Cocaína, drama y emoción: ‘Cuéntame’ da otro golpe en la mesa
A dos semanas de la despedida de Ricardo Gómez, la serie se reivindica con un capítulo en el que innova con la narrativa y eleva el nivel emocional
Cuéntame cómo pasó es historia de la televisión española. Esa es una afirmación difícil de rechazar. Ya no solo porque lleve 17 años contando nuestra vida. La serie puede presumir de ser ahora una de las ficciones españolas que más se atreve a innovar y a explorar campos que otras no se atreven ni a soñar. Y lo hace en TVE, y en prime time. Porque ella puede hacer lo que le dé la gana, que para eso es Cuéntame.
A falta de dos capítulos para la despedida de su 19ª temporada y el adiós de dos de sus protagonistas, Ricardo Gómez y Elena Rivera, Cuéntame se ha marcado un episodio escrito por Joaquín Oristrell en el que ha jugado con la narrativa y ha elevado el nivel emocional y dramático. Un accidente de coche de Carlos y Karina era el detonante. La historia arrancaba por el accidente en sí para ir contando las horas previas desde el punto de vista de los diferentes personajes centrales de la serie. Saltos temporales y cambios de perspectiva constantes durante buena parte de un episodio que además aprovechó para sacar partido del gran nivel interpretativo al que están sus protagonistas. Los actores ya se han fundido con sus identidades ficticias tras tanto tiempo dándoles vida, y esos personajes ya son casi de la familia de unos espectadores que llevan tanto tiempo pasando la noche de los jueves con ellos. Por eso sufrimos más con ellos. Por eso nos desquiciamos cuando toman malas decisiones o no saben salir del bucle en el que se han metido.
La intensidad dramática de algunas de las escenas del capítulo fue estratosférica. Las charlas entre Karina y Mercedes o la de Inés y Carlos pusieron los pelos de punta. Pero todo iba encaminado a una última escena, un duelo cara a cara entre padre e hijo, entre Antonio y Carlos, entre Imanol y Ricardo. Era el momento de que Carlos viera la luz al final del túnel. Enganchado, sin querer reconocerlo, a la cocaína, un bucle del que no veía forma de salir, tuvo que ser el cabezota de su padre el que le hiciera ver esa luz. Tenía que ser así.
Ahora que tanto se habla de cómo las series españolas están avanzando y del éxito internacional que tienen, tendemos a olvidarnos de que una de las mejores ficciones televisivas españolas de la historia es la que nos cuenta la vida de los Alcántara, la que nos cuenta nuestra vida. Y que tiene un gran éxito fuera de nuestras fronteras. Decía en Twitter este jueves que no creo que haya otra serie española que se atreva a hacer lo que hizo Cuéntame. Y lo mantengo. A sus pies.
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