El arte de convertir la palabra en imagen
Los libros y revistas de las vanguardias soviéticas protagonizan una de las exposiciones más significativas de PHotoEspaña
¿Se puede hacer arte y ser creativo viviendo a caballo entre dos guerras mundiales, una revolución y una guerra civil? Sí, y además convertir esa etapa en una de las más brillantes del siglo XX. Lo demuestra una de las exposiciones más significativas de esta edición de PhotoEspaña, en la que la fotografía no es la protagonista, Vanguardia y propaganda. Libros y revistas del Archivo Lafuente 1913-1941, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 1 de septiembre. En ella se muestran ejemplares de títulos y publicaciones que revolucionaron el diseño y la impresión mediante el imaginativo uso de geometrías, composiciones en diagonal y el rojo y el negro como colores dominantes. Una revolución en la que la palabra se convierte en poderosa imagen con artistas como Ródchenko, El Lissitzky, Varvara Stepánova, Lariónov...
“Estos artistas estaban comprometidos con la Revolución y trabajaron con libertad hasta 1929, año en que Stalin se hace con el Partido Comunista y empieza a constreñirse la libertad. Llegan las purgas y los creadores le lavan la cara al régimen”, explicó ayer en la presentación la comisaria, Oliva María Rubio. Mientras, el coleccionista y empresario José María Lafuente recordó las dificultades para adquirir los libros y revistas de su archivo, formado por unas 1.300 piezas. “No hay más de 10 libreros en todo el mundo especializados en este material”. De lo expuesto, Lafuente destacó el fantástico fotomontaje Pro eto. Ei i mine (Sobre esto: a ella y a mí), el libro poema que Vladímir Maiakovski dedicó a su amada y que Ródchenko ilustró con ocho fotomontajes, un enigmático universo con imágenes de los enamorados y de vajillas, botellas, puentes o animales, todos recortados de revistas. Es el lado sensible de una técnica que, como se incide en la muestra, Ródchenko, entre otros, convirtió en arma de agitación y propaganda.
En las vitrinas hay además una amplia zona dedicada a los números de la revista URSS en construcción, fundada por Gorki y publicada entre 1930 y 1941. Un canon de la propaganda soviética, con fotos a toda página de las grandes obras de infraestructuras, hombres y mujeres sonrientes y retratos de un Stalin con gesto bonancible mirando al infinito. “Se llegó a editar en cuatro idiomas, hasta 10.000 ejemplares de cada una y se enviaban a personalidades y consulados”, subrayó Rubio.
Esa línea siguen los fotolibros seleccionados, encargos del régimen comunista, con títulos que hablan por sí mismos: La URSS construye el socialismo, Ejército Rojo de trabajadores y campesinos... poblados de jóvenes, obreros y soldados marchando unidos entre tanques y aviones.
Machismo
También en el Círculo, hasta el 22 de septiembre, la estadounidense Donna Ferrato, de 70 años, muestra una selección del trabajo, todo en blanco y negro, al que ha dedicado casi cinco décadas, la denuncia del machismo en todas las latitudes y a lo largo de unas 500 exposiciones. Un recorrido que finaliza con una foto tomada en las manifestaciones feministas del pasado 8 de marzo en Madrid.
Con el título de Holy (Sagrado), Ferrato hizo una entusiasta presentación, en la que afirmó que “se ha acabado la época en la que las mujeres aceptaban el patriarcado. Basta ya de misoginia”. Las instantáneas, acompañadas de pequeños textos explicativos de Ferrato, muestran tragedias como la de Millie, retratada sosteniendo una foto de su hija, asesinada a culatazos de una escopeta; Taryn, una maltratada que practica un rito africano con un velo para que entre la paz en su vida, o Sarah, fotografiada con las huellas de la violencia machista en su rostro. “Son historias que me hacen daño porque son mujeres que he conocido”, declaró la autora, aunque para ella, lo peor es que esta clase de hechos “siguen repitiéndose, parece que no avanzamos y necesito que las mujeres que me acompañen en esta lucha”.
El lujoso paso de niña a mujer
Cuando las adolescentes cubanas cumplen 15 años, sus familias tiran la casa por la ventana con fiestas cuyos preparativos les llevan años. Mostrar ese derroche de color y estética kitsch es la propuesta de la fotógrafa armenia Diana Markosian en la exposición Sobre el Arcoíris (en Casa de América hasta el 27 de julio) con jóvenes en poses sugerentes con sus vestidos y peinados de fiesta. El comisario, Roderick van der Lee, subrayó unas imágenes "con sensación de riqueza donde realmente no la hay". Recordó el caso de una niña con un tumor cerebral cuya familia, aunque sabía que la niña podía morir antes de cumplir 15 años, siguió adelante, "incluso prefirió ahorrar para la fiesta que para reparar el techo de la vivienda, dañado por un huracán".
También en Casa de América, una planta más abajo, puede verse Hacia la luz, la radiografía, teñida de tristeza, de la sociedad malagueña que Joel Meyerovitz, uno de los padres de la fotografía de calle, realizó a mediados de los sesenta, cuando convivió en la casa de un clan flamenco, los Escalona.
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