Sin muro y sin red, pero con la pelota

Acostumbrado a llevar la voz cantante, al Barcelona le aguarda hoy un partido propio de un contestatario. Necesita dar la vuelta al marcador en difíciles condiciones: jugará sin red, porque perdió (2-1) en Londres, y sin muro, porque le faltan los centrales titulares -Puyol, lesionado, y Piqué, sancionado-, circunstancia que supondrá seguramente la alineación del volante Busquets como zaguero, reubicación que suele modificar la mecánica de juego.

A los azulgrana, por lo demás, no se les dan bien las remontadas si se atiende a que los dos únicos títulos, de 10, que han perdido desde la llegada de Guardiola, hace tres temporadas, han sido una Copa y una Champions tras ser derrotados en la ida por el Sevilla (1-2) y el Inter (3-1). La hernia discal que hasta ayer tenía al técnico en la clínica (fue dado de alta) también ha ayudado a mantener la alerta. El barcelonismo se ha sentido en cierto modo vulnerable a pesar de que los resultados avalan su trayectoria.

La trascendencia del partido se refleja en las manifestaciones de los propios jugadores: "Es el más importante del año". Coinciden en que deberán poner los cinco sentidos en la vuelta después de que en 15 minutos se les escapara el triunfo en la ida. No queda margen de error. A su favor está que disponen de mejor equipo que el Arsenal; que cuentan con el número uno, Messi, y que juegan en el Camp Nou, escenario en el que solo han concedido una derrota, ante el Rubin Kazán, en los últimos nueve partidos europeos.

Al Arsenal, por el contrario, le cuesta ganar en cancha ajena -cinco derrotas en sus últimas seis salidas-, no sabe rematar su notable progresión -perdió la final de la Copa de la Liga- y el sábado empató con el Sunderland cuando podía apretar al Manchester United en el liderato de la Premier. Además, está diezmado por las bajas: Song y Walcott están lesionados y Van Persie es duda tras ser repescado en uno de los habituales guiños de Wenger denunciados ayer por Guardiola.

Los gunners cuentan con juego suficiente para alcanzar los cuartos. Les avala el guion del partido del Emirates, su arrebato e intensidad y también la velocidad de su contragolpe, expresada en el gol de Arshavin (2-1), un prodigio de toque, profundidad, rapidez y precisión. Ningún jugador simboliza mejor el fútbol del Arsenal que su capitán, Cesc, completo, formado en el fútbol base del Barça y que hoy debutará en el Camp Nou como rival. Cesc aspira a reivindicar que le corresponde la zamarra del 4 que los azulgrana guardan en el vestuario.

El protagonismo de Cesc solo puede ser discutido por Messi, cuyo impacto en la ronda del año pasado aún escuece al Arsenal: le marcó cuatro goles (4-1). La conexión Iniesta-Xavi-Messi será capital para la suerte de un partido difícil de gestionar. Los azulgrana creen que se impone tener la pelota, no perder la cabeza, acabar las jugadas y evitar las transiciones del equipo inglés, que contará con el apoyo de 5.000 aficionados.

"El Barça sigue siendo la vara de medir de todas las cosas", concluye Ottmar Hitzfeld, seleccionador suizo; "todo le resulta tan fácil que a veces comete errores". Los azulgrana, que han saldado los últimos partidos con marcadores mínimos, no quieren perdonar al Arsenal como en Londres y nada les motiva más que volver a Wembley, escenario de la final que en 1992 marcó el punto de partida del barcelonismo ganador.