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Manuel Diosleguarde, el calvario de un joven torero cargado de optimismo

El diestro salmantino reaparece el día 23, ocho meses después del gravísimo percance que sufrió el 29 de agosto en Cuéllar (Segovia)

Manuel Diosleguarde, en sus tiempos de novillero.
Manuel Diosleguarde, en sus tiempos de novillero.Toros TV
Antonio Lorca

El torero Manuel Diosleguarde tiene solo 23 años; tras una exitosa carrera como novillero, tomó la alternativa el 23 de julio de 2022 en la feria de Santander. La nueva etapa la inició con un triunfo sonado, y la buena suerte le acompañó en las dos comparecencias posteriores. Días después de que cumpliera un mes como matador de toros, el 29 de agosto, la cuarta cita era en la localidad segoviana de Cuéllar. Tras pasear una oreja de su primer toro, completó con una destacada faena la lidia del sexto de la tarde al que desorejó por partida doble. Instantes antes, Diosleguarde montó la espada y el calor que sintió no fue el del público, sino el de una herida penetrante de 25 centímetros en su muslo derecho que a punto estuvo de costarle la vida. El cuerpo del torero quedó colgado en el pitón del toro, y la angustia de aquel momento la reflejaba momentos después su apoderado, José Ignacio Gascón: “La cara pálida y desencajada de Manuel no la olvidaré jamás”.

Fue operado en la enfermería de la plaza, y trasladado posteriormente al Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde volvió a entrar en el quirófano. El parte médico era impactante: el toro le había partido de manera completa la arteria y vena femoral y la había producido grandes destrozos en el muslo.

Un golpe de muy mala suerte para un chaval cargado de sueños de gloria. Hoy, ocho meses después de aquel accidente, espera impaciente su reaparición en los ruedos, prevista para el próximo día 23 en Guijuelo (Salamanca), y el torero desborda optimismo y esperanza en el futuro. La cornada parece olvidada, aunque una imponente cicatriz desde la zona inguinal hasta casi la rodilla se la recuerde cada día.

“Esta cogida me ayudará a madurar, a ser más hombre y a dar más importancia a todo lo que me rodea”

“No, no me he enfadado con la vida, y creo que las cosas hay que aceptarlas como vienen”, cuenta el torero en una conversación telefónica. “No hay tiempo perdido, y debo quedarme con lo positivo”, continúa. “Seguro que este percance me ayudará a madurar, a ser más hombre y a dar más importancia a todo lo que me rodea”.

Diosleguarde afirma que sufrió la cornada en un momento en el que se sentía muy mentalizado y preparado. “Quizá, por eso, no me ha afectado tanto; he vuelto a torear en el campo y me he encontrado como estaba antes del 29 de agosto”.

De todos modos, el torero reconoce la dureza de su profesión. “No es fácil, sí, y muy sacrificada; el toro exige mucho y se viven momentos muy complicados. Pero cuando esta es tu vocación y pretendes alcanzar tu meta, todo se hace mucho más fácil”.

Pregunta. Pero usted ha podido perder la vida…

Respuesta. Cuando vistes el traje de luces y sales a la plaza es para jugarte la vida. Si el toro entrega la suya, qué menos que le ofrezcas la tuya para dignificar la profesión. Estoy convencido, sin embargo, de que todo lo que se ama en la vida merece la pena, y que, con el paso del tiempo, todo lo que estoy pasando ahora tendrá su recompensa.

El torero salmantino, al natural, el 12 de junio de 2022, en la plaza de Las Ventas.
El torero salmantino, al natural, el 12 de junio de 2022, en la plaza de Las Ventas.Alfredo Arévalo

Lo que está pasando Manuel Diosleguarde desde aquel ya lejano final de agosto es muy duro. Hasta cuatro veces ha debido pasar por el quirófano, 36 días hospitalizado entre Valladolid y Salamanca y una severa rehabilitación diaria para recuperar el tono normal en la pierna herida.

“Todavía no estoy al cien por cien, como a mí me gustaría, pero voy cogiendo fuerza, y espero que en poco tiempo la pierna esté a pleno rendimiento”, cuenta el torero.

Los médicos le recomendaron que hiciera vida normal lo antes posible, “y eso es lo que hago; todas las mañanas continuo con la rehabilitación, acudo al gimnasio por las tardes, y el resto del día lo dedico a entrenar y a pensar en el toro. Todo ello ayudará a que la recuperación sea más rápida”.

P. Pero 36 días hospitalizado dejan sus secuelas…

R. Sí. Perdí toda la masa muscular y gran parte de la capacidad pulmonar. He recuperado fuerza en la pierna y responde bien. Correr es lo que más me cuesta, y a los cinco o seis minutos debo parar para recuperar el aire, pero eso no es un impedimento para torear.

“Todo lo que se ama en la vida merece la pena, y, con el paso del tiempo, lo que estoy pasando ahora tendrá su recompensa”

Su meta es la corrida del día 23, en la que se lidiarán toros de El Capea y hará el paseíllo junto a Morante de la Puebla y Emilio de Justo.

“Quiero llegar a ese día muy preparado y mentalizado”, afirma Diosleguarde, “con muchas ganas de volver a los toros y con la necesidad de sentirme vivo”.

El traje que vestirá esa tarde no será de estreno, aunque el torero reconoce que se siente como si esa tarde fuera su debut como matador.

“Sí, es volver a empezar; incluso me asaltan ya los nervios que tenía de novillero. Son unas sensaciones nuevas y, a la vez, muy especiales”.

El pasado 15 de marzo, inició su preparación con un primer tentadero en la ganadería de Puerto de San Lorenzo; está muy agradecido el torero a los muchos ganaderos salmantinos que le ofrecen sus vacas para alcanzar el tono deseado. Hace tres o cuatro tentaderos a la semana, y ya ha matado un novillo y un toro en el campo.

“Me considero un hombre con mucha suerte. Es un milagro que usted y yo estemos hablando en este momento”

Es la lucha diaria de un joven torero que llegó a los toros por casualidad, pero empeñado en conseguir sus sueños.

“Sí, mi vocación es fruto de la casualidad”, afirma.

El torero nació en Diosleguarde, un pequeño pueblo salmantino de 120 habitantes, que ha convertido en su apellido artístico en lugar de Sánchez, por parte de padre. “Me acartelo así por mi pueblo”, afirma, “donde tengo una peña que me acompaña y me apoya, y porque necesitaba un nombre sonoro”.

Cuenta que ha vivido mucho tiempo en Ciudad Rodrigo y allí se ha emocionado con el Carnaval del Toro. Un día se acercó con un amigo a la Escuela Taurina de Salamanca y… “ahí empezó todo; se me acercó el maestro José Ignacio Sánchez y me preguntó si quería intentarlo. Y lo que comenzó como un juego se ha convertido en mi vocación”.

Su carrera como novillero fue exitosa y en ascenso. Ha cortado orejas en Madrid, dejó buenas sensaciones en La Maestranza y en 2021 fue el triunfador del Circuito de Novilladas de Castilla y León que organiza la Fundación Toro de Lidia.

Ahora, su única preocupación es recuperar el tiempo perdido.

“Me considero un hombre con mucha suerte. Es un milagro que usted y yo estemos hablando en este momento, y se lo debo a unos médicos magníficos que había en la plaza de Cuéllar la tarde de la cogida. Permítame, por favor, que cite el nombre de la cirujana Marta Pérez, que me salvó la vida”.

“Me preguntaba antes”, termina, “qué experiencia he aprendido del percance, y creo que la mejor lección es que con ilusión y ganas todo se puede superar en esta vida…”.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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