María Velasco: “Practico el apropiacionismo constante”
María Velasco estrena en el Festival Escena Abierta de Burgos su adaptación libre de ‘La espuma de los días’, de Boris Vian
María Velasco (Burgos, 1984) es una de las voces más personales de la nueva dramaturgia española. La próxima semana estrena en el Festival Escena Abierta de Burgos su adaptación libre de La espuma de los días, de Boris Vian, y después viajará al Festival de Reims
¿Qué o quién le hizo querer dedicarse al teatro?
El cuarto de los trastos que había en casa de mis padres. (Pausa dramática.) A priori, cierto sentimiento de inadaptación; a posteriori, no tener otra salida.
¿Cuál es la última obra que le ha gustado?
Me gustó mucho (leer) Casa que Arde, de Wehbi, y (ver) Ningún Lugar, de la Orquestina de Pigmeos, en Naves Matadero.
¿Y su favorita de todos los tiempos?
Está por escribir.
¿Se ha salido alguna vez de una función a medias?
De muchas, pero siempre sin ruido. Hubiera salido de alguna mía, de haber tenido el don de la ubicuidad.
Algo que aborrezca del mundo del teatro…
La gente que utiliza al público como excusa para justificar su falta de ambición artística y su frigidez ideológica. ¿El público?, que pase.
¿Qué obra ajena le habría gustado escribir?
Practico el apropiacionismo constante, pero siento especial debilidad por Bernard-Marie Koltès. Cuando sea mayor me gustaría escribir una obra suya de juventud.
¿Qué libro tiene ahora en su mesilla de noche?
Pussy Riot. De la alegría subversiva a la acción directa.
Esta semana estrena su adaptación libre de La espuma de los días. ¿Qué le atrajo de este texto?
Es como una casita de chocolate a la que le meten un soplete. Me puso en contacto con la muerte cuando era adolescente y, a la vez, con la necesidad de vivir alegremente.
Usted es joven y es mujer. ¿Cuál de las dos cosas hace más difícil que la tomen en serio?
La suma de ambas condiciones es “bonita (aunque no seas guapa)” o “niñata”. Creo que esa raja imperceptible, esa herida que casi nadie ve bajo falda o pantalón sigue siendo más importante de lo que much@s piensan. Me gustaría ser performer del género como Paul B.
¿Qué canción escogería como autorretrato?
Estoy entre O solitude de Purcell y She’s Lost Control, de Joy Division. También me gusta Rosalía.
Si no fuera dramaturga, ¿qué le gustaría ser?
Teóloga de la liberación.
¿Cuál es su película favorita?
Armonías de Werckmeister, de Béla Tarr.
¿Qué está socialmente sobrevalorado?
La productividad. Y en otro orden de cosas, las opiniones.
¿Qué encargo no aceptaría jamás?
Ni telebasura ni la letra del himno (el español u otro).
¿A qué dramaturgo le daría el premio Nobel de Literatura?
A Angélica. Ella sabe qué hacer con su espada. Su apellido es el mismo que de un peleador/artista marcial mixto retirado: Liddell.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.