Batacazo del Sevilla
El Braga golea al conjunto andaluz y pone en entredicho el futuro de Álvarez
La bolita del Sevilla no estará en el bombo. El conjunto andaluz no jugará la Liga de Campeones tras sufrir un batacazo importante no solo por el gran impacto económico que supone la eliminación en la fase previa para un club que no ha parado de crecer en los últimos años, sino sobre todo porque esta derrota lleva consigo cierto aire de etapa finalizada. Un tiempo en el que el Sevilla se codeó con la élite española y la europea. Algo que ahora suena a historia porque la Liga Europa solo supone un triste consuelo.
La caída es de tal impacto que pone en tela de juicio la planificación realizada por la entidad y también el trabajo del cuerpo técnico encabezado por Antonio Álvarez, sobre el que se ciernen negros nubarrores. El Braga, un equipo menor, batió con toda justicia a un Sevilla lento, desesperante, con una defensa infame y, encima, preso de una incapacidad táctica y físicas alarmantes. El resultado, un grupo a la deriva, envejecido, sin respuestas. Parece que el gran Sevilla ha dicho adiós.
SEVILLA 3 - BRAGA 4
Sevilla: Palop; Konko (José Carlos, m.61), Fazio, Escudé, Dabo (Negredo, m.78); Navas, Zokora, Cigarini (Renato, m.61), Perotti; Kanouté y Luis Fabiano.
Sporting de Braga: Felipe: Silvio, Moisés, Alberto Rodríguez, Elderson; Leandro Salino, Vandinho, Aguiar (Lima, m.55); Alan, Paulo César (Paulao, m.68) y Matheus (Elton, m.80).
Goles: 0-1, m.31:Matheus. 0-2, m.58 Lima. 1-2, m.60: Luis Fabiano. 2-2, m.84: Jesús Navas. 2-3, m.85: Lima. 2-4, m.90: Lima. 3-4, m.91: Kanouté.
Árbitros: Nicola Rizzoli (ITA). Amonestó con tarjeta amarilla a Zokora, Perotti y Escudé por el Sevilla; y a Elderson, Aguiar y Leandro Salino por el Sporting de Braga, Incidencias: Encuentro de vuelta de la última eliminatoria previa de la Liga de Campeones disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán.
Hubo quien se alegró cuando el sorteo emparejó al Sevilla con el Braga. Y hubo también quien pensaba, ya no muchos después de ver al equipo andaluz en la Supercopa contra el Barça y en la ida en tierras portuguesas, que eliminar al conjunto portugués sería una obstáculo más que salvable para un equipo a todas luces muy superior a su rival. Todo quedó en la teoría.
Después de empezar a trabajar antes que nadie para preparar esta eliminatoria, el Sevilla, ya herido por el 1-0 de la ida, no dio en ningún momento sensación de poderío para doblegar a un Braga que, curiosamente, destacó en todas las virtudes de las que adoleció él. Buen juego colectivo, ritmo, rapidez, coberturas y sensación, en definitiva, de tener el mando del partido y poder ser peligroso en busca de la portería rival.
Sin un patrón definido, con Navas y Perotti excesivamente alocados en las bandas, el Sevilla fue presa de sus carencias en un inicio de partido que mostró a las claras su incapacidad y falta de tensión. El Braga, bien colocado, bien trabajado, no pasó por ningún apuro ante un adversario que, por momentos, parecía ajeno a lo mucho que había en juego. Habría mucho que analizar en esa impotencia del Sevilla. Desde la incapacidad que parece emanar del banquillo hasta la imprudencia de sus rectores al no reforzar de forma conveniente un grupo que ya consiguió de milagro la clasificación para esta fase previa en la temporada pasada.
El drama se instaló de forma definitiva a los 31 minutos. Una horrible salida en la presión de Zokora, acompañado de un mal movimiento de Fazio y un error monumental de Palop, facilitaron a Matheus lograr el 0-1 ante la congoja general. No había fútbol ni ritmo. Tan solo quedaba el recurso a la épica ante un Braga de poco brillo, pero con una enormes dosis de oficio y solidaridad entre todos y cada uno de sus jugadores.
La remontada se tornó un asunto imposible cuando el recién salido Lima aprovechó el enésimo regalo en la defensa del Sevilla. El 0-2 pesaba como una losa. Solo entonces, con todo perdido, el conjunto andaluz se desmelenó para, al menos, dejar constancia de que el orgullo no ha desaparecido de sus genes. Luis Fabiano acortó distancias y llegaron un puñado de ocasiones que ni siquiera sirvieron para poner emoción en el marcador. Navas, bastante perdido toda la noche, llegó a firmar el empate a dos, pero Lima hizo a continuación el tercero y luego el cuarto para poner la guinda a una noche muy triste para el sevillismo, poco acostumbrado al drama.
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