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FÚTBOL | VALLADOLID 0 - VALENCIA 1

Fernandes da gas al plan de Emery

Un rácano Valencia gana en Valladolid por la mínima y se mantiene líder

El Valencia sumó una victoria, otra más, añadió puntos a su liderato, aumentó la confianza en lo que hace y todo lo hizo con hora y media de fútbol tacaño, con pocas aspiraciones, solo la de ganar, aprender a administrar ventajas mínimas y, eso sí, con un tejido táctico difícil de igualar. De tres ocasiones en todo el partido salió un gol, golazo, y el resto lo empleó en desertizar el césped con un espíritu defensivo ejemplar, con una concentración extenuante, pero con muy poca creatividad, demasiado poca cuando en el campo están Villa, Mata o Joaquín.

Si el trabajo de Emery en el Valencia está planificado por fases, la de ganar fe y solidez en un grupo que terminó la temporada pasada destruido está conseguida y con una nota elevada. El Valladolid fue una presa fácil porque lo que intenta Mendilibar es muy similar al ideario actual de Emery, pero falta la calidad que tiene el Valencia en los últimos metros.

Mendilibar había advertido durante la semana de la dureza del Valencia, la que reside en la imposibilidad de descoser el rigor táctico que aplica Emery a su grupo, y por eso el Valladolid saltó al campo con la misma pinta que el rival, empeñado en un ejercicio de concentración intensa, a veces ofuscada, para no perder la posición por nada ni por nadie, y con la alegría justa para mirar más allá del centro del campo, justo donde Ogbeche se pega cada domingo en Zorrilla un sofocón inútil de carreras y saltos.

Sin margen de sorpresa, sin capacidad de improvisar, sin planes alternativos, el Valladolid entró en la rueda del Valencia y en su encorsetada visión del partido, en el aburrimiento, porque Emery, en su empeño por la rotación diseñó un equipo sólo apto para el bostezo, partido en dos a la altura del sitio donde se imaginan las jugadas, Albelda y Fernandes sólo eran un refugio, Joaquín, suelto en una banda, Mata en la otra, Villa, abandonado en la delantera, y nadie en el centro que les pusiese de acuerdo para organizar un ataque digno.

Pero el Valencia es el líder, dueño de una racha magnífica y de futbolistas que poco a poco van encontrando su sitio. Los chispazos de Villa tardaban en asomar pero alguno hubo hasta que iniciada la segunda parte en un arrebato por la banda derecha llegó un centro al área que tocó Villa con la espuela y el balón, suelto al borde del área, lo cogió Fernandes para soltar un disparo brutal al que Asenjo no llegó a tiempo. El gol confirmó el plan de Emery, que no había movido una sola ficha para cambiar el ritmo, y el Valencia se empeñó aún más en su idea, en defender atrás, en anestesiar las ideas del rival con dos muros consecutivos que arruinaba los esfuerzos del Valladolid por acercarse a Renan.

Y eso que Mendilibar con el gol comenzó a correr riesgos, añadió imaginación a su centro del campo, potencia y energía a la delantera, pero el Valencia enseñó que cuando se pone a defender y a frenar no hay montaje como el de Emery, y cuando el Valladolid apretó el paso, Baraja se unió al festival estratégico.

David Villa recibe una tarjeta amarilla
David Villa recibe una tarjeta amarillaEFE

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