El exitoso mejunje del Leverkusen

Dos detalles del pasado definen el presente del Bayer Leverkusen. Por un lado, el despido de Reiner Calmund en 2004, que concretó una nueva política de fichajes en el club; por el otro, el técnico Voulker Finke, toda una institución en el Friburgo y en el fútbol alemán por su fútbol sistemático y rígido, además de un gran referente para Robin Dutt, el actual entrenador del club de la aspirina. Una mezcla, un mejunje, que resulta de perlas en un club ya centenario e instalado en la élite alemana, en un equipo bien sugerente que ataca mucho mejor que defiende.

Figura referencial desde 1976 a 2004, Calmund pasó por todas las áreas del Leverkusen hasta atornillarse en la parcela deportiva, donde destacó por fichar a futbolistas como Schuster, Kirsten y Völler, además de los brasileños Paulo Sergio, Jorginho, Emerson, Zé Roberto, Lucio y Juan... Fue Calmund quien exprimió con acierto la vía de las filiales en América Latina, sobre todo en Brasil, iniciada con Tita, ese delantero carioca que amargó, entre otros, al Espanyol en la final de la Copa de la UEFA de 1988, único título continental -logró además una Copa germana, en 1993- del equipo, toda vez que en 2002 Zidane les arruinó con un gol para la historia la Champions. Resultó que Calmund, marchado en teoría por voluntad propia del club en 2004, fue despedido porque tenía negocios paralelos y cobraba dinero por según qué traspasos, como demostró el fisco alemán. Equipo serio como pocos y ciertamente avergonzado, el Leverkusen decidió dar un viraje a su política de fichajes, la que ahora practica. Se centra en potenciar la cantera y en incorporar a futbolistas jóvenes y efervescentes a un paso de explotar para desarrollarlos y luego venderlos, como ya hicieran con Arturo Vidal este verano, fichado al Colo Colo por 5,5 millones y vendido por 11 al Juventus. Este año, con salud económica e impulsados por el ojo de Völler -director deportivo-, es el ejemplo perfecto, con los fichajes del central Toprak (21 años y tres millones), el portero Leno (19 años y 7,8 millones), el mediapunta-extremo Schürrle (20 años y 8,3 millones) y el interior derecho Bellarabi (21 años y gratis).

El talento de estos jugadores, sin embargo, no se discute con la rigidez táctica, porque así lo exige Robin Dutt, imbuido por Voulker Finke, inspirador de la escuela sistemática del Friburgo, donde entrenó de 1991 a 2007. Cada jugador con una misión determinada, sin demasiada libertad para los futbolistas, sujetos al sistema y no a la interpretación del juego. Así, el Leverkusen resulta similar, con una defensa cerrada, con una media que no estira ni recoge las líneas, y con una delantera que se desgasta en la presión. Todo ese mejunje, sin embargo, no repercute en el toque porque hay figuras con mucha calidad. El equipo, en cualquier caso, tiene fisuras. Y casi todas están en la zaga.

El portero Leno, fichado al Stuttgart, es tan joven como talentoso, por más que hiciera una pifia terrible en uno de los partidos europeos ante el Valencia. Le falla, sin embargo, la defensa, que en ocasiones bordea la ridiculez, toda vez que no han superado la marcha de Hyypia. Castro -de raíces españolas- y Kadlec no son laterales convincentes, al tiempo que Toprak y Friedrich o Reinartz son centrales lentos y desacertados, fallones en la corrección y solo cómodos en el juego aéreo. En el medio, sin embargo, destaca Bender, un eje con mucha clase y recorrido, que tiene pintas de grande. Bien acompañado por Schürrle, quizá la estrella del equipo, que suele jugar escorado a la izquierda y que tiene un poco de todo, desde el regate a la velocidad, desde el pase al remate. Sam, además, es un extremo bien rápido y potente que está entre algodones, y el excelente brasileño Renato Augusto está roto, el otro vértice que juega en el costado derecho. Así, parece que el eterno Ballack puede tener participación en el equipo, siempre de engarce, aunque ya tosco, desfasado y sin llegar desde la segunda línea al área rival. Arriba, habitual punteador, brilla KieBling, un delantero de desmarques y olfato. Un rival joven, ordenado y con toque, pero descosido en la zaga. Una penalidad mayúscula ante el Barcelona, que perdona bien poco.

Equipo base: Leno; Castro, Toprak, Reinartz, Kadlec; Bender, Rolfes; Sam, Ballack, Schürrle; y KieBling.