Aquella victoria

Nunca hubieran pensado el malogrado Juanito o Santillana, autores de los goles de la última victoria en Liga del Madrid en el Camp Nou, que pasarían a la historia aquella noche por el no hacer del gran elenco de futbolistas y entrenadores que les sucederían desde entonces hasta hoy en su club, más que por el encuentro en sí. Ni siquiera los de la Séptima, Octava y Novena lograron repetir la gesta. Y es que ha llegado a ser tan mítica la fecha que hasta Florentino Pérez, hombre de negocios a todas luces pragmático, recurrió a ella al poco de llegar a la presidencia para contrarrestar el rumor de que era gafe, recordando que él vivió el partido en la grada.

Son la Quinta del Buitre, o Suker, Mijatovic, Roberto Carlos y Seedorf dirigidos por Capello, o Raúl, como enganche de los últimos con los galácticos Figo, Zidane y Ronaldo, o Amancio, Toshack (en dos ocasiones), Arsenio, Antic, Beenhakker, Valdano, Heynckes, Hiddink, Del Bosque... los que han convertido en mítico el 22 de octubre de 1983 para el madridismo (los azulgrana también han tenido que ver en ello). El Madrid no ha vuelto a llevarse el clásico en el Camp Nou aunque oportunidades suficientes ha tenido. La mejor, la del año pasado, en la que los anfitriones estuvieron contra las cuerdas.

Si un nuevo triunfo hubiera llegado después de aquel de hace 20 años el clásico hubiera caído, como tantos otros, en el olvido. O no hubiera salido de las hemerotecas. Después de todo no fue brillante. Con un Madrid contragolpeador más preocupado de no dejar jugar que de hacerlo y con un Barça demasiado acelerado como para mover el esférico con sensatez, el partido se decidió en 7 minutos locos que comenzaron en el 12 de la primera mitad.

Lobo Carrasco cometió un penalti infantil y Santillana no desaprovechó la oportunidad. Poco después el gran Camacho devolvía el favor y Quini recogía el guante. Pero en el minuto 19 Migueli y Urruti la liaron, y ante el fallo apareció el más listo, Juanito. Alfredo Di Stéfano había preparado el partido consciente de las importantes bajas que tenía el Barça. Maradona seguía recuperándose de la lesión de tobillo que le había producido hacía un mes Goikoetxea, y Schuster también estaba tocado. Durante el partido, Stielike era el jefe ejerciendo la presión sobre Carrasco y Marcos, mientras y Lozano y Gallego lanzaban los contraataques. El argentino y el alemán resultaron insustituibles.

Ronaldinho no decidirá

"El Barcelona es más que Maradona y Schuster", decía Menotti antes del partido, al igual que ahora dice Rijkaard que "hay que aprender a vivir sin Ronaldinho". Pero al final, este tipo de partidos en los que la motivación hace que las diferencias futbolísticas del momento entre los equipos casi desaparezcan, los deciden pequeños detalles. Y sólo los grandes futbolistas los tienen en sus botas. En el Barça, el lesionado Ronaldinho lo es. Según el argumento, otro año recibirá el Real Madrid la arenga del ahora o nunca.