Nadal busca su mejor versión
El número uno gana con solidez a Cilic y jugará ante Ferrer el primer duelo español en cuartos de Australia desde 1997
En medio de una noche fría, la tiritona de Marin Cilic. Mareado de un lado a otro, el gigante croata (198 cm) sucumbe 2-6, 4-6 y 3-6 en octavos de final del Abierto de Australia ante Rafael Nadal, que le hace bailar de una esquina a la contraria, inclinar el espinazo con su revés cortado, pensar en defender más que en emprender el ataque. El número uno jugará ahora contra David Ferrer, vencedor del canadiense Raonic, lo que asegura un español en semifinales del primer grande del año. Si el mallorquín quiere ser quien ocupe ese puesto, no le valdrá con el régimen de potencia e insistencia con el que dejó inane a Cilic. El alicantino está en un gran momento. Es el primer duelo español en cuartos del Abierto de Australia desde el que protagonizaron Félix Mantilla y Carlos Moyá en 1997. Ganó el jugador balear, que llegó a la final y la perdió ante Pete Sampras.
Al tenis de Nadal, que ha llegado a las zonas nobles del torneo sin ceder un solo set, le falta todavía la pimienta que decide los títulos. El número uno reservó sus mejores jugadas para los momentos decisivos, en especial la bola de break que concedió cuando sacaba para ganar la segunda manga. Esa es la marca de los campeones. El mallorquín, sin embargo, está aún a la búsqueda de esos tiros profundos que le dieron tantos éxitos, de un saque a la altura del que mostró en el Abierto de Estados Unidos y del alto ritmo de juego con el que desmiembra rivales. La fe y la lectura del juego contrario siguen ahí, como los mandamientos grabados en piedra de granito: juegue como juegue, Nadal hace pagar cada centímetro cedido con sudor y sangre.
Eso es lo que sufrió Cilic, que perdió 6-2 la primera manga después de zamparse 56 minutos de partido. Visto que su camino llevaba a la nada, el croata probó a subir a la red, lo que le dio mejores resultados. Pareció protestar lo que juzgó como pérdidas de tiempo de Nadal, llegando incluso a darle la espalda antes de un servicio. Y se despidió sin decir esta boca es mía, ahogado por el español.
"Me ha gustado todo mucho más que el otro día. Me ha gustado la intensidad de piernas, la mental, el ritmo, que he cometido menos errores, he sacado mejor. En general he jugado muy serio con menos fallos. He dado un salto muy grande hacia adelante", reconoció Nadal después del partido. El balear también habló sobre su próximo partido, frente a Ferrer. "Estamos en cuartos de final. Los dos saldremos a ganar y a hacerlo lo mejor posible. Ha jugado un gran partido. Me alegro por él, porque aparte de todo es un gran tipo", apuntó.
El número uno ya está en la segunda semana, donde se decide el título y se desperezan los grandes tenistas. Atención: para él es terreno sobradamente conocido.
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