El Madrid se estrena con una fácil victoria ante los Dragones chinos (0-4)
Figo, Morientes (dos) y Portillo, autores de los goles
El espectáculo deportivo más visto de la historia de China no ha pasado de ser una pachanga para el Madrid, que se ha tragado al Equipo de los Dragones, un combinado de jugadores de la liga china, sin demasiados alardes. Mil millones de chinos han seguido la derrota de los Dragones ante las estrellas de Carlos Queiroz (0-4). Figo, Morientes y Portillo han sido los autores de los goles.
El estadio de los Trabajadores de Pekín se ha abarrotado con 50.000 espectadores ávidos de ver en directo a la mayor colección de estrellas del fútbol mundial, que hoy han estrenado la temporada 2003-2004 con un partidillo sin intensidad, propio de pretemporada, ante un equipo más que mediocre y que sólo debe servir para adivinar algunos detalles.
Por ejemplo, que la llegada de Beckham, además de inflar las cuentas del equipo blanco en Asia, también ha supuesto un acicate para el portugués Figo, que se ha empleado con especial tesón en el partido de hoy, firmado además el primer gol de la era Beckham. Exiliado a la banda izquierda por la llegada del astro inglés, Figo ha comenzado la temporada diciendo "Aquí estoy yo". Otro que se reivindica es Fernando Morientes, autor de dos tantos.
Sin embargo, la máxima atención en lo deportivo además de en los flashes, era el debut de Beckham, que no ha hecho sino mostrar lo que ya se sabe de él: que tiene un excelente golpeo de balón -es el encargado de sacar los corners y las faltas-, que el Madrid puede inflarse a goles si el rubio atisba los potentes desmarques de Ronaldo y que no se le puede pedir lo que a Figo porque en el uno contra uno es limitado.
Otro de los afecctados por la llegada de Beckham es Zidane, que ahora actúa de medio centro. Más bien lo borda, porque el francés tiene una relación especial con el balón que le hace diferente. Da gusto verle salir sin apuros del cerco de varios contrarios sin dejar por un segundo el control del balón y atisbando por el rabillo del ojo al compañero que merezca el cuero.
El resto no ha pasado de ser un partido de pretemporada, falto de ritmo y de ambición por parte de los blancos, que, no obstante, han podido firmar un resultado acorde con lo que se espera de ellos ante un rival así al final del partido.
Pero el objetivo del partido y de la gira china del Real Madrid siempre ha sido menos deportivo que económico y en eso Florentino ha hecho un negocio redondo. Miles de aficionados en el campo, millones ante la pantalla, las calles rebosantes de las efigies de las estrellas y una presencia mediática sin precendentes en el país. El Madrid ha vivido una historia de amor en China.
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