Canadá ya ostenta la mitad de sus Juegos
El anfitrión gana a Estados Unidos el oro del hockey femenino, cuestionado por la gran diferencia de ambos países con el resto de equipos
Canadá ya ha ganado la mitad de sus Juegos. Aparte de meter a sus dos equipos de curling en las finales, el país tiene desde ayer un primer remedio para compensar cualquier desastre pasado, presente o futuro: la alegría del oro en hockey sobre hielo femenino. El equipo se proclamó campeón olímpico por tercera vez consecutiva, y en casa, ante el delirio de su público. Venció por 2-0, a Estados Unidos, su único rival de entidad. Sin embargo, no podrá evitar que se cuestione la viabilidad de su deporte nacional para mujeres en los Juegos si el nivel sigue tan bajo en todo el mundo. Actualmente, aparte de los dos equipos grandes, sobra cualquier torneo porque la final la van a jugar siempre Canadá y Estados Unidos. El COI ya se lo ha planteado porque las goleadas de escándalo, además, dejan en muy mal lugar el espectáculo.
Ambos países se ha repartido los títulos mundiales y los olímpicos desde los años 90 en que el hockey femenino se hizo mayor. Sólo en Turín 2006 Suecia dio la sorpresa al eliminar en semifinales a las estadounidenses. Pero la revancha en Vancouver ha sido elocuente: 9-1. Como el resto de resultados. Canadá batió su propio récord, un 16-0 a Italia hace cuatro años, con un escandaloso 18-0 a Eslovaquia en su primer partido. Después: 10-1 a Suiza, 13-1, aún más, a Suecia, y 5-0 a Finlandia en semifinales. Las otras palizas de Estados Unidos también fueron contundentes: 12-1 a China, 13-0 a Rusia y 6-0 a Finlandia. Precisamente Finlandia apeó del podio a Suecia al ganar por 3-2, a Suecia. Fue en la prórroga, con un gol marcado con el patín, además.
En la final, Canadá resolvió en tres minutos del perimer periodo. Marie-Philip Poulin, el equivalente femenino a Sidney Crosby, la estrella masculina, marcó los dos tantos. Después, las paradas de la guardameta canadiense Szabados, de origen húngaro, fueron suficientes.
La estrella de Estados Unidos, Angela Ruggiero se consoló fuera de la cancha al ser uno de los dos deportistas elegidos por sus compañeros para el cupo de atletas que serán durante ocho años miembros del COI. Un bonito premio de viajes pagados y representaciones. El otro designado fue el británico, Adam Pengilly, mucho más modesto deportivamente, pues sólo fue 17º en el skeleton, ocho puestos por delante del debutante eapañol Ander Mirambell. Pero parece moverse mejor en las relaciones públicas e incluso sacó más votos, 615, por 605, que Ruggiero. Parece claro que desde el triunfo de Londres los anglosajones saben ganar elecciones. Sustituyen a las mucho más famosas Pernilla Wiberg, la esquiadora alpina, y la italiana Manuela di Centa, de fondo. Votaron 1.965 atletas, el 75,3% del censo.
Primer oro de la historia para Bielorrusia
Existen modalidades nuevas en las que se apuntan países desde su inicio y logran sacar rentabilidad en la élite. Es el caso de Bielorrusia en los saltos del esquí acrobático, donde los participantes salen de la rampa a casi 70 kilómetros por hora para efectuar hasta ocho piruetas en el aire, giros y mortales. Anton Kushnir había ganado las seis pruebas de la Copa del Mundo disputadas esta temporada, pero falló en la clasificación y ni siquiera se pudo meter en la final a la que llegaron , en cambio, sus tres compatriotas. Uno de ellos, Alexei Grishin, segundo tras el primer salto, ganó el primer oro olímpico para su país.
Superó al estadounidense Jeret Peterson, cuya tormentosa vida fuera de las pistas es otro de los culebrones de las nuevas modalidades. Siempre mediático, como todos los estadounidenses, no se inmutó por perder el oro unos momentos antes por el gran salto de Grishin. Nada más ver que el último canadiense, Kyle Nissen, líder en el primer salto, fallaba en el segundo y se iba al quinto lugar, pidió y tuvo rápidamente su gran bandera de las barras y estrellas para envolverse. Grishin, en cambio, pese a hacer historia, pedía desesperadamente una de su país que no aparecía. Diferencia de relaciones públicas, pero se llevó el oro.
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