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“El cine español no podía permitirse el lujo de perderse el talento femenino”

Los directores de los cinco títulos candidatos al Goya a mejor película conversan vía Zoom para EL PAÍS. El quinteto lo conforman Salvador Calvo (‘Adú’), Pilar Palomero (‘Las niñas’), David Pérez Sañudo (‘Ane’), Icíar Bollaín (‘La boda de Rosa’) y Cesc Gay (‘Sentimental’)

Arriba, los directores Pilar Palomero y Salvador Calvo (derecha). Abajo, desde la izquierda, David Pérez Sañudo, Cesc Gay e Icíar Bollaín. En vídeo, los directores de los cinco títulos candidatos al Goya a la mejor película conversan para EL PAÍS sobre la gala más rara de la historia.
Gregorio Belinchón

La pandemia ha vuelto el mundo del revés. Tanto, que el próximo sábado 6 de marzo, a las 22.00, se celebrará la primera gala de la historia de los premios Goya en formato híbrido. No habrá público en el teatro Soho Caixabank de Málaga que arrope a los presentadores y directores de la gala, Antonio Banderas y María Casado. No habrá nominados que salgan corriendo al escenario para recoger un galardón. El cine español vivirá una ceremonia, la 35ª, en casa o en su lugar de trabajo: algunos candidatos estarán a esa hora finalizando un rodaje o una representación teatral. Solo una premiada recogerá su Goya in situ: Ángela Molina, que recibirá el galardón de honor.

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El día de la presentación de la ceremonia, Banderas advirtió: “Los Goya son la fiesta de los cineastas y un programa televisivo. Lamentablemente la primera parte no podrá celebrarse, por suerte la segunda sí. Los nominados asistirán de forma telemática, y cada ganador podrá agradecer y celebrar su premio en directo”. Y, días antes, como si fuera el calentamiento para una noche de conexiones internáuticas, los directores de las cinco películas candidatas al Goya principal charlan juntos vía Zoom a petición de EL PAÍS. Es la única vez que coincidirán antes de la noche de marras. Son Salvador Calvo, responsable de Adú (13 candidaturas); Pilar Palomero, directora de Las niñas (nueve nominaciones); Icíar Bollaín, realizadora de La boda de Rosa (ocho), Cesc Gay, director de Sentimental (cinco) y David Pérez Sañudo, responsable de Ane (cinco). Los dos veteranos, Gay y Bollaín, están inmersos en sus nuevos trabajos. El primero rueda en su Barcelona natal Historias para no contar, una película episódica (“Me han aislado en una burbuja y me tiran la comida por debajo de la puerta”, bromea), y la segunda filma en San Sebastián Maixabel, sobre Maixabel Lasa, viuda del político vasco asesinado por ETA Juan María Jáuregui, una de las primeras víctimas que se entrevistó en la cárcel con los asesinos de un familiar (“Aquí en Donostia llevo una vida monacal, en un piso yo sola; voy a currar y vuelvo”, explica Bollaín). Tras las típicas complicaciones de conexión, la conversación comienza.

Pregunta. Ha sido el año más raro de la historia reciente, y desde luego de los Goya.

Pilar Palomero. Me esfuerzo por ser consciente y celebrar nuestra llegada a los Goya. No podemos dejar que nos invada la sensación de tristeza y angustia generalizada y para todo el equipo son una maravilla estas nueve nominaciones. Porque significa el apoyo de los académicos y cumplir un sueño.

David Pérez Sañudo. Lo mismo nosotros: sufrimos divergencia de sensaciones entre la situación colectiva y que estamos nominados. Para nosotros es alucinante. Nos dan ganas de salir a la calle, y contar qué felices somos, pero sintonizas con el sufrimiento colectivo y tienes pudor. Lo estamos viviendo como algo especial.

Tráiler de 'Adú'

Icíar Bollaín. Los Goya siguen siendo los Goya, sean en Zoom o en persona. Es subidón. Me da pena por los que llegáis nuevos. He ido muchas veces, más como entregadora que como nominada, y me conozco la parte social, la juerga. Eso no me da pena perderlo. Sí el compartir el momento, porque es nuestra fiesta y te encuentras con la gente. Tengo curiosidad por cómo serán, y cómo lo verá el público. Será divertido: todos metidos en sus casas. El camino elegido por la Academia me parece valiente.

P. P. Démosle la vuelta: celebremos la fiesta del cine, aunque sea en casa.

Cesc Gay. Y el discurso, que lo haces con el Goya, ¿cómo será ahora? Yo tengo uno, por Truman. Y, oye, lo mismo lo saco. La liturgia es con él.

Salvador Calvo. La cosa virtual tiene sus pegas. Yo echaré de menos no estar con mi equipo, porque las pelis se hacen en equipo…

I. B. Pero es que es imposible: yo he estado en el último festival de Málaga, y el pasado de San Sebastián, y es… es otra cosa peor: no te puedes acercar, tocar, juntar. Te quitan eso y casi prefiero la radicalidad de cada uno en su casa.

Tráiler de 'La boda de Rosa'.

S. C. Siempre hay una lupa sobre el cine español, se nos pone en el punto de mira de mucha gente. Y hay que ser precavidos. Es un acierto de la Academia.

