Los archivos reabren con acceso presencial restringido

Los archivos reabren a partir de mañana lunes 4 de mayo. Sin embargo, no significa, ni mucho menos, que el Gobierno invite a acudir en masas a ellos. Más bien, lo contrario: el Ejecutivo quiere que los ciudadanos los visiten en persona, después de solicitarlo a través de una cita previa, “solo cuando sea absolutamente imprescindible”. Un comunicado del Ministerio de Cultura, publicado hoy para aclarar la letra pequeña del regreso a la actividad, se muestra muy claro: “Los archivos podrán reabrir sus puertas y prestar servicios al público […]. Serán preferiblemente por vía telemática”.

La reapertura de los archivos “de cualquier titularidad y gestión”, según el comunicado, se enmarca dentro de los planes previstos para la llamada fase cero, la primera suavización del confinamiento, que arranca mañana lunes. También vuelven a la actividad, entre otros, librerías y comercios minoristas. “El Boletín Oficial del Estado ha publicado hoy la Orden del Ministro de Sanidad mediante la cual se adoptan medidas destinadas a flexibilizar determinadas restricciones establecidas tras la declaración del estado de alarma”, reza el texto remitido por Cultura a los medios.

Para los archivos, en concreto, “las solicitudes de documentación podrán alcanzar hasta un máximo de 25 unidades cuando sean consultas telemáticas y, 10 unidades, cuando sean consultas presenciales, en ambos casos por cada jornada de trabajo. Las solicitudes se registrarán y atenderán por orden de recepción, aunque tendrán preferencia las peticiones de información y las copias de documentos que deban aportarse en procedimientos administrativos y judiciales”, avisa el texto. “Los documentos y materiales de los archivos a los que tengan acceso los usuarios de manera presencial deberán quedar en cuarentena por un período mínimo de diez días antes de poder ser utilizados de nuevo”, continúa.

Se establecen también una serie de medidas para garantizar seguridad e higiene durante las consultas. Por un lado, se impone a los usuarios utilizar “únicamente sus equipos y recursos personales con conectividad a la red durante su estancia”. Y, por otro, los propios archivos tendrán que dotarse de “agua, jabón, toallas desechables y soluciones hidroalcohólicas” y ponerlas a disposición de sus visitantes.