El Real Madrid vuelve al liderato tras vencer a la Real (3-1)

El Real Madrid ha vuelto a abrazar el liderato con lo que peor sabe hacer: aguantar despierto en la segunda parte. Después de verse con el agua al cuello en la primera, con un buen juego de la Real Sociedad, ha aguantado el tipo tras la continuación y ha conseguido doblegar a los donostiarras realizando un juego más eficaz y más brillante.

A la vista de lo sucedido en el primer acto, cuesta creer por qué se halla la Real instalado en los bajos fondos de la tabla. Los de Toschack han tuteado a todo un Real Madrid en ascenso en su feudo, han conseguido un gol, podrían haber conseguido alguno más y han demostrado que la salida del pozo es cuestión de tiempo. O de suerte. En una tarde gélida, a buen seguro Casillas habrá agradecido el trabajo que le han dado los donostiarras.

Y no es que la Real haya sido mejor que el Madrid. Los de Del Bosque también han gozado de sus ocasiones en un arranque pletórico de ambos conjuntos, que viajaban a ambos lados del campo sin solución de continuidad y con afán de hacer daño. Alberto, el meta de los vascos, también ha tenido modo de combatir el frío con varias intervenciones de mérito, algunas incluso milagrosas.

Sin embargo, ha sido la Real la primera en golpear. Y de qué manera. En un vertiginoso contragolpe, la pelota llegaba al corazón del área, donde se encontraba el grandón Khokhlov, que ha dado una lección de control largo, media vuelta y disparo a donde duele.

Cualquiera de los dos podía haber marcado, pero los de Toschack ponían al Madrid en una situación desconocida. Perdían, no podían confiarse en la segunda parte, como han hecho este año tantas veces. La fortuna, sin embargo, se aliaba con el Madrid, que empataba el partido gracias a un autogol de Kvarme cuando los espectadores sacaban el bocadillo del descanso.

La segunda ya ha sido otra cosa. Aquí se ha impuesto la mayor calidad de los locales, que han conseguido la ventaja con un gol inverosímil de Raúl y otro de Figo, de penalti cometido sobre Zidane. La Real, ya vencida, ha dejado correr el reloj hacia el final con algún acercamiento peligroso y dejando muestras de que no debe estar donde está. Aunque ahí siga una semana más.

Las Palmas - Osasuna

La jornada de este sábado se completa con el duelo entre dos equipos que aspiran a alejarse todo lo posible de los puestos de descenso. Las Palmas, que juega su partido número 500 como local tan sólo ha perdido este año en casa contra el Deportivo. Por contra, Osasuna, después de un mes de noviembre más que negro, ha recuperado la confianza que tenía en las primeras jornadas de Liga.