Esperando a Artemisia Gentileschi
El cierre de los museos ha dejado las grandes exposiciones de la temporada en suspenso. ‘Babelia’ propone una visita virtual de las más destacadas. Hoy: la gran exposición dedicada a la pintora barroca en la National Gallery de Londres
Desde hace un par de años, coincidiendo con la compra del extraordinario Autorretrato como Santa Catalina pintado por Artemisia Gentileschi (1593-1654), la National Gallery de Londres ha tomado el liderazgo de los grandes museos en la autocrítica sobre la ausencia de las mujeres en sus colecciones. Asumen públicamente que ahora son “mucho más conscientes de la brecha de género en la historia del arte” y aseguran que están empeñados en una reconstrucción museográfica que no las excluya. El museo londinense, encabezado por Gabriele Finaldi, director adjunto del Prado hasta 2015, ha abierto una línea de investigación sobre las artistas, su falta de oportunidades y sus muchos obstáculos. Tienen mucho trabajo por delante: de las 2.300 obras de la colección –desde el siglo XIII a principios del XX– solo hay 20 obras realizadas por mujeres artistas. Y solo muestran cuatro pinturas. El primer paso para romper con esta inercia es la exposición temporal dedicada a Artemisia Gentileschi, que debería haberse inaugurado el pasado 4 de abril y que ha sido aplazada para cuando pueda retomarse la actividad tras la crisis sanitaria.
Letizia Treves, jefa de Conservación de la Pintura Italiana, Española y Francesa del siglo XVII, es la comisaria de la primera exposición dedicada a una mujer en el museo londinense y reconoce en la pintora barroca a “una de las narradoras más convincentes de su tiempo”. La muestra se centra solo en las pinturas que cuentan con una atribución segura de una de las grandes maestras del pasado, excluyendo el resto, para descubrir a “la verdadera Artemisia”, como dice la comisaria. Tenían previsto mostrar 29 obras de la pintora, entre las que no faltarán algunas de sus pinturas más conocidas, como Susana y los viejos (1610), procedente del Castillo de Weissenstein de Pommersfelden (Alemania); Judit decapitando Holofernes (1611), conservado en el Museo de Capodimonte en Nápoles, o el Autorretrato como alegoría de la pintura (1638), propiedad de la reina Isabel II de Inglaterra. Además, por primera vez se enfrentarán en la misma pared las dos expresivas versiones de Judit y Holofernes. En la lista de obras de la exposición también aparece El nacimiento de san Juan Bautista (1635), perteneciente a la colección del Museo del Prado, que tiene la voluntad de mantener el préstamo, según fuentes del museo, a la espera de que la National Gallery comunique las nuevas fechas para esta esperada muestra.
El recorrido cronológico por la vida y obra de la artista romana se dividirá en siete capítulos, desde su formación con su padre Orazio y pasando por "las heroínas de Artemisia” (Lucrecia, Cleopatra, Clío, Betsabé, Susana y María Magdalena). También incluye un conjunto de cartas descubiertas en 2011, que retratan a esa mujer soberana que debe hacerse hueco en un mundo de hombres. “El nombre de una mujer plantea dudas hasta que ve su trabajo”, escribe al mecenas Antonio Ruffo, en 1649, al que le repite “lo que una mujer puede hacer”. La comisaria cree que desvelan la imagen de “una mujer ferozmente independiente que, a pesar de las limitaciones de género de la época, estaba decidida a encontrar el éxito y tomar el control de sus asuntos personales y profesionales”.
Treves destaca de la artista el poder dramático y la originalidad al presentar los temas tradicionales, pero no desvincula la vida de la pintora de su carrera. El capítulo que ha determinado su biografía y su currículum, desde que la historiografía (Roberto Longui y Anna Banti) la rescataran a mediados del siglo XX, es su violación, a los 17 años. Agostino Tassi, a quien el padre de la joven había confiado la educación plástica de su hija, fue condenado en un grotesco juicio, después de ser torturada para demostrar la veracidad de su acusación. El reto de la exposición de la National Gallery es destacar la excelencia artística de una artista que ha sido fulminada del equipo titular de la pintura barroca por la historia del arte y la industria cultural, que ha preferido recrearse en el abuso, completando un ciclo terrible: violación, olvido y espectáculo. Se ha sublimado el trauma para encontrar a Gentileschi un hueco en este mundo de hombres. La exposición del museo londinense será esencial para rectificar ese relato y reconocer la trascendencia pictórica de una artista con una próspera carrera de cuatro décadas, en Florencia, Roma, Venecia y Nápoles.
Primer vistazo: Selección de obras de la exposición Artemisia, en la National Gallery (Londres).
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