El árbitro, Gudjohnsen y Saviola

Un Barça sin Eto'o, pero con el de amarillo enamorado y un islandés acertado, remontó al Athletic en San Mamés. Siguen las dudas sobre el juego de los de Rijkaard, aunque la bandera caída de Eto'o la izó con orgullo un tipo esforzado como Gudjohnsen, que forzó la roja, otras faltas peligrosas y marcó. En el primer día sin el camerunés no hubo tanto trecho entre Reikiavik y Yaoundé.

Rugía al comienzo San Mamés y, lo que es más importante, el equipo sobre el terreno de juego, híper motivado ante el campeón de casi todo la campaña pasada y como arrebatador para gustar a su nueva presidenta, Ana Urkijo. El baile duró poco. Y el aliento del graderío se convirtió en ira. Lo que tardó Fernández Borbalán en cargarse el partido con la roja directa a Casas. Pero, antes, los leones se zamparon a la presa. Por velocidad, ambición y Yeste.

Este jugador, irregular pero un portento cuando tiene el toque, se largó una enganchada espectacular para batir a Valdés a los 11 minutos. El pase, de Llorente desde la banda derecha. El cante defensivo, de Edmílson, que con tanta lesión no es ni una sombra de lo que se intuía tras su fichaje del Olympique de Lyon.

El Barça se dio por enterado que debía esforzarse. Deco estuvo a punto de igualar a los 13 minutos, al igual que el nerviosismo de Valdés (no es portero seguro) casi le cuesta a su equipo el 2-0 a los 16. Frontón en el campo y Yeste, sobresaliente.

Fernández Borbalán decidió comenzar el partido de nuevo a los 19 minutos, al expulsar a Casas por empujar a Gudjohnsen cuando se escapaba solo (aunque escorado a la derecha y lejísimo de la meta) tras un pase de chistera de Messi. Como es el Barça, y hay antecedentes polémicos suficientes para ello, el partido como que quedó desvirtuado a los ojos de todo el mundo. Vamos. Que nadie pensó en un accidente o error del árbitro, sino en ayuda monda y lironda al poderoso. Y vaya que si la aprovechó un conjunto que aún tiene hambre sin Eto'o.

Rijkaard reaccionó con voracidad, lo mismo que Sarriugarte tuvo que quitar a Llorente por Expósito para recomponer la defensa y aguantar como buenamente pudiera el previsible chaparrón. Con Giuly por Edmílson, y Ronaldinho en la media punta, el cerco fue asfixiante ante Lafuente. Resistía la 'troupe' bilbaína, los azulgrana lo intentaban de lejos (Ronaldinho y Xavi) y el gol era cuestión de tiempo salvo debacle. En la prolongación llegó un pase de Gudjohnsen y remate (él no quería) de Ustaritz contra su portería con el acoso de Puyol, al que se concedió el tanto en San Mamés pese a que lo negó deportivamente con la cabeza.

Suspense

En la segunda parte, Márquez ya avisó con un tirazo al palo (47') de que el Barça iba, por supuesto, en serio a liquidar el asunto más tarde o más temprano. Dominio absoluto culé, posesión casi total, toque de banda a banda y a esperar el cruzado mágico o el disparo acertado desde lejos. Lo que ya no iba a encontrar era más guiños arbitrales en las caídas de Gudjohnsen o Giuly dentro del área. Y el 1-2 (60'). Pase increíble de Xavi y culminación del islandés. Lo siguiente: Iniesta por Deco. A por más. Sarriguarte, de su parte, cambió experiencia por experiencia (Urzaiz por Etxeberría). Algo así como el canto del cisne.

Saviola, que va a ser relevante sin Eto'o, tuvo minutos por Gudjohnsen en una recta final pobre. Sin recorrido el Athletic, cansado y abatido, el Barça aún tuvo ganas y en un rondo magnífico entre Ronaldinho, Xavi e Iniesta pudo Saviola anotar el tercero. Y es que entre un islandés y un argentino el Barça sobrevivió sin un camerunés.