El crédito de Pellegrini se consume
La Directiva del Real Madrid exige una reacción inmediata al técnico chileno tras la debacle en Alcorcón
El tiempo se agota. Las hojas del calendario vuelan y los partidos se suceden de forma vertiginosa. Sin embargo, da la sensación de que el multimillonario proyecto deportivo del Real Madrid diseñado por Florentino Pérez continúa estancado. En stand by. Lejos de ofrecer indicios de una progresión, el equipo dirigido por Manuel Pellegrini involuciona encuentro tras encuentro hasta desembocar en la catastrófica imagen ofrecida anoche en Alcorcón . Y los días pasan, el calendario se consume lentamente, como un azucarillo, pero la paciencia de la Junta Directiva del club blanco también.
Según apuntan hoy diversos rotativos, Pellegrini se encuentra en la cuerda floja. Más allá de las goleadas iniciales ante equipos de perfil medio o las galopadas de Cristiano Ronaldo -en varias ocasiones providenciales-, el técnico chileno no ha sido capaz de dotar al equipo de un estilo propio, del sello de excelencia propugnado desde las altas esferas del Santiago Bernabéu. El Madrid camina sin rumbo, sin un patrón definido de juego, y por si fuera poco, ahora tampoco responden los resultados, el máximo eximente del entrenador hasta el momento.
"No pienso dimitir, ni hoy, ni mañana ni pasado", declaró Pellegrini, cariacontecido, tras la derrota de ayer. "Ha sido una vergüenza y espero que la afición sepa disculparnos", afirmaba el chileno, que pese a las burlas de algunos sectores de la grada y a que la sombra de la destitución planea sobre él asegura no sentir miedo. "No temo por nada. Voy a seguir trabajando en busca del equipo que todos queremos ver. No ha sido un problema de informes, sino que el problema es lo que pasó en el campo".
A escasos metros, en el palco, la cúpula en pleno del Real Madrid, comandada por un incrédulo Florentino Pérez, su mano derecha, Jorge Valdano, y el director deportivo, Miguel Pardeza, trataba de asimilar el bochornoso espectáculo que acababa de presenciar. "Pedimos perdón a la afición", declaró el argentino tras el choque. "Ha sido una noche difícil y sé cómo se pueden sentir los aficionados. Ha sido una lección de humildad que nos debe servir como punto de partida". Valdano, sin embargo, eludió hacer un juicio sobre el futuro de Pellegrini.
Getafe y San Siro, en el punto de mira
No obstante, la preocupación en el seno de la Directiva ha aumentado considerablemente. Las derrotas en los dos partidos de alto calibre frente al Sevilla y, sobre todo, ante el Milan en la Liga de Campeones, escocieron. Y mucho. Pero la humillación de anoche ante un equipo de Segunda B ha activado todas las alarmas y el margen de maniobra de Pellegrini va ser a partir de ahora muy reducido. En este sentido, los compromisos contra el Getafe y el duelo de San Siro de la próxima semana pueden ser decisivos.
Mientras, el capítulo de Alcorcón ya ha pasando factura. Las páginas de los grandes diarios deportivos europeos recogían con estupor la humillación padecida por el Real Madrid, un imperio forjado a base de montañas de millones de euros que cayó anoche con estrépito. Prestigiosos medios como la BBC destacan que el equipo blanco perdió "contra un equipo de pueblo", aunque La Gazzetta dello Sport, el estandarte de la prensa deportiva italiana, se decanta por un titular más incisivo y habla de "una catástrofe histórica".
Una 'Galaxia' humillada
El periódico milanés señala que "el Madrid ha caído en un agujero negro" y que fue "literalmente humillado por un equipo con un presupuesto 400 veces menor que el de los Galácticos". En la misma línea, aunque con más ensañamiento, se pronuncia el diario romano Corriere dello Sport, que publica que "ver cómo a un equipo que se define como Galáctico le cayeron cuatro goles por parte de un equipo de Tercera produce cierta satisfacción". La edición digital de L'Equipe, más indulgente, considera el resultado "alucinante" y remarca que "el Madrid cae desde muy alto".
Esta mañana, los rostros de los futbolistas al saltar al césped de la ciudad deportiva de Valdebebas eran un poema. El silencio y las caras largas han presidido una sesión en la que Pellegrini no ha ofrecido ningún gesto público y apenas ha mantenido contacto directo con los jugadores. El chileno todavía rumiaba las imágenes del choque mientras los futbolistas se lamían las heridas. "Hay que sacar el orgullo, esta derrota ha sido muy dura", declaraba el entrenador, objetivo de todos los fotógrafos que han acudido a la sesión. Hay tiempo, pero fluye demasiado rápido. El crédito se acaba.
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