Hamilton reencuentra a su padre

Toda la prensa británica se hace eco hoy de la extraña situación que vive Lewis Hamilton con su padre. Las circunstancias personales del piloto de McLaren centran la atención de los medios de comunicación, tanto como su duelo con su compañero de equipo Jenson Button en la carrera de casa, en Silverstone, donde se espera un duelo de alto voltaje entre los dos pilotos de McLaren. Ayer, en la conferencia de prensa oficial, Fernando Alonso aportó realmente poco, aunque reconoció que no espera grandes cosas de la carrera británica.

"No es un circuito que se adapte bien a nuestro coche, por tanto, será mejor esperar a las próximas pruebas, donde sí esperamos hacer algo importante", indicó el español. De alguna forma, Alonso se autoexcluyó de la pugna por la victoria. Y también eludió cualquier tipo de comentario sobre lo ocurrido en la carrera de Valencia. Cuando se le preguntó al respecto, Alonso se limitó a decir: "Valencia forma parte del pasado y yo quiero mirar hacia el futuro. Tenemos tres carreras muy importantes por delante, en las que dispondremos de cosas nuevas. Esperamos mucho de la segunda parte del campeonato", concluyó el español.

Aunque Alonso ha hecho buenos resultados en Silverstone e incluso ganó en 2006, no parece ser una preocupación importante para los dos pilotos de McLaren, más ocupados en ver qué estrategia les habrá preparado Red Bull para esta carrera. Sin embargo, el foco principal de atención es Lewis Hamilton. Y no sólo por lo que pueda hacer en la carrera, sino porque en Silverstone ha dado un paso importante para restablecer las relaciones con su padre, Anthony, rotas prácticamente desde que el pasado mes de marzo le despidió como representante y le alejó de su vida.

Fue un trauma. Su padre se había ocupado de su carrera desde que la inició a la edad de ocho años. Gracias a su sacrificio personal, Lewis Hamilton pudo seguir pilotando cuando las dificultades económicas a punto estuvieron de cortar en seco la carrera del campeón mundial. Después llegó el contrato con McLaren y con Ron Dennis, a los 13 años, pero Anthony seguía llevando las riendas de la vida de su hijo. Y así prosiguió incluso en sus primeros años en la F-1, hasta que en marzo de este año, Lewis decidió prescindir de él y separar definitivamente los aspectos profesionales de los personales. Desde entonces, apenas se hablaron. Y hace unas semanas, cuando su padre cumplió 50 años, Lewis le mandó un pequeño regalo: un Mercedes CL 65 AMG, valorado en unos 170.000 euros.

Aquello limó asperezas. Ahora, con motivo de la carrera de Silverstone. Hamilton invitó a su padre a acudir a la carrera. "Puede venir al paddock o ir incluso a la tribuna principal, porque les he comprado entradas para estar allí", comentó Hamilton. Estará en Silverstone junto a su esposa y a su hijo pequeño, Nic. "Me gustará verle de nuevo. Y si quiere venir a la parrilla estaré contento de que lo haga. Pero no será igual que antes, cuando chocaba mi mano para darme confianza", agregó. "Ahora, he tomado mi propio camino y afronto situaciones que nunca había afrontado. He aprendido mucho, porque he tenido que trabajar en áreas que desconocía por completo, pero me han hecho crecer. Y la relación con mi padre va mejorando. Sin prisas, tomándose su tiempo. Sigue mandándome mensajes de apoyo antes de las carreras. Pero necesitaba coger mi espacio y evolucionar solo".

No parece que esta situación haya afectado a Hamilton a nivel profesional. Tiene un contrato firmado con McLaren y está en negociaciones con varios agentes para ver quien se ocupará de sus asuntos. "Podría hacerlo yo mismo, pero prefiero que lo haga otra persona para poder dedicarme de lleno a ser cada día mejor piloto". En Silverstone veremos probablemente la mejor versión de Hamilton. Sus rivales parecen Jenson Button y los Red Bull. Pero que nadie se olvide de Alonso... diga él lo que diga.