El Depor tira parte de sus réditos

Arde A Coruña, todo pasión con su equipo, con el autobús preparado para acudir a Cuatro Caminos y ahí está el Deportivo gélido como la Antártida durante buena parte de un partido ante un equipo, el Xerez, que sólo se jugaba la honrilla de derrotar al líder, sufridor una vez más atrás porque no termina de cerrar los caminos hacia su portería, plagado como está de medio campo hacia delante de hombres sin excesiva vocación defensiva y con un medio centro, Álex Bergantiños, al que su infinita generosidad en el esfuerzo le lleva a intentar abarcar más espacio del que puede sin que le hagan coberturas.

Defiende mal el Deportivo y en ese pecado tuvo ayer su penitencia porque no golpeó como de costumbre o al menos no lo suficiente como para minimizar sus taras, evidenciadas cuando delante está un equipo que sabe lo que hacer con la pelota. Y el Xerez jugó y remató. Metió tres, pero pudo marcar tres más ante la desesperación de Aranzubía y sus centrales, que se cansaron de pedir apoyos. Ayer pagaron tanta morosidad y lo hicieron bien pronto con la primera llegada del aluvión jerezano, con un gol que alertó sobre lo que estaba por llegar. Ante una estimable acción combinativa del Xerez, culminada con clase por Maldonado, apenas se articuló una oposición contemplativa.

Al menos ese tipo de palos en las ruedas sirven para activar motores y el Depor lo hizo de inmediato, siempre con presencia de Juan Domínguez en las operaciones, menos de Valerón y casi irrelevante de Guardado. Empató al poco Lassad, que demuestra una vez más que pese a no ser un goleador rinde más cerca de la portería que lejos. Quiso imponerse el Deportivo. Manejó la pelota con cierto criterio, pero sin profundidad, siempre con sustos cuando se trataba de regresar y eso le dañó porque espoleó a los locales. El descanso le hizo daño porque perdió el hilo. Se quedó sin la pelota y entonces llegaron los problemas. También el gol de Lassad, porque el fútbol, lo dice el tópico, es así. Y así es el Deportivo, el equipo de los fogonazos. El tunecino prendió la luz con un genial taconazo a la escuadra, pero el Xerez se revolvió, empató de inmediato con un gol que embocó el lateral Mendoza desde Cádiz y se llevó los puntos cuando Laure cometió una torpeza en la salida de la pelota e Israel habilitó a Maldonado con medio Deportivo a 40 metros.

Con diez minutos por delante, apurado por la derrota y una lamentable segunda parte, los de Oltra salieron de la nevera y en tiempo de descuento tuvieron dos opciones clarísimas para al menos llevarse un punto. Toni sacó la de Domínguez y el larguero escupió la de Riki. No valen como disculpa, sí como camino a la gloria. Esa debe de ser la actitud del Deportivo para ganar los dos próximos partidos, ante Nàstic y Huesca, y sacar el autocar de las cocheras.