Dos grandes y un trofeo
Nadal y Federer, que ganaron a Almagro y Ferrer, se enfrentarán un año después en la final de Madrid
Al final del segundo set, David Ferrer se marcha al vestuario. No es un signo de desastre. No es un síntoma de desesperación, pausa obligada para detener el reloj, parar el partido y recomenzar la carga. Es una señal de lo que viene: con sólo 13 puntos ganados al resto, el alicantino, veterano de golpes y joven de ilusiones, tiene a Roger Federer en el tercer set de las semifinales del Abierto de Madrid (7-5 y 2-6).
El suizo juega bajo la noche cerrada, gélido el mordisco del aire, deslumbrantes los brillos de los focos. Lucha Ferrer como un jabato desde el fondo, subiendo también a la red como los tenistas grandes, y tras caer trastabillado en la arena, negocia con éxito dos bolas de break en contra (1-1).
No es suficiente, aunque falte poco: en el duelo de nervios en que se convierte la tercera manga, tenso cada peloteo, prevalece Federer (7-5, 3-6 y 6-3), que jugará mañana (18.30, Tve) la final contra Rafael Nadal, vencedor de Nicolás Almagro por 4-6, 6-2 y 6-2.
Nadal frena a Almagro
Llegan las niñas vestidas de chulapas, que para eso es San Isidro, y se encuentran con una sorpresa: Nicolás Almagro domina 6-4, 1-1 y 15-40 a Rafael Nadal en las semifinales. El público, repleta como está la pista, expresa a gritos y voces su asombro. No es eso un tenista, es un bombardero. Almagro construye su apabullante ataque sobre su tremendo saque y su pesadísima derecha paralela. Nadal está desarbolado. Nadal no ve cómo ganar puntos, si jugando rápido, si jugando lento.
Nadal es el mejor jugador del planeta sobre tierra y entrega tres servicios seguidos (4-1 y saque de Almagro en la primera manga; los dos primeros que cede el mallorquín en el torneo), empieza a olfatear el camino (5-4 y 15-40 en el primer set, perdido), hasta que finalmente dice basta: 4-6, 6-2 y 6-2 para el mallorquín, que acaba de recuperar el número dos del mundo y espera en la final al vencedor del Roger Federer-David Ferrer (20.00, Teledeporte).
Nadal sufre como nadie. Su remontada no se asentó en lo técnico, sino en lo sentimental. Jugando a altísimo nivel, Almagro, brutal pegador, inabordable cuando golpea con los pies sobre el suelo y no se le mueve, empezó a temblar cuando vio que tenía que ganar el primer set.
Tuvo enfrente a un tenista de una pieza cuando pudo empezar a hacer suyo el segundo (1-1 y 15-40) y luego, al ceder su saque, se enredó con sus emociones, con las oportunidades perdidas y el tenista que tenía enfrente, que nunca se va, que siempre vuelve, que tiene un inalterable alto nivel que pocas veces baja y pocas veces sube ya, lo que desespera a sus rivales. Hubo bolas que Nadal recuperó con el cuerpo dislocado, una pierna en Toledo y la otra en Segovia, el tronco contradiciendo la dirección hacia la que apuntaba el cuello, puro dolor. Nadal, en estado puro.
La semifinal deja al mallorquín en una situación muy mejorada con respecto al inicio del torneo: como número dos, evitará a Federer hasta la final de Roland Garros, caso de llegar ambos. Y como finalista en Madrid, jugará de nuevo un partido definitivo en un torneo donde le incomodan las circunstancias (altura), la pista (irregular, lo que le afecta a todos) y los kilómetros acumulados en primavera, donde ya se proclamó campeón en Montecarlo y Roma. Poco más puede pedir. Si acaso, meter más primeros (64%, sólo un 52% en la primera manga).
RESULTADOS DE SEMIFINALES
R. Nadal a N. Almagro, 6-4, 2-6 y 2-6
R. Federer a D. Ferrer, 7-5, 3-6 y 6-3
Rezai - Williams, final femenina
La francesa Aravane Rezai, 24 del mundo, se ha colado en la final del torneo de Madrid, donde luchará por el título contra la estadounidense Venus Williams, al vencer a la checa Lucie Safarova por 6-1 y abandono por lesión. Antes, Venus se había deshecho de la israelí Shahar Peer por 6-3 y 6-0.
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