Nadal, dueño del Godó por quinto año consecutivo
El tenista mallorquín derrota a David Ferrer por 6-2 y 7-5 en la final del torneo barcelonés
Como hace una semana ocurrió en Montecarlo, donde consiguió su quinto título consecutivo, hoy el español Rafael Nadal sumó un nuevo título en su historial, también el quinto de una tacada en el Godó, después de derrotar a su compatriota David Ferrer por 6-2 y 7-5, en 1 hora y 46 minutos. El de Barcelona ha sido su cuarto título de la temporada, su 24 en tierra, donde no pierde una final desde 2007, y su trigésimo quinto en la ATP, cuatro de ellos esta misma temporada, ya encaramado a lo más alto de la clasificación mundial, puesto que ha levantado los trofeos en el Abierto de Australia, Indian Wells, Montecarlo y Barcelona.
El partido fue un monólogo de Nadal, que sometió desde el principio a Ferrer, quien alargó el partido en la segunda manga, después de mostrar un gran tenis y tener opciones de forzar, al menos, la muerte súbita. Sin embargo, Nadal, con un juego letal de derecha y revés, y unas piernas prodigiosas, rompió en el undécimo juego de la segunda manga y decidió después con su saque. A pesar de los problemas que tuvo con su servicio, especialmente en el primer set, Nadal estuvo a un nivel superior. En la primera manga dispuso de bolas de rotura en cada uno de los juegos. Rompió de inicio, recuperó Ferrer en el segundo, pero Nadal encadenó cuatro juegos de forma consecutiva, antes de cerrar por 6-2 y un ace en 44 minutos.
Sin respuestas ante los múltiples recursos de Nadal, Ferrer forzó la máquina y consiguió poner contra las cuerdas al número uno mundial. El alicantino estuvo a un magnífico nivel, buscando las líneas con su derecha, buscando las cosquillas a Nadal a base de bolas imposibles, que al final pocas veces eran determinantes. En la segunda manga, cuatro roturas en los cuatro primeros juegos. Ferrer se puso por primera vez por delante en el marcador con el 3-2, incluso tuvo una posibilidad para situarse con 4-2, pero Nadal siguió buscando y encontrando las líneas, ante la desesperación de su rival.
La igualdad se mantuvo hasta el 5-5, hasta que Ferrer reventó. Aplaudió un passing de Nadal que le puso 0-30 y, aunque remontó dos bolas de rotura, a la tercera el mallorquín resolvió, con lo que se le abrieron las puertas hacia el título. Como así fue. El manacorense no tuvo ni una duda para cerrar el partido en el duodécimo y levantar las manos hacia el cielo. Era su quinto triunfo aquí, como hace una semana levantó por quinta vez el trofeo en Montecarlo.
Ahora llega Roma, pero el sueño de Nadal será que vuelva a repetirse ese número en París, donde también acumula cuatro títulos, también en los últimos cuatro años. Al término del encuentro y desde la misma pista, Nadal pidió 'perdón' a Ferrer por el triunfo. Comentó que todo el mundo tiene un límite, aunque seguramente nadie conoce el suyo. "Estos resultados no son ni soñados". Mientras Ferrer, resignado, recordó que desde que tenía ocho años sigue este torneo e hizo un guiño al futuro, al felicitar a Nadal... por la final del año que viene.
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