C. G. Lo mismo es la gala de más éxito, porque el Zoom generará interés. Pasarán cosas divertidas y espontáneas.

I. B. Y será más corta.

C. G. Por eso: un éxito.

Tráiler de 'Ane'

Pregunta. Han logrado estrenar en salas. ¿Se acabarán las grandes pantallas?

I. B. Yo tuve un preestreno en Valencia, en verano junto al río, y como eran sillas al aire libre, el público se podía mover y se agruparon por burbujas. Fue la proyección más bonita que he tenido, porque es una película para compartirla y reírla. He tenido mucho coloquio con el público vía Zoom desde casa [Bollaín vive en Edimburgo], y me ha dado buenas sensaciones. Si esto ocurre hace 30 años, nos hubiéramos quedado incomunicados, y sin embargo, ahora yo he estado en las salas de cine virtualmente.

D. P. S. Yo solo he conocido el estado de pandemia, esa es la normalidad para mí. Tuve un pase muy cálido durante el festival de San Sebastián en el Kursaal. No había vivido nada igual. Y luego, bueno, he estado asistiendo físicamente a bastantes pases en pequeñas salas. Es una gozada.

Encuentro vía Zoom de los directores con filmes candidatos al Goya a la mejor película. Desde arriba y desde la izquierda, el periodista de EL PAÍS Gregorio Belinchón, Salvador Calvo, Pilar Palomero, David Pérez Sañudo, Icíar Bollaín y Cesc Gay.
Encuentro vía Zoom de los directores con filmes candidatos al Goya a la mejor película. Desde arriba y desde la izquierda, el periodista de EL PAÍS Gregorio Belinchón, Salvador Calvo, Pilar Palomero, David Pérez Sañudo, Icíar Bollaín y Cesc Gay.

C. G. Yo estaba de promoción en la semana previa al estreno y, en mitad de una entrevista, me dijeron que cerraban los cines en Cataluña.

I. B. Yo también pensé: “A ver si la covid va a ser el último clavo en el ataúd”. Porque la tendencia es a que el audiovisual se consuma distinto, pero también es impresionante cómo en plena pandemia Santiago Segura ha arrasado con una película popular. Aun con el miedo al contagio, la gente ha ido al cine. Ha habido películas que han hecho taquilla. La situación es mala, aunque no es tan fácil acabar con el cine en salas.

D. P. S. La comparación con las plataformas tiene que hacerse más con el consumo televisivo que con el cinematográfico. Es un momento de incertidumbre, aunque lo mismo nos sorprendemos y volvemos al espacio físico compartido.

S. C. Hay que apoyar a tope a los exhibidores. Veo la amenaza de los Zara y los Carrefour en cada esquina. Espero que haya un proceso de volver a la vida.

Tráiler de 'Las niñas'

Pregunta. En esta edición, hay ya un 41% de nominados mujeres. ¿El cine español por fin se acerca a la paridad?

C. G. Es fantástico. En los premios Gaudí hay más mujeres nominadas que hombres.

D. P. S. En los últimos años, se ha notado el cambio de la tendencia en los cortos y en dirección novel. Y, además, las primeras películas dirigidas por mujeres están siendo más interesantes de media en los últimos tiempos que las realizadas por hombres. Espero que sea síntoma de que algo está cambiando.

P. P. Mi propia experiencia se ve en la película. Me gradué en 2006 en fotografía en la ECAM [la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid] y éramos más mujeres que hombres. Luego empecé a trabajar en la industria y no las veía. Mis compañeros eran todos masculinos. Las mujeres estábamos desafortunadamente esperando este momento, desafortunadamente porque tenía que haber ocurrido antes. Me hace gracia que me pregunten por qué todas los jefes de equipo de mi película son mujeres: las he elegido porque son las más adecuadas y porque confío en su talento, pero creo que a la inversa la pregunta no se haría. Eso subraya que queda mucho por hacer.

Tráiler de 'Sentimental'.

I. B. En La boda de Rosa la mayoría eran jefas, pero en Maixabel no. Cada caso es distinto. De primeras, las cuotas son absurdas, hay que contratar el talento. Dicho eso, han sido necesarias en la inversión en el cine, desde que existen, se nota. Los productores se fían de los chicos, es el boysclub, una cosa cultural, de inercia. Y cuando les han obligado a buscar han descubierto que hay técnicas, y encima buenísimas. El cine español no podía permitirse el lujo de perderse el talento femenino. Y, gracias a que, unas veces porque es obvio y otras porque se fuerza un poco, ese talento va emergiendo poco a poco, pero estaba ahí.

S. C. Y en determinados cargos está bien que hubiera más mujeres. En algunos campos hay desiertos.

D. P. S. Al final, en el momento en que este debate deje de generar incomodidad, y el análisis estadístico corrobore la igualdad, no harán falta ciertas políticas. Pero hasta ese momento, es necesario este empujoncito en, por ejemplo, los puntos que sumas para recibir una subvención. Una situación de desigualdad no se corrige por sí sola, necesitas medidas para la equidad. La pretensión es de igualdad, pero las medidas son de equidad. Hay que hacer labor de concienciación para que no se vea como un ataque que recibimos los hombres. Con todo, aún se confunden los mensajes, e incluso escuchas declaraciones reaccionarias. Todavía cuesta que todo el mundo lo acepte.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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