El palco presidencial pretende poner patas arriba la fiesta de los toros
El reciente congreso de la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE) exige profundos cambios reglamentarios para mantener la integridad del espectáculo
El toro debe morir en la plaza, lo que supone la supresión legal del indulto; se deben recuperar las garantías de los análisis de vísceras y pitones de los toros, que actualmente están abandonados; el reglamento taurino debiera recoger la formación y titulación de los equipos presidenciales, de modo que se nombren de acuerdo con los principios de igualdad, mérito y capacidad de los candidatos; el toro debe entrar tres veces al caballo para medir su bravura, y la correcta ejecución de los puyazos debe influir en la concesión de la segunda oreja al torero…
Estas son algunas de las conclusiones del reciente congreso organizado en Madrid por la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE) bajo el lema Tradición, Reglamento e Integridad.
Víctor Ferra, presidente de la asociación, que ha sido titular en la plaza de Huesca y actualmente ejerce en la feria francesa de Ceret y en el certamen organizado por el club taurino Tres Puyazos en San Agustín de Guadalix (Madrid), señalaba en sus palabras de bienvenida: “Esta nueva fiesta de los toros del siglo XXI aparece cada vez más alejada de los valores de autenticidad que, históricamente, la han caracterizado, y nos estamos aproximando peligrosamente a un modelo de tauromaquia light en la que mandan, sobre todas las cosas, los gustos de los toreros”. “No hay nada escrito”, proseguía, “sobre las medidas a tomar para procurar que nuestra fiesta nacional continúe viva y boyante en los próximos años”.
A su juicio, esta situación justifica la celebración del congreso, en el que diversos especialistas, juristas y municipales han reflexionado sobre cinco ponencias: el reglamento taurino hacia un criterio único; Integridad frente a impunidad; nombramiento de los palcos como garantía de formación, criterio e independencia; tercio de varas como valedor de la bravura, y el indulto y su imprescindible excepcionalidad.
“La fiesta del siglo XXI se aproxima peligrosamente a un modelo en el que mandan, sobre todo lo demás, los gustos de los toreros”. Víctor Ferra, presidente de ANPTE
Y las conclusiones más destacadas de cada una de las ponencias serían las siguientes.
—Los asistentes coinciden en la necesidad de que los reglamentos taurinos existentes —el nacional y cinco autonómicos— unifiquen criterios bajo el paraguas de la Ley 10/91 de Potestades Administrativas. Piden que se le dé publicidad al régimen sancionador, y se dote de garantías el cumplimiento reglamentario de los análisis de pitones y vísceras. Según apostilla Víctor Ferra, “el número de cuernos que en la actualidad se envían al laboratorio (entre cuatro y ocho) es ridículo”.
—Sobre la integridad, el congreso apostó por la necesidad de una normativa legal para el desenfundado de los pitones, que exija la presencia de un representante de la autoridad para levantar acta. Piden, además, que se establezca una cadena de custodia de los toros desde su salida del campo hasta el momento de la lidia, y que se reglamente que, de forma aleatoria, se envíen pitones para su análisis al laboratorio homologado.
—Respecto al nombramiento de los integrantes de los palcos presidenciales, solicitan que se tengan en cuenta los principios de igualdad, mérito y capacidad, y que presida quien más conocimiento tenga. Proponen, además, que la normativa recoja la necesidad de formación y titulación de los equipos, y que se exija la pertenencia a una asociación profesional.
—Sobre el tercio de varas, se aprobó una triple propuesta: que se modifiquen los útiles de picar por otros menos lesivos para el toro; elevar a tres el número de puyazos, y que se tenga en cuenta la correcta ejecución de este tercio para la concesión de un segundo trofeo al matador.
—La principal propuesta de la quinta ponencia es que el toro debe morir en la plaza. Consideraron los congresistas que el indulto priva al aficionado del momento cumbre de la lidia, cual es la suerte suprema, y que la inmensa mayoría de los toros indultados este año no cumplieron en varas, con lo que no se respeta el objetivo del perdón, que no es otro que preservar la bravura. Por último, entienden que con los avances científicos de reproducción asistida carece de sentido contemplar el indulto.
Víctor Ferra, presidente de la ANPTE, adelanta que estas conclusiones serán trasladadas a las distintas administraciones públicas con la esperanza de que sean el germen de un futuro acuerdo para la renovación de la normativa taurina estatal y autonómica.
Al mismo tiempo, Ferra se dirige a distintos estamentos taurinos para que contribuyan a un porvenir más prometedor para la fiesta. “Apelo a la Fundación Toro de Lidia”, afirma, “para que cambie el rumbo, porque consideramos que su enfoque actual no es el adecuado, y se erija en una entidad de referencia de la tauromaquia”. “Apelo a la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET)”, añade, “porque el futuro de los toros es el suyo”; y amplía el llamamiento a la Unión de Toreros, a la de picadores, banderilleros y mozos de espada y a las organizaciones de ganaderos; a los primeros “porque seguro que nadie les ha oído manifestarse ante cualquier problema taurino salvo cuando se sienten afectados en sus bolsillos”, y a los criadores “para buscar soluciones a la deprimente situación del toro”.
“Se ha generalizado la manipulación fraudulenta de los cuernos de los toros, y alguna responsabilidad tenemos los presidentes”
Mientras unos y otros se dan o no por enterados, la ANPTE, que integra a 200 asociados, continúa con la organización de cursos formativos para presidentes y delegados de plazas, que es el objeto fundacional de la asociación. Ha cumplido ya nueve ediciones un curso online (en sus comienzos se impartía en colaboración con la Universidad a Distancia, “pero la política decidió que no era conveniente”, apunta Víctor Ferra), que dura siete meses y atiende a unos 50 alumnos, de los que, posteriormente, se nutre la asociación.
“También los presidentes tenemos nuestra parcela de responsabilidad en esta deriva que sufre la fiesta de los toros”, termina Ferra. “Nadie debería ejercer como presidente en una plaza de toros si no es por afición; regalando orejas e indultando toros le hacemos un flaco favor a la tauromaquia, y convertimos un espectáculo serio en otro festivalero y folclórico”.
“Creo que puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que se ha generalizado de forma impune la manipulación fraudulenta de los cuernos de los toros”, concluye, “y alguna responsabilidad tenemos los presidentes al respecto si no ponemos todo nuestro empeño en que estas acciones se persigan”.
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