Inglaterra y Francia, la batalla del balón
Los dos equipos, con discrepancias futbolísticas, teóricos favoritos en el grupo D completado por Suecia y Ucrania
Se presume un duelo de lo más tenso y divertido, puro espectáculo futbolístico. Inventora y exportadora del fútbol, Inglaterra hace mucho tiempo que no saborea un éxito a nivel de selección, con el Mundial del 66, del que fue anfitrión, como el mejor y único de sus laureles, aún por estrenarse en Europa, incapaz de superar las semifinales (1968 y 1996). Por eso le sale urticaria cuando Francia le sugiere que fueron sus jugadores, como Cantona, Tigana, Ginola, el técnico Wenger, Pires, Henry... los que reverdecieron con su juego un fútbol primario. Ahora se batirán las dos selecciones en la Eurocopa, con Ucrania -teórica cabeza de serie por ser la anfitriona- y Suecia como supuestos teloneros, en teoría un par de peldaños por debajo de su fútbol.
Aún la Ucrania de Shevchenko
Equipo con más dudas que certezas, es la única selección que se estrena en la competición -actúa como equipo independiente desde 1992- y lo hace por un salvoconducto directo, sin participar en la previa como organizador del torneo. Sus amistosos en época de entretiempos certifican que es una selección débil, incapaz de ganar a cualquier selección de las consideradas grandes, por más que cosechara un empate ante Alemania.
Dirigidos por Oleg Blokhin -llevó a este grupo a los cuartos de final en 2006-, el conjunto no ha sido capaz de encontrar un sustituto para Shevchenko, todavía titular y referente en el frente de ataque a sus 35 años, finiquitando su carrera en el Dinamo de Kiev.
Esta Francia es otra cosa
La selección gala, en plena transición tras un Mundial desastroso de Sudáfrica en el que fue más noticia fuera del campo que dentro por sus ácidas polémicas, ha recobrado el color bajo el mandato de Laurent Blanc. El técnico, empeñado en desdibujar las líneas maestras de su predecesor, Raymond Doménech -que apostaba por la veteranía y la jerarquía- ha hecho una revolución de nombres y de juego, toda vez que el equipo persigue tener la posesión del baló, desplegarse en campo contrario. Cosa que no suele conseguir, pero que intimida a cualquiera.
Para Blanc el relevo era innegociable, y ha tirado de futbolistas como Rami en el eje de la zaga, M'Vila en el centro del campo para cortar el juego, Nasri como enlace para poner el ingenio y el último pase, y Benzema y Rémy como el desenlace. Aunque le costó certificar su pase a la Eurocopa, y dio muestras de flaqueza, se salió airoso de los entuertos.
Suecia, a hombros de Ibrahimovic
Suecia se ha convertido en un habitual de la competición continental. Desde 1992, cuando fue la anfitriona, solo se perdió la cita de Inglaterra, cuatro años después. Se clasificó directamente para Polonia y Urania como la mejor segunda de los grupos, tras ser capaz de derrotar a Holanda en el último encuentro.
Ibrahimovic es la estrella a la que se aferra la selección entrenada por Erik Hamren para soñar con superar la primera fase. Alrededor del delantero del Milan, los únicos futbolistas con una cierta proyección internacional son el centrocampista del Lyon Kim Källström, especialista en lanzar faltas, y el interior derecho Sebastian Larsson, que está destacando en la Premier con la camiseta del Sunderland.
Inglaterra, mejores jugadores que equipo
Grandísimos jugadores; equipo regular. Inglaterra no renuncia a sus raíces, al fútbol directo y vertical, al pelotazo en caso de apuros y al disparo a la mínima oportunidad. Así lo exige el seleccionador Fabio Capello, así lo reclama -aunque cada vez menos- la grada, y así se expresan los futbolistas. Cómodos en la fase de clasificación ante rivales menores, hace demasiado tiempo que los pross no regalan nada a su afición. Eliminados en cuartos del pasado Mundial, su mayor escozor fue la no clasificación para la anterior Eurocopa.
Capello, sin embargo, ha encontrado a un portero de lo más fiable (Hart), y tiene donde elegir. Hay una defensa acorde a sus pretensiones -más musculo que toque, comandada por Terry y Ferdinand, con laterales bien impulsivos (Johnson/Richards, Cole) y con mediocentros de brega como Barry. Le falta, como a todos los seleccionadores, casar a los trescuartistas Gerrard y Lampard, además de encontrar a los extremos definitivos y el ariete idóneo, toda vez que Rooney se perderá los tres primeros partidos del torneo por sanción y Defoe, Bent, Carroll o Welbeck no son universales.
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