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Un 'sparring' de lo más exigente

El cuerpo técnico y los jugadores de la selección española consideran que Chile es un rival complicado, difícil de jugarle

Le comentaron a Borghi, seleccionador de Chile, que la herencia recibida de Marcelo Bielsa era un Ferrari. "Era un Ferrari, pero no un Ferrari campeón. Era un buen equipo, pero no un equipo campeón", explica. Chile, eliminada en cuartos de final por Venezuela de la Copa América, sigue sin ser campeón, pero mantiene tan alta competitividad que se ha convertido en el peor sparring del mundo, en el equipo menos aconsejable para un amistoso. Puede que al argentino Claudio Daniel Borghi (Castelar, 1964) le moleste que constantemente le diga que su equipo remite al de Bielsa, el actual entrenador del Athletic que durante cuatro años dirigió a la selección chilena, pero es lo que hay. "Si recibí un proyecto, no sé cuál es, porque no me dejaron nada", dijo en su momento Borghi. España se verá esta noche con el equipo de aquel centrocampista de pie fino, campeón del mundo en 1986 con Argentina, que Berlusconi fichó en su momento para que le deleitara por su calidad en el equipo de Arrigo Sacchi y que apenas jugó: demasiado creativo, demasiado irresponsable tácticamente.

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La selección chilena lleva el sello de ese que llamaban Bichi porque dicen ha ganado paciencia pero no se explica sin atender a los cuatro años que Bielsa trabajó en Santiago y sin referirse a una generación de futbolistas irrepetible, que fue tercera en el Mundial juvenil del año 2007, en la que estaban Vidal, Isla, Medel, Carmona, Sánchez, todos titulares esta noche.

La sensación del cuerpo técnico de España es que se trata de una selección incordio, un grupo de pulgas que pican y pican durante todo el partido. El paradigma chileno, a ojos de los técnicos que acompañan a Del Bosque, es el centrocampista del Sevilla Gary Medel. "Consigues quitártelo de encima con un pase, con un regate... y siempre vuelve y vuelve... no para", explican en el equipo español. Esa presión remite a intensidad y responsabilidad impuesta por Bielsa a unos jugadores de verdadero talento. "Son completos. Juegan bien", admite Del Bosque. "Sufrimos una barbaridad. Nos costó muchísimo sacar ese partido adelante", rememora Xavi al hablar del trascendental duelo contra Chile en Pretoria. Chile es un incordio de dimensiones considerables y maldita la gracia que le hizo a del Bosque enterarse de que Villar había decidido que el rival en el amistoso era este equipo, después de que se hubiera barajado la posibilidad de jugar contra Ucrania, Tailandia y Qatar.

En el partido de esta noche, Borghi introducirá novedades posicionales, a un mes del inicio de las eliminatorias sudamericanas. Juega Contreras por la derecha, central con experiencia, pero algo lento que milita en PAOK griego porque Vidal, el nuevo fichaje del Juventus, actuará de libero en lugar de Waldo Ponce, lesionado. Mantendrá el dibujo, 3-5-2 con Orellana, El Histórico como le dicen, autor del gol en noviembre de 2008 en el 1 a 0 de Chile sobre Argentina en Santiago de Chile, acompañado de Alexis en ataque. En centro del campo, las pulgas de las que hablan los españoles, lo formarán Mauricio Isla, un jugador incansable, que ataca y repliega a idéntica intensidad, Gary Medel, Carlos Carmona, Beausejour y Felipe Gutiérrez en el mediocampo.

Chile jugará el domingo en Cornellà contra la selección de México otro amistoso poco fraternal. "Nos llaman porque le exigimos lo mejor a cada rival" sostiene Borghi, no sin razón.

El jugador chileno Alexis Sánchez, durante un entrenamiento con su selección.
El jugador chileno Alexis Sánchez, durante un entrenamiento con su selección.EFE

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