No te lo perdonaremos jamás, Pedro Sánchez, jamás
Cuantísima prisa hay que tener para robar el protagonismo de Melchor, Gaspar y Baltasar
![El candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, responde al aplauso de los diputados de su partido tras finalizar su discurso en el Congreso de los Diputados](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W6UWB33YI7GDS5T3BBGBG6B3FE.jpg?auth=84d083a9ec386e60cdff7c51e35de06f65bb1cf531c0eebb56bf00c017fa28ea&width=414)
Hace unos años, Cayetana Álvarez de Toledo tuvo un ataque melodramático en un tuit mientras veía la cabalgata de Reyes en Madrid, que al parecer no fue de su agrado y traumatizó a su prole, por lo que gritó desde sus colinas de las redes: “No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás”. Hoy se ha convertido en un lugar común que muchos usamos a diario ante cualquier contrariedad de la vida (el frutero me ha dado un aguacate pocho: no se lo perdonaré jamás, ¡jamás!).
Hoy, armada de escaño y tribuna parlamentaria, Álvarez de Toledo puede dar un tono mucho más ciceroniano a su maldición y dirigirse al mismísimo candidato a la presidencia del gobierno con teatralidad y alzando el dedo índice: “No te lo perdonaré jamás, Pedro Sánchez. Jamás”. Y esta vez, sin burla ni risita jocosa, todos los ciudadanos deberíamos aplaudir y secundar su indignación, porque es imperdonable que la política nos haya robado la noche de Reyes.
Dicen los militantes y la gente muy politizada que todo lo personal es político, pero al machacar con ese lema solo expresan un deseo íntimo, no describen una realidad. No hay nada político en abrazar a un amigo ni en arropar a un niño pequeño por la noche. Tampoco en echar la carta a los reyes magos. Una sociedad libre, pacífica y compleja se define, precisamente, porque buena parte de la vida de sus individuos transcurre en contextos apolíticos. El conflicto inherente a lo político se queda en los medios y en las instituciones, pero afecta poco a la vida cotidiana.
Cuantísima prisa hay que tener para robar el protagonismo de Melchor, Gaspar y Baltasar. La mejor forma de escenificar la normalidad democrática -si existiera- sería dejar que la gente se comiese el roscón tranquilamente. Yo no se lo perdonaré jamás, ¡jamás!
Sobre la firma
![Sergio del Molino](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0deecffd-4493-47bf-852d-97f543edc3b2.png?auth=964ceed78feee92a6b920238f82c57677d239dcb125f943950dca6ec8496b0a5&width=100&height=100&smart=true)