_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Del deber

'Line of Duty' basa buena parte de su éxito en la calidad de los guiones y en unos diálogos tan sobrios y eficaces como la realización y la interpretación

Ángel S. Harguindey

Que Movistar programe la quinta temporada de Line of Duty provoca en el amante de las series policíacas británicas una satisfacción similar a la que debe sentir Fernando Savater cuando se acerca el Derby de Epsom, con una ventaja: de momento la serie mantiene su calidad mientras que la carrera, al parecer, ya no es imprescindible.

Más información
El apocalipsis
La distancia
Hollywood

El caso de la creación de Jed Mercurio es ejemplar para ratificar su conexión con la audiencia. La primera temporada sorprendió a BBC Two con sus cuatro millones de espectadores. En la cuarta ya se trasladó a la casa madre. Y la quinta alcanzó los nueve millones de espectadores, una audiencia que bordea la parálisis nacional. Y todo ello sin efectos especiales ni la habitual proclividad a la casquería. Una sobria realización y una interpretación no menos sobria del trío protagonista (el superintendente Ted Hasting y los investigadores Kate Fleming y Steve Arnott), pilares de la AC-12, la Brigada Anticorrupción.

En esta quinta temporada surge de nuevo una figura constante en la serie: el policía infiltrado quien, naturalmente, acabará traspasando los límites de la legalidad. La serie basa buena parte de su éxito en la calidad de los guiones y en unos diálogos tan sobrios y eficaces como la realización y la interpretación. Solo así se puede comprender, por ejemplo, que una buena parte de la narración ocurra en las salas de los interrogatorios: tres o cuatro personas y una mesa, es todo. Y sin embargo nunca decae el interés: es el poder de la palabra que en este caso vale más que mil imágenes.

La BBC ya aprobó una sexta temporada que esperamos con el mismo anhelo que Savater el Derby.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_