El brillo de la alta sociedad
Francine du Plessix Grey retrata el glamour de Nueva York a mediados del siglo XX y las sombras tras ese esplendor
Este libro, de corte autobiográfico, abarca varios asuntos. Se inicia con la historia de amor de TatianaYakovleva (madre de la autora) con Vladímir Maiakovski, seguida de las aventuras de los rusos blancos emigrados tras la Revolución de Octubre, la siguiente emigración de la Francia a punto de ser ocupada y la huida a Estados Unidos y sigue con el ascenso de una pareja de emprendedores, Tatiana Yakovleva y Alexandre Liberman, como profesionales de éxito: ella, la más famosa creadora de sombreros de Nueva York en los años cuarenta y cincuenta, y Liberman como director del grupo periodístico Condé Nast, el más poderoso de América junto a Hearst y Time Life. Además, el libro contiene la historia del glamour neoyorquino de la época, que es como decir la historia del glamour en el siglo XX, por la que desfilan estrellas de cine, decoradores, fotógrafos, pintores, modelos, millonarios, la alta sociedad, etcétera, con especial hincapié en la vida de las dos familias de la pareja Tatiana-Alexandre —padres, madres, abuelos y abuelas, bisabuelas... en fin, excéntricos familiones al estilo tradicional—. Y todo ello narrado por la hija de Tatiana y el barón Bertrand du Plessix, su primer marido, héroe de guerra muerto prematuramente en la II Guerra Mundial.
Como se puede deducir, las setecientas y pico páginas del libro pueden dar buena cuenta de todo y todo huele a éxito, pero aquí es donde empiezan las reticencias. Adelantemos que el libro es muy entretenido, sobre todo para aquellos que hayan llegado a conocer la época u oído hablar de ella y mitómanos en general (la moda y el lujo en la capital del mundo). Pero el libro se parte en dos: por un lado, la vida brillante de Tatiana y Alexandre y su mundo, y, por otra, la vida más dura y menos lucida de la autora.
Francine du Plessix es, siendo niña, una fugitiva que salta de casa en casa hasta que su madre y su padre adoptivos se instalan en la calle Setenta Este, su primer y verdadero hogar; pero de sus 12 a sus 18 años, cuando entra en la universidad, son años marcados por la necesidad de ser querida, por el amor total a sus padres, siempre con miedo de perderlos si este amor no es suficientemente intenso y por la soledad debida a la dedicación de ambos a sus trabajos y a la vida de relación que conllevan (cinco días a la semana al menos de fiestas y cócteles), años marcados también por la rebeldía natural de la adolescencia y por la serenidad de un nuevo personaje, Cleve Gray, pintor que da su segundo apellido a Francine, que sustituye con su dedicación y protección a Alexandre, hasta el matrimonio de esta.
Francine cuenta sin pelos en la lengua tanto su adoración por Tatiana, Alexandre y su familia rusa como el descarnado y lúcido retrato que hace de todos ellos. Esta es la parte más interesante del libro. La otra, el retrato del Gran Mundo, está más cerca de una revista de sociedad. Claro que ¡menuda sociedad la que relata! Tatiana y Alexandre son mostrados en todo su brillo y en toda su crudeza real, severa y egocéntrica, lo cual da credibilidad al libro.
Quizá, en su conjunto, el libro adolezca de falta de selectividad a la hora de ordenar la historia y sumar anécdotas, pero su contenido es historia del siglo XX y de la sensibilidad de una jovencita de carácter que tuvo la suerte y la desgracia de nacer en un mundo donde la lucha de los egos por la vida discurría sin cuartel bajo los focos del éxito.
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Autor: Francine du Plessix Grey (traducción de Ángeles de los Santos).
Editorial: Periférica (2018).
Formato: tapa blanda (736 páginas).
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