300 obras navegan entre el arte y la tecnología en el IVAM

La palabra española artefacto proviene de la unión de los términos latinos arte y factum, “hecho con arte”. A ese origen etimológico parecen remitir buena parte de las 300 obras que conforman la exposición Imaginarios mecánicos y técnicos en la Colección del IVAM, que se inaugura hoy en el museo valenciano. Hay artefactos voladores, sonoros, móviles, estáticos, lumínicos y otros más difíciles de definir, pero todos ellos, al igual que las pinturas, esculturas, collages, fotografías, películas y vídeos seleccionados, aluden a la relación entre la creación y las máquinas, a partir de la apropiación del mundo tecnológico e industrial que hacen las vanguardias de entreguerras y que cambiaría la historia del arte.

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Las piezas del museo de aquel efervescente periodo marcado por las capitalidades artísticas de París, Berlín y Nueva York, siguen brillando cada vez que salen bajo la luz de nuevo enfoques. Y en esta ocasión, las obras de Stepanova o Moholy-Nagy introducen al visitante por un recorrido que avanza por el siglo XX hasta concluir en la reciente instalación del creado Carlos Sáez, que reflexiona sobre lo que es real y virtual en una sociedad actual que difumina las fronteras.

La comisaria, María Jesús Folch, señala que la idea de la exposición surge de un ensayo de Ortega y Gasset de 1933, Meditación de la técnica, en el que “definió al hombre como un programa imaginario, como una idea de futuro”. “Se trata de un movimiento en dos direcciones en el que la imaginación jugaba un papel esencial: por una parte, imaginar la posibilidad de máquina que el mundo lleva latente en su materia y, por otra, imaginar los procedimientos implícitos en su transformación”, añade, en al presentación de la muestra que ha tenido lugar esta mañana, según recoge Efe.

La exposición se plantea “entender la influencia de la máquina en la humanidad a partir del siglo XX y su impacto en el mundo del arte, siempre abierto a la incorporación de nuevos materiales y lenguajes”, explica directora del IVAM, Nuria Enguita.

Se reflexiona sobre la relación entre los avances tecnológicos y las diversas producciones culturales y artísticas del siglo XX: desde la concepción de la máquina como símbolo de modernidad o como utopía vanguardista que celebra el frenesí de la producción industrial, hasta el fin de la utopía de progreso que da paso al nihilismo contemporáneo y la disolución del cuerpo en la máquina, en un deseo de superación de lo humano y de sus paisajes, pasando por el desarrollo de los primeros ordenadores como generadores de arte.

La muestra, patrocinada por el Banco de Sabadell, expone piezas de los soviéticos Klucis, Valentina Kulagina, de Naum Gabo, Picabia, Alexander Calder o Marcel Duchamp; trabajos que en los años setenta hicieron grupos como Antes del Arte y el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, con obras de Soledad Sevilla, Elena Asins, Eusebio Sempere, Alfaro, José María Yturralde o Jordi Teixidor; y obras de Susana Solano, Bernd y Hilla Becher, Thomas Ruff, Gary Hill, Daniel Canogar, Maribel Doménech o Jana Sterback, entre otros.

La mayoría de las piezas de la muestra, que se puede ver hasta el 17 de octubre, proceden de la colección del museo valenciano, pero también se exhiben fondos del Museo Nacional Reina Sofía, el Museu d’Art Contemporani de Barcelona-MACBA, el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, el Espai Alfaro, la Fundación Juan March, el IVAC-La Filmoteca o el Museu Internacional de Titelles d’Albaida.