Ruge el Etna, ruge el Giro

El Giro llega a la primera gran etapa de montaña de su 94ª edición. Al fin, según muchos de los corredores, empezará a verse quiénes son los auténticos candidatos a la victoria final. Ninguno de los favoritos quiso lucirse hace dos días en la subida al santuario de Mercogliano, primera llegada en alto de la prueba y primer día en el que, según algunos, podían abrirse huecos. No fue así. Será el Etna el que, probablemente, traiga los primeros resultados significativos para empezar a despejar incógnitas.

El trazado entre Messina y la meta, de 169 kilómetros, incluye una doble subida al volcán más activo de Europa, que en los últimos días ha entrado en erupción dos veces. La carretera ya ha sido limpiada de las toneladas de ceniza que se acumularon en capas de más de un centímetro de espesor. Más de 200 personas, organizadas en brigadas, han colaborado para que el asfalto esté en las mejores condiciones y la organización de la corsa rosa ha asegurado que se podrá correr sin problemas.

La escalada al Etna no es ninguna broma. Erupciones al margen, la primera subida arranca en Linguaglosa, en el kilómetro 90 de la etapa. Serán 18 kilómetros de ascenso con una pendiente media del 6% que llegará en su punto máximo al 12%. Se alcanzarán los 1.631 metros de altitud antes de afrontar una bajada de 19 kilómetros, que dará paso a la escalada final. Otros 19 kilómetros y medio, partiendo desde Nicoliso, con unas cifras de inclinación muy similares a las del anterior ascenso. La meta está ubicada a 1.892 metros de altitud.

A esta primera gran jornada de montaña se llega justo después de que Alberto Contador (Saxo Bank) sorprendiera con un ataque en el tramo final de la octava etapa, un trazado diseñado para sprinters, que le permitió entrar segundo y ponerse a la cabeza de los favoritos en la general. El español cuenta con ese golpe de mano a su favor, pero la etapa del Etna tiene un significado especial para todos los corredores italianos, que intentarán firmar una actuación notable. Y más que ninguno, Vincenzo Nibali (Liquigas), principal rival de Contador, que juega en casa; corre en su región natal, ante su familia, sus amigos, sus tifosi, y ya ha anunciado que hará todo lo posible para vestirse la maglia rosa en el volcán: "Con tanta gente como va a haber no sé si va a volver a explotar".