alto nivel, en cambio, ha dejado de ser una competición deportiva.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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